Una vez al año ¡si hace daño!

Epílogo "Milagro de Navidad"

Milagro de Navidad

Cinco años después

 

Los copos de nieve caían, eran hermosos y aunque la nevada se había adelantado no quería decir que se viera menos hermoso. Sin duda estaba temiendo morir congelada y aunque al principio mi cuerpo quiso temblar como un chiguagua, se acostumbró.

Ahora, con el cuerpo normal y calientita, me es posible admirar el alrededor. Las calles deberían estar desiertas por ser navidad, al menos se supone, pero hay muchos grupos caminando por las calles.

Supongo que algunos les gusta pasar navidad afuera.

Pero eso es mejor, ver a las personas hace sentir cálido mi pecho y sonreír.

Camino un par de calles hasta llegar al puente. La mente es increíble, tiene la capacidad de recrear las imágenes, sonidos y devolverte las sensaciones de ese momento. Por esa razón sonrío cuando el recuerdo de hace cinco años, se cuela a mi mente.

Nuestro choque, mi resbalo y caída de espaldas mientras me iba de bajada. Y él siguiéndome asustado.

Fue vergonzoso caer de ese modo.

Suelto una leve risa y me acerco al lugar.

Creo que mi familia tenía razón. Los recuerdos son especiales cuando se crean con personas igual de especiales.

Y Oliver Duch sin duda era un caso especial.

Voy a ver la hora cuando unos brazos me encarcelan contra el puente. Siento una respiración a mi lado y sonrío levemente.

-¿Esperaste mucho?-pregunta.

-En realidad, recién he llegado.

Quiero verlo, es tanto el deseo de tenerlo en frente que me doy la vuelta lentamente y trato de controlar las ansias. Lo hago con la cabeza alzada, no quiero dejar de verlo.

Y no fallo.

Toparme con sus ojos hace que mi corazón salte y cuando sonríe, mi boca se abre un poco mientras mis mejillas se sonrojan levemente.

-Es un gusto volver a verte, mi Lady.

La calidez se extiende por mi pecho y aprieto mis manos tomando aire.

-Es bueno verte...ya no intento de cantante.

Una risa baja sale de su boca y sonrío levemente.

-Sabía que dirías algo como eso. Pero oírlo se siente mejor, en especial si es en persona. Es mucho mejor hablar de esta manera contigo.

-¿No te gustaba verme por pantalla? No creo haber estado tan fea.

-No-frunzo el ceño y su mano toma mi mentón-porque no puedo hacer esto.

Sus labios terminan en mi frente, su acto me sorprende, pero me gusta. Por esa razón río suavemente y lo abrazo.

-También me gusta poder hacer esto.

-Y a mí me gusta que lo hagas.

Me alejo para verlo y hay un ligero rubor sobre sus mejillas.

-Así que al final si te convertiste en una estrella ¿eh? Giras, fans, música y una agenda de locura. 

Ríe suavemente.

-Lo hice, y mi inspiración fuiste tú.

-Creí que siempre bromeabas cuando decías aquello.

Siento su mirada, pero no alzo a verlo, aun así, él no se rinde y toma mis manos.

-Tal vez esa noche bromee mucho, pero entre todas mis palabras, siempre hubo algo de verdad. Sí me atrajiste, si pensé que eras algo loca, y-besa mis manos y me sonríe dulcemente cuando subo la mirada-siempre pensé en verte de nuevo.

-¿Estás coqueteándome?

-¿No lo hice todos estos años desde lejos?-pregunta pícaro-Sé que tienes una mala experiencia con las relaciones a distancia pero ¿no has sentido que todos estos años hemos estado en una?

-¿No tuviste algo con alguien?

-Ni una sola vez y lo sabes.

-Lo sé-sonrío y sus manos llevan las mías a su nuca.

-¿Puede este intento de cantante besarte?

-Solo si me va a proteger de las miles de fans que me querrán tirar por un puente después de ese beso.

Ríe y hace que su nariz roce la mía.

-No puedo prometerte imposibles como que no hablarán de ti, pero si te prometo defenderte, amarte y no dejarte sola. Además...puedo ser el idiota con un paraguas que espera por ti y darte conciertos privados si lo deseas.

Me estremezco por el tono ronco de su voz y río divertida.

-Supongo que los conciertos privados son un lujo que no se debe desperdiciar ¿verdad? Y como soy inteligente, debería aceptarlo ¿verdad?

-Lo eres.

-Bésame-le pido y su sonrisa crece.

-Tus deseos son órdenes, mi lady.

Cuando sus labios tocan los míos, las emociones se desatan de mi cuerpo. El anhelo, la expectativa y el amor como deseo, se desatan entre nosotros.

Sí, ha pasado tiempo y aunque no nos hemos visto mucho en persona, siempre ha habido contacto. En ocasiones nos veíamos y pasábamos juntos, pero era un corto tiempo. Su agenda, mi trabajo y la distancia, todo eso nos complicaba un poco vernos, pero seguimos así.

Vira un poco su rostro y trata de profundizar el beso, me aferro a su cuello y me estremezco cuando se aleja.

-Jamás pensé sentir tanto, por esa razón verte ahora me parece irreal-susurra-Vamos, hay personas que esperan ansiosos por volver a verte.

 

***

 

-¡Hola Jeff!

-Señorita Lady, que bueno volver a verte.

-¿A qué sí? Soy encantadora.

-Mejoras el humor de Oliver y eso es un alivio.

-Jódete Jeff.

Masculla Oliver, pero besa mi mejilla. Ese acto hace que Jeff deje de ver sus documentos y nos mire.

-Esperen ¿por qué ustedes…actúan más cariñosos que de costumbre?

Mis mejillas enrojecieron.

-¿Más?

-Sí, más.

-¿No puedo?-pregunta Oliver y sonríe de manera ladeada-Es mi novia.

-¿Novia?-Jeff abre los ojos y me mira-¿Dijo novia?

-Sí…

-¡No! ¡¿Cómo puedes hacerme esto Oliver?! ¡Y tú, Lady! ¡Van a matarme!

-No puedes morir sin antes dar el comunicado.

-Sí, lo sé, Oliver, lo sé. Solo te pido algo Lady, por favor, necesito que lo cumplas.

-¿Qué cosa?

-Cuando termines con él, por favor, no me pidas que pague el boleto de avión. No es que no confíe en ti, pero las mujeres enojadas son de terror y sin consideración.



#18944 en Novela romántica
#3311 en Chick lit
#12049 en Otros
#3582 en Relatos cortos

En el texto hay: amor adolescente, minihistoria, mini drama

Editado: 25.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.