Vuelvo suavemente a la realidad , es extraño este estado. Mi cuerpo es consciente de sí mismo, mi cabeza piensa tan rápido que con mi cansancio apenas soy capaz de entender las palabras que se formulan. Es un extraño estado de alerta, el cual está envuelto en un campo de un transe agotador.
¿Quien soy? Esa pregunta golpea como un martillo, generando una pequeña grieta en el campo del trance. No tengo recuerdos de nada. La información básica de cualquier individuo, mi identidad, a dónde pertenezco, o algo más básico, qué soy, no se encuentra entre los datos que contiene mi cerebro.
Trató de resbucar esa información inviertiendo la menor cantidad de energía posible.
Después de varios minutos solo llegué a una conclusión, soy humana. Por un momento me siento satisfecha con esa respuesta, soy humana y estoy acá. ¿Qué tan lejos podrían llevarme las preguntas? ¿Quiero que me lleven lejos? No, claro que no. ¿Por qué alguien querría huir de algo que se siente tan bien? Estoy segura y ningún lugar en el que uno se encuentre seguro puede ser malo.
¿Habrá más burbujas con humanos? Tal vez estén cómodos como yo, flotando a la deriva, esperando encontrarse con más burbujas. ¿De dónde saldremos? De mamá y papá, aunque no tengo idea de que es una mamá y un papá.
Las incógnitas me llevaron por un momento demasiado lejos, más allá de mi zona de confort. Entre las lineas de interrogantes surgió una duda muy fuerte. ¿Dónde estará el resto? ¿Estarán a salvo?
Me perdí tanto en mis pensamientos que por un momento creí que la burbuja era producto de mi imaginación, que no estaba en este lugar. Abrí los ojos, más de los que los había abierto desde la primera vez que desperté. Extendí mi mano y presioné mi escudo.
Hice tanta fuerza que explotó.
Sin embargo, aún la siento junto a mi, la siento dandome su calor, cuidando mi integridad. Cerré los ojos esperando respirar aire frío de todo el espacio que me rodeaba, pero al abrirlos encontré nuevamente a mi cubo. Tal vez pueda salir de acá, tal vez no. ¿Quiero hacerlo?
Una parte inquieta de mi lo desea con el alma, pero el resto está tan adormilada que no puede tomar una decisión. El ritmo lento de esta vida hace que me sienta relajada, hace que las preocupaciones huyan de mi cuerpo y se pierdan en el espacio.
Las horas pasan, o eso creo, porque siento que pasa mucho tiempo hasta que la siguiente duda azota mi mente. ¿Por qué nunca tengo hambre? ¿Por qué solo siento sueño? No conozco otra cosa más allá del cansancio, no hay otro sentimiento negativo que me haya visitado desde la primera vez que me desperté. ¿Debería estar agradecida o asustada?
Los ojos me arden y lloran del sueño, como si que hubiera pasado días en vela. Me acomodó un poco mejor en la mullida burbuja y suspiro.
Mientras mis párpados empiezan a caer por su propio peso, un segundo antes de dormirme, el cielo se llenó de estrellas, aunque ninguna lo fue. Todos eran cubos de diferentes colores que flotaban cerca de mi, quise mantenerme alerta, pero ya era muy tarde.
Buenas noches, burbuja.
Buenas noches, espacio.
Buenas noches a todos
Al abrir los ojos, entendí que esto se había acabado. Mi primer recuerdo de este lugar se sentía lejano. No entiendo cómo llegué a esa conclusión, quizás es solo un presentimiento, ese mismo me indica que algo debe cambiar.
No entiendo la dinámica de este lugar, a pesar del tiempo transcurrido. Hay tanto silencio que se siente cómodo, pero me enloquece. No hay luz y, a su vez, la luz de mi cubo me está cegando.
Hago un esfuerzo sobrehumano para espabilar. Una vez que logro vencer el riesgo inicial, rompo la burbuja con las manos y me incorporo en un suelo inexistente. Doy un paso inseguro, la negrura me abraza, doy otro más, la burbuja me envuelve nuevamente.
Me enfadó, esta situación es algo frustrante, algo que está más allá de mi comprensión y hace que me sienta insegura. No la burbuja, sino cómo funciona, su objetivo. Es tan buena que casi parece extraña… ¿Tal vez es que esto hace muy leve mi existencia? No me permite preocuparme de nada, no me permite sentir nada más que tranquilidad y paz.
¿Por qué existe algo tan cómodo? ¿De dónde salió algo tan bueno? Después de ese sacudón me sentía mucho más despierta.
Volví a reventar la burbuja y corrí hacia la nada misma. Era un viaje hacia la oscuridad. Traté de tranquilizarme pensando en que siempre puedo volver, incluso llegué a convencerme de que en cualquier momento reaparecería y me envolvería.
Cerré los ojos y seguí corriendo, tratando de controlar el temblor de mis puños cerrados. Seguí sin pensar en tomar un descanso, sentía que podría aguantar un poco más antes de necesitar parar. Me ilusioné, tal vez lo que me rodeaba no era tan malo ni misterioso.
Hasta que me caí.
Abrí los ojos y me encontré rodando por sobre mi misma, volví a cerrarlos, creyendo que así soportaría mejor el impacto y el rozamiento de mi cuerpo contra los puntos filosos que habían en el suelo.
Mi cuerpo impactó contra una superficie lisa, quedando mi cabeza en el piso y mis piernas pegadas a una pared rasposa, varios puntos de mi cuerpo ardían. Había un horrible olor a humo y a plástico quemado.
Abrí mis ojos, tratando de que la cabeza le diera sentido a lo que estaba pasando. Me encontraba en un edificio que no entendía y que en algún momento fue blanco, pero ahora tenía varios puntos grises, no sé si por el fuego o el polvo.
Un ruido extraño se hizo presente a mi lado, un cable roto daba chispazos, por lo que me incorporé rápidamente y muy sobresaltada. Me arrastré lejos y decidí sentarme para observar el panorama al que me enfrentaba. Había numerosas máquinas que hacían corto circuito.
Me incorporé con mucha dificultad, ayudándome de una pared que algo la había reducido a una figura sin gracia y con muy poca estabilidad. Una vez estable, vi como unos ladrillos cayeron a mi lado. Apenas logré esquivarlos y algunos rozaron mi piel, raspandola.