Una vez al año ¡si hace daño!

Capítulo 4 "Como una tortuga"

Como una tortuga

 

24 de Diciembre a las 20:55 pm

 

Luego de enviar eso apagué mi teléfono. No, no era broma cuando decía que lo mejor sería pagarlo.

Así que lo hice.

Una mujer de palabra-al menos eso era algo para poder presumir-Y no esto, no mi sentido de orientación y suerte. Tal parece que carecía de eso, porque no había manera alguna de que terminara sentada en medio de un parque con mi mochila y congelándome.

Ya mismo las estatuas de hielo me tendrían envidia por querer robarles su trabajo.

Pasé las manos por mis brazos tratando de darme calor y solté aire por la boca. El humo blanquecino me saludó, eso demostraba que tan frío estaba todo.

No vine preparada para New York.

Se notaba en mi simple chompa y mi jean con zapatillas. Estas eran las causantes de que cada cierto paso terminara haciendo malabares para no irme contra el suelo.

No quería romperme el cuello o la espalda, esa capa de hielo no se veía nada suave.

Era delgada pero no por nada el resto de personas estaría usando botas ¿verdad?

Traté de conseguirlas, pero no sé en dónde y cómo caminé y caminé, terminé perdida y cansada.

¿Por qué no estoy en el aeropuerto?

Bueno, resulta que no hay vuelos disponibles por la pronta tormenta de nieve. Así que ahora no tenía como volver. Aunque tenía ahorros...no creía poder comprar mucho con eso.

-Bueno, al menos para algo de comer debe haber-murmuré y moví la bolsa entre mis dedos-Creo que algo caliente me ayudará.

Puse la bolsita de mi dinero en la banca y saqué más ropa para ponerme encima. No quería morir de hipotermia. Acabé y tomé mi mochila de ruedas y la bolsita.

De igual manera por el hielo seguro resbalaría.

Mentiría si dijera que la nieve no daba miedo. Las personas empezaban a irse y quedarme sola hacía que el lindo paisaje se volviera algo tétrico y escalofriante.

Si por cosas de la vida me caía... ¿quién encontraría mi cuerpo moribundo?

Como si supiera de ello, patine de nuevo sacándome una parte del corazón.

-¡Joder!-murmuré y apreté los labios cuando me estabilice-Eso estuvo cerca.

Tomé aire y me reí levemente cuando llegué a un puente algo curveado.

-Esto será algo difícil...

Di un paso al frente y con cuidado-pero pareciendo Bambi recién nacido-empecé a subir la inclinación del puente.  

¿Así que este es el puente Bow Bridge de Central Park?

No sabía si era lindo, pero subiéndolo poco a poco no parecía serlo. Di otro paso y gruñí cuando patiné. Para ser un puente no tan inclinado y no tan largo, sí que con zapatillas planas te re-jugaba lindo.

-Te odio Robin, no sabes cuánto deseo arrojarte por este puente-mascullé.

Creí que todo estaría bien, al menos cuando estaba por llegar a la mitad, pero un empujón y un tirón brusco de mi mano me hicieron jadear.

-¿Qué demo...¡Me robaste!

El prófugo ladrón si tenía botas de nieve y por lo tanto no le resultó difícil subir corriendo el resto del puente con mi bolsita. Con mi mochila corrí y me aferré al puente.

¡Son mis únicas monedas! ¡No podía dejarlas ir así!

-¡Detente!-grité y en un acto enojado trate de correr más rápido soltándome del barandal del puente.

Siempre miren al frente. No sabes que tan dura puede ser estrellarte contra la realidad.

Yo miraba al ladrón desaparecer, por ese motivo no me di cuenta que no iba a ser la única usando el puente.

Error mío.

Las películas lo pintan lindo. Un choque, disculpas y sonrisas cariñosas.

No es real eso. No, ni un poco. Al menos no para mí.

Primero: Mi frente se estrelló contra una dura quijada y retrocedí maldiciendo por eso.

Segundo: Mi cabello se enredó en el cierre del sujeto.

Tercero: Zapatillas con nieve son una pésima combinación ¡Nunca la hagas! Mi pie patinó y termine cayendo hacia atrás.

Cuarto: Mi cabello seguía agarrado y sentí claramente el dolor de un mechón menos.

Quinto: Lo único real es que se te paraliza el corazón por unos segundos antes de caer.

Y así fue como retrocedí todo lo que había conseguido subir. Con manos estiradas, de espaldas y ojos abiertos compartiendo la misma expresión de horror del chico.

Me fui como en una resbaladera pero de espaldas.

Hice la peor vergüenza de mi vida, me parecí por unos segundos a...

Bueno...me sentí como una tortuga.

Y te diré algo... ¡FUE HORRIBLE!



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En el texto hay: amor adolescente, minihistoria, mini drama

Editado: 25.12.2021

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