Una última vez

De las cosas relativas

Enith:

Si pensabas a profundidad sobre el tiempo, seguro habría muchas opiniones, para algunos pasaba rápido, para ejemplo, el bebé que crecía en mi vientre, estaba cerca del sexto mes y ya sabía que era: un niño, un hermoso y precioso niño.

Pero si me preguntabas a mí, te diría que es relativo, como algunas otras cosas, para mí pasaba lento, sobre todo en las noches solitarias dónde más pensaba y nada podía distraerme, ahí, el tiempo se volvía tan lento.

Rachele y yo asistíamos con la psicóloga dos veces a la semana, me estaba ayudando mucho con el duelo, a Rachele con lo de su enfermedad y la muerte de su padre.

- Lloraste de nuevo –susurra tras observarme un momento, asiento.

- Pero fue porque este pequeño pateo, me emocioné tanto y me puso triste también, porque él no esta aquí y se pierde de esto –toco suave mi vientre, ella asiente anotando todo.

- ¿Cómo va el tema de Adley? –ruedo los ojos y resoplo, ese tema también lo estaba tratando con ella–, por tu expresión, sé que no muy bien –asiento sonriendo de lado.

- No es que no quiera decirle, he lanzado preguntas al aire y ella se lo esta tomando bien, creo –muerdo mi labio.

- Sabes que podemos organizar una reunión conjunta –suspiro y cierro los ojos, no quería decirle, pero Adley también estaba presionando, no de manera insistente pero lo veía en su mirada cada vez que la visitaba.

- Lo sé, lo sé –froto mi vientre, saliendo de ahí iría a consulta, todo estaba marchando excelente, tenía un peso adecuado y no había riesgo de nada.

- ¿Al menos tienes alguna idea? –pregunta con calma, me veía por encima de sus lentes.

- Pues quizás explicarle que me enamoré antes de conocer a Amirov, e irme por ahí, tampoco quiero que odie al hombre, entendí que no sólo fue su culpa, también la mía por permitir que me pisoteara, en mi defensa debo decir que creía que era amor, y quizás si lo fue hasta cierto punto, ¿no? –hago una media sonrisa, ella asiente–. Eso no es algo muy complicado de explicar, creo que empezaré por esa parte.

- Bien, si me necesitas puedes llamarme –asiento en respuesta–. Me alegra decirte que tu proceso de duelo va muy bien, no es que se pueda medir pero puedo decir que te veo más tranquila.

- Sí, a veces me acuerdo de él pero duele menos –suspiro, mi labio había temblado–, no sé como puede doler menos, la verdad –miro al suelo, a veces me sentía culpable.

- Es parte de la aceptación Enith, no debes sentir que estas haciendo mal o que significa poco, es sólo que te das cuenta que esa persona no querría verte así, valoras los momentos vividos pero comprendes que pasó, y que tu realidad es otra, y esta bien, es válido –dice solemne, asiento–, el tiempo es una de las cosas más relativas que hay, porque quizás para algunos el duelo dure años, para otros meses, días o incluso, minutos, y eso no desmerita lo que sienten, sólo saben que deben seguir, eso es todo –suspiro, sabía que tenía razón–, la vida, al igual que el amor, siguen, como decidas vivir y honrar esa vida, depende de ti –honrar sonaba bien, eso me gustaba, de ahora en más pensaría que cada cosa lo honraba.

- Tiene razón, lo honraré cada día de mi vida, sacaré a flote este proyecto que tanto le emocionaba y haré que todo su patrimonio sea prospero –hablar con ella me hacía sentir emocionada, parecía que me inyectaba energía.

- Me parece bien –me dedica una pequeña sonrisa.

Había pensado en varias cosas, pero con esta última sesión, me había dado cuenta que necesitaba hacer cambios, primero que nada, compraría una casa más grande, mamma no podía quedarse toda la vida entre mi habitación y la de Rachele, además, el bebé necesitaría una habitación propia y necesitaría un jardín.

Al salir, llamé de inmediato a Jackson, le pedí buscará una casa bonita, espaciosa y sobre todo, que tuviera buena seguridad, de todos modos había contratado a dos hombres más, James había vuelto, así que ahora, además de Preston, James, Adam, Luc, se había unido Finn y Michael, los dos primeros iban conmigo, Adam y Luc con Rachele cuando iba a la escuela, los últimos dos con mamma y la señora Caruso, quizás debía contratar más, eso lo vería con Preston.

Tras colgar con Jackson, me dirijo al hospital, creo que hoy tenía turno Thesion, la verdad es que era demasiado bueno y comprensivo con los ataques de Rachele, es algo que él había previsto, así que una vez que ella se calmaba, todo fluía bien.

Llegó al hospital quince minutos antes de mi cita, tomo asiento y espero para ser atendida, lo veo pasar y se acerca, se inclina para saludarme con un beso en la mejilla.

- Espero que todo este bien –señala mi vientre, ya se notaba bastante.

- Sí, vengo a revisión, ya sabes –froto mi vientre, siento que patea–, él dice hola –río bajito, se hinca y toca suave, él bebé patea de nuevo–, le agradas mucho, serás su pediatra favorito, sin duda –le guiño un ojo bromista, él ríe, tiene una sonrisa muy bonita, estaba segura que sería un rompecorazones en aquel hospital.

- Espero, sería muy triste que ambos hermanos lloraran al verme –finge horror y río negando.

- Seguro este pequeñín te quiere más, siempre que no lo inyectes –él ríe mientras se pone de pie.




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