Una última vez... para siempre

La boda

Me había sorprendido un poco cuando mi padre me avisó que se casaría con la señora Bianchi, y no porque no supiera del amor que mi padre sentía por ella, si no porque jamás creí que se atrevería, pero me daba mucho gusto.

- Haremos una boda tan grande ‒escucha decir a Enith mientras anotaba algunas cosas en tu tablet, supongo que estaba escogiendo todo‒, será hermosa, elegante e inolvidable ‒la veo acercarse a ellos y mostrarles algunas cosas.

- Supongo que no habrá quien la detenga ‒me había parado a un lado de Amirov.

- Nadie iba a hacerlo, de todos modos ‒sonríe mirando la escena‒. Ahora seremos hermanos, ¿qué te parece? Supongo que ya puedo llamarte Thesion, llámame Amirov ‒asiento, era extraño pero supongo que tenía razón.

- Bien, hermano ‒lo escucho reír a carcajadas por como lo he llamado, estaba seguro que mi madre enloquecería, pero no había más que hacer, mi padre había tomado una decisión y no había nada que se pudiera hacer.

La planeación de la boda se llevó a cabo en dos meses, Enith iba y venía organizando todo, se le veía muy feliz, mi padre y la señora Bianchi también, ella había decidido adoptar el apellido de mi padre, ahora sería Giulietta Solon, era extraño pero que se le haría.

El día de la ceremonia llegó, sería el padrino de mi padre junto a Amirov, Enith era por supuesto, la dama de honor mientras que Rach sería la niña de las flores.

La verdad, la ceremonia había sido muy emotiva, no fue hasta ese momento que entendí el gran amor que se tenían, uno que habían guardado por años y que ahora florecía, fue muy hermoso.

La recepción también fue hermosa, sin duda, Enith había pensado en todo, ahora yo me había convertido en mi padre, amando a la mujer de un Bianchi, que irónico.

- Salud por mi padre ‒digo cuando llega la hora del brindis‒, un gran hombre, espero que no te cause problemas Giulietta ‒alzo mi copa‒ y si lo hace, puedes decirme para regañarlo, ya verás que me hace caso ‒le guiño un ojo y todos comienzan a reír.

El siguiente en dar un discurso es Amirov, al contrario de mí, los había hecho llorar.

- Mamma, sabes lo mucho que te quiero, eres esa madre que nunca pude tener, y tú Jackson, siempre has sido un padre para mí, y ahora que al fin están juntos, me siento muy feliz, ya no tengo que ver divorciados a mis padres ‒comienzan a reír‒, espero que sean muy felices por el resto de sus vidas, se lo merecen, salud ‒todos alzamos nuestras copas.

El resto de la noche nos la pasamos hablando, riendo y bailando, en su mayoría era yo con Giulietta, Enith y Rach.

- El día que encuentres a tu chica especial ‒dice Amirov nada más llegar a mi lado, veía a Enith bailando con Rach una última vez antes de que se fuera a dormir‒, tendrás una boda el doble de esta ‒palmea mi hombro, niego sonriendo, no sabía si eso pasaría pronto, porque la mujer que quería ya estaba casada.




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