Enith:
Habíamos hecho una comida para celebrar esta importante noticia, todos estaban felices e incluso, circulaba por la red la declaración, el anillo, que por cierto vi tras unos minutos que bajo la emoción inicial; era un anillo sencillo de oro blanco, en el centro tenía mi gema favorita, un zafiro azul en forma de lágrima rodada de pequeños diamantes, era muy parecido al anillo de la sultana Hürrem de la serie el Sultán, no era tan grande eso sí, era hermoso y lo amaba.
- Es muy bonito, ¿yo algún día tendré uno también? –me mira atenta mi pequeña Rach.
- Claro que sí mi amor, el más bello –beso su cabeza, ella asiente y va donde Thesion, la levanta. Ellos habían hablado, él le había dicho que no tenía problema en ser llamado amigo T, Thesion o cualquier nombre que le fuera cómodo, ella había preguntado si estaba bien llamarlo papá Thesion, incluso había hablado con Adley para preguntarle, pude ver la emoción en los ojos de Thesion, él le había dicho que sería un honor ser padre de esta bella damita, y me había sentido tan feliz pensar en lo armonioso que sería todo a partir de ahora.
Lo primero que haría era una visita a la doctora Torres para que me revisara, había pasado bastante de la última vez que había tenido mi periodo, y no nos habíamos cuidado, era demasiado pronto para otro bebé, así que iría a revisión y veríamos cuál era el mejor método anticonceptivo, Thesion había pensado en la vasectomía, pero debíamos hablarlo con calma.
- Hola señora Bianchi –me saluda Rose nada más llegar, le sonrío.
- Hola señora Rose, ¿cómo ha estado? –todavía faltaba tiempo para mi consulta.
- Bien cariño, ¿y tú? El doctor Solon me contó la buena nueva, ¿ya tienen fecha? –sonrío como idiota, asiento.
- En 4 meses, ya comenzamos a planear todo, será pequeño y muy familiar, esperamos pronto comenzar a enviar las invitaciones, espero que pueda venir –a ella le debía aquel baile.
- Haré lo posible cariño –me sonríe con emoción, asiento–. Ya vuelvo –la veo alejarse a una habitación.
- Es una pena que Thesion renuncie al sueño de su vida –me giro tras escuchar la voz de Leian, la miro con cara de pocos amigos, ella era insufrible, y me había declarado la guerra.
- No sé de qué hablas –la miro mal, ella hace una mueca de sorpresa.
- ¿De verdad no lo sabes? Creí que te había dicho –se encoge de hombros, suspiro para calmarme.
- De qué demonios hablas –digo bajo, no estaba para sus juegos estúpidos.
- Thesion rechazara estudiar en el Niklaus Children’s Hospital, catalogado como uno de los mejores hospitales, sus programas de especialización siempre son galardonados, todos quieren entrar ahí –lo recordaba, eso me lo había contado cuando recién nos conocimos, desde que supo que quería ser doctor, soñó con hacer un programa ahí, incluso trabajar para ellos–, incluso le ofrecieron una plaza, pero él piensa rechazar el sueño de su vida para quedarse contigo, pero bueno, si él es feliz –se encoge de hombros y se va.
La observo hasta que se aleja, ¿por qué no le había mencionado nada de esto?
- Hola prometida –siente sus brazos rodearle, besa su cabeza, se gira a verlo.
- ¿Es verdad que te contacto el Niklaus Children’s Hospital? –pregunto seria, él me observa con sorpresa.
- Sí, ¿cómo lo supiste? –me suelta, lo veo haciendo unos expedientes, parecía tranquilo, yo sentía que la cabeza me daba vueltas.
- Me lo dijo Leian, también me dijo que vas a denegar la oferta –esperaba que eso fuera mentira, seguro esa mujer lo había dicho para hacerme sentir mal.
- Así es, los voy a rechazar –cierra el expediente, me sonríe y se lo entrega a una enfermera.
- ¿Por qué? Es el sueño de toda tu vida –pregunto confundida, algo se podría hacer.
- Porque me ofrecen contrato por cinco años y para eso debo ir a vivir allá, ¿te parece si hablamos de esto después? –pregunta antes de salir corriendo.
- Hola Enith, pasa –la voz de la doctora Torres me saca de mis pensamientos, asiento y voy a la sala.
- Hola doctora Torres –digo mientras me cambio de ropa y me acomodo en la camilla, comienza la exploración, la idea de él renunciando a su mayor sueño me torturaba, jamás lo había visto sonreír así como cuando lo conocí, cuando me hablo del increíble trabajo del hospital y como sería un sueño poder trabajar ahí, pero era complicado ya que había muchos especialistas con años de reconocimiento, y ahora que era uno, lo rechazaría por quedarse aquí.
Era complicado, no tenía ningún problema en mudarme, pero Rach tenía una vida, un padre y hermano, irme significaba dejar a cargo las empresas y empezar de nuevo, algo que no me asustaba, sabía que todo lo que implicaba un cambio lo detenía, y eso me hacía pensar en lo comprensivo que había sido con mis tiempos, con mis prioridades, si no lo apoyaba, ¿parecería que no me importaba su futuro? Sin duda, este trabajo le abriría muchas puertas, lo pondría en la cúspide y podría ocasionar que ganase muchos premios, no sólo el Osler.
- Listo, todo perfecto, seguro pronto tendrás tu periodo –asiento de manera ausente, mi cabeza era un lio, me visto casi de manera automática, salgo sintiendo que el alma me pesa, sólo necesitaba un poco de iluminación.