Una última vez

El baile

Enith:

- Ni siquiera sé porque estoy tan nerviosa mamma –miro mi guardarropa entero, cómo es que yo, Enith Bianchi, una de las mujeres más elegantes en Ragusa, justo ahora no sabía qué diablos ponerse, ¿qué tan difícil era? ¡Por Dios santo, era un baile! Había asistido a más de los que podía recordar, ¿era acaso por Thesion?, ¿quería lucir más que maravillosa?

- Es un ambiente diferente, un acompañante que casi no conoces –enlista con calma en un intento por tranquilizarme– que es guapo, inteligente –me giro a verla con suplica, eso no me ayudaba–. Usa el color granate de corte largo estilo princesa con escote Bardot, ese te queda excelente, además me encanta la cola –le sonrío agradecida, lo saco y lo observo, creo que era un buen vestido, lo había usado como mucho, dos veces en los últimos cinco años.

Con ayuda de mamma comienzo a vestirme, me rizo el cabello dejándolo en un recogido bajo, mi suegra toma dos prendedores de cabello en forma de árbol y los coloca en el recogido, era un bonito detalle. Comienzo a maquillarme, quería algo natural, pero mi suegra me convenció de usar otro tipo de maquillaje, así que opte por sombra rojo oscuro con delineado en forma de gato, me ricé las pestañas y les coloque máscara de pestañas, por último use un labial preppy red. Me miro en el espejo y no puedo evitar sonreír, me veía maravillosa, y esto es confirmado por mi suegra.

- ¿Debo llevar joyería a juego?, ¿no parecería mucho? –la miro un momento, después a mi joyero.

- Siempre puedes usar algo sencillo –me muestra una fina cadena de oro florentino y con un dije de un ángel, había sido un regalo de Rachele. Sonrío y me pongo unos aretes sencillos a juego, me pongo de pie y me coloco unos Jimmy Choo preciosos, son negros, son de tacón de aguja, puntiagudos y tienen una pequeña cadena de cristal, son divinos.

- Esta –tomo un bolso de mano en forma de sobre en color negro con las orillas doradas, era suficiente para guardar mi móvil y la chequera.

- Estas preciosa –me sonríe como sólo una madre orgullosa lo hace, la abrazo con emoción, era mi primer evento tras la muerte de Amirov–. Ya es la hora –dice emocionada, caminamos fuera de mi recamara, bajo las escaleras y entonces lo veo, esta en la entrada con un traje a medida, debo agregar que jamás lo había visto en nada que no fuera su uniforme o ropa casual, así que esa imagen de él arreglándose las mangas, me había afectado–. Thesion –mi suegra dice lo bastante alto como para llamar su atención. Me mira mientras bajo y puedo decir que casi no parpadea, supongo que también debe estar sorprendido, casi siempre uso ropa de oficina o ropa casual.

- Buenas noches Thesion –digo suave una vez llego a su lado, él me sonríe.

- Buenas noches Enith, debo decir que te ves deslumbrante –toma mi mano y deposita un casto beso, me sonrojo por ese pequeño pero tierno acto–, ¿lista para una velada inolvidable al lado de un simpático doctor de niños? –río bajito, asiento, eso había aligerado mis nervios.

- Un placer –sonríe colocando su brazo para que entrelace el mío, así salimos de la casa. Con galantería abre la puerta y me ayuda a subir, cierra la puerta y rodea el auto para entrar en el lugar del copiloto, arranca y tras quince minutos de viaje y de una charla amena, llegamos. Del mismo modo, me ayuda a bajar y entramos en el enorme salón, había muchos hombres de negocios bien vestidos, las mujeres usaban sus mejores vestidos y podía verse la opulencia, una que esperaba sirviera para beneficencia.

- Señora Bianchi, doctor Solon –dice una mujer acercándose a nosotros–, soy Eleonor Brennan, hermana de Jonas Brennan –nos sonríe, correspondo a su saludo con una sonrisa.

- Un placer, ¿y su hermano? –miro a todos lados, quizás estaba muy ocupado.

- Debe estar en algún lado, aprovecha que no esta mi cuñada para hablar con todo el mundo más de cinco minutos –guiña un ojo y los tres comenzamos a reír. Hablamos un poco más antes de que se vaya y yo tenga que saludar a todos los que conozco.

- Enith, querida, que guapa estas esta noche –me congelo al escuchar esa voz, intento sonreír lo mejor que puedo y me giro para verla, era Christine, y claro, por algún lado tenía que estar Edmund, eran nada más y nada menos que los padres de Adley y abuelos de mi pequeña Rachele.

- Gracias señora Cranston, usted se ve muy bien –digo en tono amable, aprieto un poco el brazo de Thesion y espero que comprenda la señal de que no me deje sola por nada del mundo–. Le presento al doctor Thesion Astar Solon, es el pediatra de mis hijos y al hombre al que le debo la vida de mi hijo y la mía, sabe, no cualquier hombre se para enfrente de un asesino y pide tiempo para salvar una vida, ¿no lo cree usted? –susurro en tono inocente, ella sabía todo lo que su hijo me había hecho y nunca hizo nada para detener aquella situación, ahora le mostraba lo que un extraño había hecho por mí, más de lo que su hijo pudo hacer en todo el tiempo que estuvimos juntos.

- Escuche de su hazaña, felicidades –sonríe de manera forzada–, iré a buscar a mi esposo, con permiso –se gira y se va rápido, suspiro aflojando mi agarre en el brazo de Thesion.

- Gracias y perdón, no soporto a esa mujer, es igual de insoportable que su hijo –suspiro, si ellos estaban, ese idiota también.

- No te preocupes, no me iré de tu lado en toda la noche –me guiña un ojo y le sonrío agradecida. Pronto el grupo comienza a tocar y reconozco la melodía, thinking out loud, él extiende su mano invitándome a bailar, la tomo suave y me lleva al medio de la pista, coloco tomamos posición y comenzamos a bailar lento, como si de un vals se tratara, mientras nos movíamos charlábamos de todo y nada, reíamos dejando que la música nos envolviera.




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