Intento de famoso
24 de Diciembre a las 21:00 pm
Las señoritas no maldicen...
Nunca golpean a los demás.
Son lindas, graciosas y sonríen.
Bueno... ¡al carajo que ya no soy una de ellas!
Porque obviamente estaba maldiciendo con palabras de otro mundo acostada en el suelo. Y también, le golpee la mano cuando me la ofreció.
Y sí, le sonreí, le sonreí mientras planeaba como tirarlo de la misma manera por el puente.
-Tómala de una buena vez ¿quieres? No tengo todo el día-gruñó el sujeto.
Alcé la mirada furiosa.
-Tú no tienes la espalda rota ¿verdad?
-No te has roto la espalda, no podrías sentarte si fuera el caso.
-Soy alguien rodeada de milagros, ¿qué esperabas de esta santa?
-¿Santa?-sonrió burlón-santa caída la que te diste digna de youtube.
Apreté los dientes y él rodó los ojos antes de arrodillarse. Fruncí el ceño y quise quejarme más cuando sus manos tomaron las mías.
-¿Qué haces?-sacudí mis manos-Suéltame.
-Eres muy terca.
Tiró de mis manos, pero yo tiré más fuerte y pronto nos vimos en una guerra infantil de tira y afloja. Hasta que se cansó y levantó.
-Pareces una niña ¿te lo han dicho? ¡Dios mío, este día no podría ser peor!
Me ofendí.
-Es un honor verme más joven, pero ¡no eres el único sujeto con el peor día del mundo!
Rodó los ojos.
-Como sea, no me quedaré aquí hasta media noche.
-Tampoco es que quiera yo eso ¿sabes?
Se alejó de mí y cuando estaba por pararme, sus brazos rodearon desde atrás mi cintura y como si de una muñeca se tratara, me elevó.
Grité.
No había esperado que se diera la vuelta e hiciera esto.
Me removí y pataleé un poco.
-¡¿Qué haces?! ¡Bájame o te dejo sin herencia!
-No pasaré mi navidad con loca como tú-masculló en mi oído haciéndome estremecer y detenerme-Así que quédate quieta o ambos pasaremos una larga temporada en el hospital con cuello ortopédico.
Le hice caso, no sé si fue el tonó bajo que uso, el que provocó escalofrío por mi cuerpo o mi miedo a los hospitales.
Fuera cual fuera el caso, hice lo que pidió. Pero me quejé cuando para tomar mi maleta me apretó más a él.
-Agárrate tú también, no vaya a ser que por accidente te suelte.
-¿Accidente?-gruñí-Inténtalo y...
En ese mismo instante él hizo un amague de soltarme. Jadeé asustada y rodee su cuello con mis brazos.
>>¡¿Qué demonios te pasa?!-le grite.
¡Jodido loco!
-Fue un accidente.
Entrecerré mis ojos. ¿Y la loca era yo?
-Ajá, accidente. Accidente el que sucederá mientras duermes si saludo al suelo por segunda vez.
Una leve sonrisa de lado se formó. Una engreída.
-Quiero ver eso, seguro mi representante te mata por eso. Me revive y luego seguramente también me mata por haberme escapado.
-Estoy segura de que escaparte no sería la razón del asesinato. No estas escapando de mí y aun así quiero apretar tu cuello.
Soltó un bufido y procese algo. Lo mire desconcertada.
-Además ¿dijiste representante? Ni que fueras famoso.
Me miró y enmarcó una ceja. Al llegar al final del puente, me bajó despacio y colocándose frente de mí con brazos cruzados, preguntó:
-¿No parezco famoso?
No me iba a intimidar. Y ya que estaba estable en el suelo también cruce los brazos.
-No tienes cualidades para ello.
-¿Y acaso tú sabes esas cualidades?
-¡Claro! No ser grosero, no estar ciego, ser atento, sonreír, no amargado, y ser lindo, dulce y sexy.
-Y claramente tú tienes todas esas cualidades-masculló irónico.
-No, pero yo no soy la mentirosa que afirma ser famoso.
-No soy mentiroso.
-Bueno, yo nunca te he visto. Cosa que si fueras famoso no sería el caso.
En realidad, si lo sería, en mi hogar tardaban en llegar las noticias.
-Eres...eres la chica más extraña que he conocido, tanto en apariencia-me acomodé mejor el gorro ante su mirada-y personalidad. No sé tu nombre, pero te bautizó como Crazy lady.
Reí fuerte por eso.
-Gracias, y solo por adivinar mi nombre te daré un buen apodo...intento de famoso. Sí, creo que ese te va bien chico grosero sin nombre.
-¿Nombre? ¿Te llamas Crazy lady?-bromeó y reí entre dientes.
-¡Claro! Mi madre es de las que odian a sus hijos. No te atrevas a continuar-le advertí señalándolo con el dedo y alzó las manos-Me llamo Lady.
Soltó una carcajada.
-Debes estar bromeando-me miró y vio mi cara de póker-¿No? ¡Qué risa!
-Si tanto te burlas deberías tener un nombre genial ¿no?
-Claro-sonrió orgulloso-me llamo Oliver.
Bueno, no era tan malo...
Agh. Arrugue la cara con desagrado y tome mi mochila para empezar a camina lejos de él.
-¡Hey! ¿Qué pasó? ¿Sin palabras?-se rio-¡Espera, puedes perderte de nuevo!
-¡Estaría bien perdiéndome sola que contigo!
-Ah, eres una orgullosa, señorita loca.
No le dice casó, y sí, podía haber sido algo de orgullo. Como fuera, en ese momento solo empecé a caminar alejándome de él, pero por alguna razón Oliver me siguió.
Ni él supo por qué.
Cuando le pregunté porque rayos seguiría a una loca que podría haber fingido no conocerlo y secuestrarlo, solo sonrió le lado y besó mi mejilla antes de decir:
-Desde que te vi, sentí lo que tanto expresé en mis canciones. Nunca lo había sentido y, aun así, supe que en un futuro esa curiosidad sería algo más que amor.
¿Amor a primera vista?
Bueno, todo era posible si terminabas encontrándote con un intento de famoso horas antes de navidad.
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Editado: 25.12.2021