Una vez al año ¡si hace daño!

Capítulo 13 "De vuelta a casa"

De vuelta a casa

 

-¿Segura que estarás bien?

-¿Físicamente? Sí, ya vomité toda mi vida, y ¿psicológicamente? Seguro que lo estaré, no te preocupes.

Su respuesta fue fruncir el ceño y verme con desconfianza. ¡Vale! No tenía el mejor aspecto. Pero, en mi defensa, estaba como alguien normal…cuando le rompen el corazón, obviamente.

Así que no iba a estirar la pata por una enfermedad crónica.

-No estoy segura de dejarte sola…

-Viniste por navidad a ver a tu familia, no puedes no pasar con ella.

-Pero…

-Sofía-le interrumpí confundida-¿viniste sola?

-Sí ¿por qué?

-¿De verdad?

-Sí.

-Entonces…¿por qué Darwin Sanders viene hacia nosotras?

-¿Qué?

Recuerdo claramente como sus ojos se desorbitaron y empalideció murmurando el nombre de Darwin antes de sonrojarse de manera increíble cuando él sonrió con un ramo de flores. Esas eran… ¿qué tipos de flores eran?

-Hola cariño-me saludó-tiempo sin verte. Te has puesto encantadora Lady, incluso llorando te ves preciosa, es asombroso y curioso la verdad.

-Sí, bueno, lo mismo dijo Sofía al verme, supongo que eso de ser pareja les hace pensar lo mismo ¿no? Bueno, les voy a dejar, tengo un compromiso que dar por terminado y abrir regalos de navidad.  

Sofía quiso detenerme, pero los brazos de Darwin fueron más rápidos y rodearon su cintura antes de reír.

-¡Gracias Lady, mi novia y yo te deseamos que tengas buenos regalos!

-¿No deberían desearme feliz navidad?

-¿A quién no le hace feliz los regalos?

Reí y asentí.

Sabía antes de irme, que ellos estaban trayendo algo entre ambos. Pero supe por los ojos de Sofía que, si yo había estado llorando por un corazón roto, ella ahora lloraba de felicidad.

Me alegró eso.

Al menos el milagro de navidad le funcionaba a otros.

 

***

 

Llegar a casa me tuvo jugando con la presión.

Si alguien estuviera tomándome el pulso, estoy segura de que me tacharían de anormal. No puedo controlar mis latidos y mis manos.

¡Oh, mierda! ¡Mamá va a matarme! ¡Le rogué tanto por este estúpido matrimonio y ahora lo voy a cancelar!

¡Me va a arrojar una cacerola!

Tomé aire, y con manos tembleques toqué el timbre. Pensé que se tardarían en abrir, y saben, la mala noche, el baile, cobran factura, pero no fue así.

Mi madre abrió la puerta de inmediato.

-¿Mamá?

No me dijo nada, en su lugar, me abrazó con fuerza y empezó a llorar. Temí lo peor.

-¿Qué ha pasado? ¡Mamá, ¿por qué lloras?!

-Ese…ese bastardo… ¿cómo pudo hacerte eso? Mi niña… ¡dios, lo siento tanto!

No entendí a que se refería. Pero cuando se desapegó noté sus ojeras y signos de haber llorado toda la noche.

Ella lucía como yo…

Como si le hubieran roto el corazón.

-¿De qué hablas mamá?

-Debí haberlo castrado, o amenazarlo más fuerte ¡soy una tonta! Pero no te preocupes, con tus tías hablamos y buscaremos a la mejor abogada, lo denunciaremos y tu padre dijo que con tus tíos…

-¡Mamá, detente! ¡No entiendo que dices!

-¿No confías en mí?-sus labios temblaron-¿Fui tan…mala madre?

-¿Qué?

-¡¿Por qué no me llamaste cuando supiste lo de él?! ¡¿Por qué ni siquiera ahora me lo dices?! ¡¿No confías en mí?! ¡Soy tu mamá! Yo…lo siento cariño.

No pude responderle.

Obviamente no teníamos ese lazo, no existía una confianza. Jamás le dije sobre que un chico me gustara, y no tuve más remedio que decirle cuando me comprometí. Pero no podía responderle eso de manera afirmativa y lastimarla.

Al final, como ella decía, era mi madre.

No quería lastimarla.

Así que me reí aparentando estar relajada.

-¡Mamá, me habías asustado! ¡Pensé que algo malo había pasado!

-Lady…

-Creo que ya entendí. No sé quién te lo dijo, pero sí, he terminado mi compromiso con Robin, me fue infiel, me duele, pero eso no es tu culpa. ¡Por dios! Jamás te culparía de mis relaciones. Y si no te llamé fue porque no pensaba en ese momento, además me robaron y el intento de cantante me hizo olvidarlo.

-¿Intento de cantante?

-Es una larga historia, te la contaré adentro ¿de acuerdo?

-Sí, me tienes que contar todo.

-Sí, mamá, lo haré.

Al entrar, mi familia me recibió igual que me madre. No me impacto, pero lo que, si fue un golpe mental, fue el ver a mi padre llorando, me abrazó por mucho tiempo y murmuraba que yo no merecía eso.

Prometió golpearlo al verlo, pero le prohibí. No quería pagar una denuncia.

Fue entonces como en medio del caos, me dio algo de risa cuando abría los regalos. Siempre sentí que no encajaba en mi familia, y tampoco fui fan de la navidad.

Pero, aquel día de navidad, me sentí en casa.

Y tuve lo que hace años había deseado, solo estar rodeada de mi familia.

 

***

 

No tenía sueño, pero concordaba con mi madre al decir que fue un día agotador y que debía dormir.

Así que no me opuse a acostarme en mi vieja habitación. Es algo extraño que todavía la tuvieran, he oído de mis amigos que sus padres cuando ellos se mudaron volvieron sus cuartos bodegas o algo por el estilo.

Mis padres jamás han tocado mi cuarto.

Me sorprendió al verlo limpio, mamá nunca ha dejado de entrar y limpiar, pero sin mover nada. No le pregunté por qué, pero ella solo sonrió con nostalgia al dejarme pasar.

Suspiré viendo por mi antigua ventana el vecindario y el sonido de mi teléfono llamó mi atención. Era un mensaje, corto, con solo una pregunta.

 

“¿Todo bien?”

 

“¡Fantástico!”

“¿Y tú?”

 

“Me alegro. También estoy bien…”

Señorita loca”



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En el texto hay: amor adolescente, minihistoria, mini drama

Editado: 25.12.2021

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