Una última vez

No te metas en mi camino

Adley:

Tenía ganas de romperle la cara de nuevo, pero para su suerte habían llegado mis hijos, había estado pensando en un plan, y para eso, Rachele me ayudaría, sabía que era sucio y ruin de mi parte, pero estaba desesperado, además, todo niño soñaba con tener una familia, y si bien Rach podría querer a Amirov, pero quizás enfocarme en que nosotros podríamos ser felices, ayudaría a que ella lo imaginará y por lo tanto, le contará a Enith, quién sabe, quizás ella mantenía un poco de cariño hacia mí.

- Hola T –lo abraza por las piernas, él se coloca en cuclillas y la abraza, muerdo mi mejilla interna, no sólo se había ganado a Enith, también a nuestra hija, ya vería quién era Adley Cranston–, él es mi otro hermano Zack, pero él no es hermano de Enirov porque mi mamá no es su mamá pero su papá sí, ¿podría ser Zack hijo de mi mamá? –mira atenta a ambos adultos, sonrío para mis adentros por aquel comentario, así que mi pequeña había pensado en la opción de ser una gran familia, esto podría jugar a mi favor ya que era justo la línea de pensamiento que quería seguir.

- Tendrías que preguntarle a tu mamá –susurra suave, ella asiente–, ven Zack, saludemos a Cordelia, ella es mi nana y ahora la nana de Enirov –toma la mano de su hermano y lo lleva corriendo hasta la cocina, mi hijo no se oponía a lo que sea que le dijera o pidiera su hermana, estaba encantado ya que alguna vez me había mencionado lo de darle un hermanito, algo a lo que Fiorella se había negado y por privado me había dado sus buenas razones, que no eran más que razones egoistas, no estaba dispuesta a poner de nuevo en riesgo su preciosa figura. Ni siquiera me sorprendió aquello, siendo lo mala madre que era con Zack, me alegraba no traer a otro pequeño a sufrir el desinterés de su madre.

- No te metas en mi camino doctorcito –lo miro serio, él me mira con tranquilidad–, planeo formar una familia con ella y nuestros hijos, no me importaría cuidar al hijo de Amirov, le estaría devolviendo el favor –lo veo arquear una ceja.

- Nadie se mete dónde no lo llaman –dice con fría calma–, pareces muy seguro en lo que dices, sólo recuerda una pequeña cosa Adley, es ella la que tiene la última palabra –se encoge de hombros–, y si drogada no te soporta, en sus cinco sentidos, es probable que tampoco, así que, ¿quién es el que estorba aquí? –sonríe antes de alejarse, iba a ir tras él pero ellos vuelven.

- Listo papá –dice Zack bostezando, ya era tarde, era mejor que descansará, habían jugado mucho.

- Adiós papá Adley –ella me abraza, correspondo feliz–, adiós hermano –lo abraza y nos acompaña a la puerta seguida de la señora Caruso.

 

Enith:

Un recuerdo vino a mí, y no es que lo hubiese olvidado, es sólo que había dado por hecho que no sería así, pero supongo que la vida no es siempre como la imaginamos, planeamos o queremos, ahora que analiso todo, lo veo como una ruleta rusa, todo es al azar, la vida, la familia en la que naces o en la que terminas.

- Necesito hablar contigo –me mira atento mientras termino de acomodar a Rachele en su cuna.

- Claro, ¿qué ocurre? –me giro para verlo mejor, parecía nervioso, algo raro viniendo de él.

- Sé que teníamos un trato, también sé que quizás te incomode pero si no te lo digo ahora, siento que me ahogare –lo observo con preocupación, ¿acaso quería el divorcio? Esa idea hizo doler mi corazón, porque a pesar de que teníamos un trato y ciertas reglas, había sido imposible no enamorarme de él a pesar de creer que nunca volvería a hacerlo–, me enamoré de ti, y lamento darte esta carga –suspira–¸sé que no lo pediste y fuiste muy clara con esto, pero a partir de hoy y hasta que decidas irte, tú y ella serán las únicas mujeres en mi vida –mi corazón latía errático, y lo único que atine a hacer fue llorar.

- Oh Amirov –podía ver la cara de preocupación–, por un segundo temí me pidieras el divorcio –susurro secando mis lágrimas–, también estoy enamorada de ti, pensé que era muy obvia –él sonríe y me abraza, suspiro al sentir su calor.

- Estaría loco para hacer tal cosa –susurra, lo amaba a él, a su familia y a la familia que teníamos–. Cuando cumplamos diez años de casados, te pediré como es debido que te cases conmigo, y tendremos otra ceremonia de bodas, esta vez será como desees o lo hubieses soñado –río bajito, me separo y lo beso suave. A partir de ahí, todo fue mejor, esa noche tuvimos nuestra noche de bodas.

Me remuevo en sueños, nos habíamos quedado tan cerca, a menos de dos años, y mientras pensaba en lo injusto que era eso, llegó otro recuerdo.

- Si algún día fallezco, que es probable porque soy mayor que tú, debes prometer que no te quedarás sola, si tienes la oportunidad de ser feliz –cubro su boca negando, la besa y quita con cuidado–, es en serio Enith, no quiero que me guardes un luto perpetuo como mi madre con mi padre, debes prometer que serás feliz –me mira con tanta seriedad que no me queda de otra que asentir.

¿Pero cómo podía hacer eso?, ¿cómo hacerlo cuando siento mi alma desgarrada?, ¿cómo pretende que sea feliz con alguien más cuando ya habías encontrado al amor de tu vida? «Por favor Amirov, ayúdame para saber que debo hacer, ayuda a saber si esta bien cumplir lo que te prometí».




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.