Una última vez

Cena incómoda

Enith:

- ¿Estás seguro de esto? –pregunto suave, muerdo mi labio, sabía muy bien que la madre de Thesion me aborrecía por ser la nuera de Giulietta, no entendía que tenía contra las dos, no era culpa de su suegra que Jackson no la hubiese amado, ¿y me odiaba sólo porque esa bella mujer me amaba? Si que era injusto, por eso temía tanto esto.

- Sí, mi madre dijo que había estado mal al oponerse y que lo compensaría invitándonos a cenar –me sonríe animado, no tenía el corazón para decirle que no quería ir.

- Bueno, habrá que darle una oportunidad –sonrío y lo beso de manera casta.

- Salgo a eso de las siete, pasaré por ti a las ocho, ¿te parece? –asiento sonriendo, vuelve a besarme y me dejo llevar, no debía bajar la guardia, pero tampoco debía ser grosera, en este caso era mejor ser la buena que quedar como una grosera, no es que quisiera enemistar a Thesion con su madre, pero si alguien tenía que llorar, sería ella.

- Debes volver o no podrás salir –susurro sonriendo sobre sus labios, ríe bajo, vuelve a besarme y sale de mi despacho, sonrío viendo la comida, me había traído de comer tras decirle que no había comido nada.

Me siento y como con calma, Enirov dormía, prefería traerlo a la oficina ya que el trabajo era bastante calmado.

Salgo a las cinco de la oficina, acomodo a Eni en su silla y me siento a su lado, Preston se sienta en el lado del copiloto mientras Leon maneja.

Nada más llegar a la casa, me apresuro a bañarme y alistarme, usaría un sencillo vestido a la rodilla de color rojo, cuello redondo y manga ¾, y unos zapatos negros, el cabello recogido y unos aretes de perlas, me miro en el espejo y me gusta el reflejo.

- Enith, ya llegó el novio –me guiña un ojo, sonrío y tomo una cartera de mano, guardo mi móvil, un labial y las llaves.

- Gracias –susurro sonriendo, tomo un abrigo ligero y bajo, le sonrío cuando llegó a su lado.

- Luces preciosa –toma mi mano y la besa de manera casta, sonrío como idiota.

- Y tú muy guapo –lucía una camisa de vestir blanca, los dos primeros botones estaban desabrochados dándole una apariencia relajada, pantalón de vestir negro igual que un saco. Tomo su mano y salimos, Preston nos llevaría, era mejor.

Tras unos veinte minutos llegamos a un enorme edificio, su madre vivía en el cuarto piso, así que tras respirar y mentalizarme, entramos y caminamos al elevador, lo llama, subimos y espero paciente a llegar, de verdad esperaba que todo saliera bien.

Caminamos a la cuarta puerta, llama al timbre y abraza a su madre una vez le abre, antes de salir había tomado una botella de vino de la colección, tenía unos 15 años.

- Señora McAllen, le traje esto –susurro suave extendiendo la botella de vino, me sonríe y no sé si es falsa o es de verdad, la toma.

- Gracias querida, que lindo detalle, pero puedes llamarme Helen o mamá, como gustes –nos invita a pasar, la decoración era sencilla pero elegante–, es un departamento precioso y la decoración es maravillosa, felicidades a su decorador –eso era verdad, tenía muy buen gusto.

- Gracias, lo hice yo misma –dice con orgullo–, vi algunos diseños en internet y pensé, ¿por qué no? Me alegra que te guste, según sé antes tenías una empresa de decoración de interiores, ¿no? –asiento, ¿me pregunto qué más sabría?

- Sí, pero tras la muerte de mi esposo me hice cargo de las empresas de importación y exportación, telecomunicaciones, farmacéutica y demás empresas, así que le vendí mi parte a mi socia, sé que esta en excelentes manos –digo con cariño, Cece me había ayudado mucho, era lo menos que podía hacer por ella.

- Maravilloso –se gira y camina a la cocina, la mesa estaba lista.

- ¿Necesitas ayuda mamá? –pregunta Thesion yendo detrás de ella.

- No, Leian me ayuda, así que tranquilo –así que eso era, quería ponerme en una situación difícil con la mejor amiga, pero no me dejaría.

- Mamá –susurro suave, la veo ponerse tensa, sólo unos segundos antes de sonreírme–, huele muy bien, ¿prepara lomo de cerdo con salsa de ciruela? –digo suave, la veo poner cara de sorpresa, seguro creía que no sabía cocinar–, es un platillo delicioso, en casa suelo freír todo con un poco de aceite de sésamo, le da un sabor muy bueno, si le interesa, ya me dirá como le queda –rodeo el brazo de Thesion, podía ver los celos en la cara de la enfermera, pobrecilla, él era mío ahora.

- Gracias querida, lo tendré en cuenta –me sonríe con falsedad–. Ya está listo, ¿lo llevas a la mesa hijo? –él asiente, toma los guantes, el platillo y lo lleva al centro de la mesa, Leian arrima el puré de papa y me tomo la libertad de acercar la ensalada y el pan, los dejo con cuidado y no sentamos.

Thesion es el encargado de cortar y servir el lomo, cada quien se sirve la ensalada y el puré, comenzamos a comer en total silencio.

- Esta delicioso, mamá –susurro suave, no me iba a intimidar.

- En realidad, lo hizo Leian, ella es como una hija para mí, es tan amable, dulce, es toda una ama de casa, justo lo que un doctor necesita, ¿no crees querida Enith? –sonrío conteniendo un insulto.




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