Una vida en su interior

Inicios

La pequeña niña rubia de apenas 15 años caminaba por la calle Bestry, con un paraguas en manos, la lluvia no parecía tener fin, estaban apenas comenzando el otoño, las hojas de los arboles habían desaparecido por completo, y las pistas se hallaban totalmente inundadas de agua, era terrible tener que ir a la escuela en un día tan lluvioso….para ella, cualquier día que fuese a la escuela lo seria, ciertamente era demasiado afortunada, si uno de los Hedley o Sey se encontraba enfermo, o simplemente no tenía ganas de ir, no iba, ninguno iba, a pesar de los regaños y protestas de sus padres, ninguno iba y punto. Peish Hedley era demasiado afortunada….Era por eso que ese mismo día, 24 de Octubre, debía de ir a la escuela a dar su examen de deportes, el único que había estado evitando durante meses, pero era su último examen, y debía aprobarlo, de lo contrario, repetiría la materia, aunque no la consideraba una materia en sí, para ella eran dos horas completas sentada en los asientos con los auriculares puestos, admirando a todos rehacer los mismo ejercicios que la semana pasada, o la anterior, y la anterior a esta, sus primos y hermano habían aprobado ya  con las mejores notas en todas las materias, el día anterior fue su último examen, el de todos, menos el de ella….

- ¿Es que puedes ser tan tonta? ¿Cómo se te ocurre pasarte las dos horas sentada sin hacer nada con los auriculares puestos durante todo el año Peish? - le regañó Marcus a su lado, todos veían una película festejando el termino del bimestre, e inicio de su semana de vacaciones, la cual tenían después de cada dos meses, la última semana del segundo mes, por lo cual, la última semana de octubre, estaban libres de profesores y exámenes. Peish hizo un puchero causando que sus labios se tiñeran de un color rojo más intenso de lo normal, provocando que Matt no dejara de mirarlos, preguntándose qué tan suaves serían.

- ¡Saben que los deportes no son lo mío, soy terrible! Los jugadores son ustedes no yo…- terció molesta, todos le habían estado reprochando lo mismo, al día siguiente de su examen, ya tenían planes de ir a la feria.

-Eso no lo explica, rayos sí que eres tonta…- habló Patrick lanzándole palomitas al rostro, que Matt detuvo antes de que tuvieran contacto alguno con este.

- ¿Y bueno? ¿Ahora estas feliz? Tienes que dar un examen mañana por la mañana, ¿Contenta por haberte pasado todo el año escuchando música? - exclamó Jaxon, frente a ella, escudriñándola con sus ojos verdes bien abiertos.

-Claro que no…- mencionó agachando la mirada- Saben que no lo hice apropósito…- les hizo saber. -Chicos dejen de regañarme ¿si? Suficiente tuve con la de mis padres…- susurró perdida entre sus rodillas, abrazando sus piernas, causando que los pantalones cortos de pijama se elevasen, mostrando sus muslos blancos, los cuales Matt observó sin querer.

-No es eso…- comenzó Matt, acariciándole el cabello rubio en un gesto tierno.

-Solo que estamos preocupados Peish. - terció Gabriel, arrodillándose frente a su prima.

-¿Porque?- preguntó levantando la mirada, dejando al descubierto lagrimas transparentes bajo sus ojos azules.

-El examen…- comenzó Sed, acercándose.

-Es brutalmente agotador….- Terminó Scott, observándola atentamente.

-¿Como lo saben?- se interesó estirando las piernas, mirando a todos.

-Un amigo mío hizo el examen hace un año…- intervino Matt, acariciando el largo del cuello pálido de la muchacha, cubierto por casi inexistentes vellitos dorados, Peish volteó a ver a su primo, los ojos azules de ambos se encontraron, Marcus fue el único que notó lo cerca que se encontraban…también fue el único que notó a Matt ligeramente inclinado sobre Peish, su hermano abrió la boca para proseguir.

-Termino teniendo asfixia, los pulmones no aguantaron el aire que le requerían los ejercicios, se desmayó, y tuvo convulsiones durante unos días. - interrumpió Marcus, ocasionando que Peish volteara a verlo, rompiendo la cercanía con Matt, que, en ese entonces, notó, ella adquirió un gesto de horror, sus ojos se cristalizaron, su labio inferior tembló, quería llorar.

-No quiero….- murmuró bajando la mirada a sus muslos.

-Y no dejaremos que ese idiota te obligue a hacerlos….- la calmó Jaxon, aferrándose a su hermana en un abrazo.

-Mis tíos jamás dejarían que hicieses algo riesgoso. - habló Patrick.

-Así que deben haber arreglado las cosas ya, no te preocupes- terminó Scott dándole palmaditas en el hombro, Peish se calmó, sintiendo el apoyo de su familia.

-Mañana iremos contigo- atajó Sed, sonriendo, quien tenía su misma edad.

-No, no, ustedes espérenme en la feria, nos encontramos en…

-Iremos contigo. - no fue una pregunta, fue una afirmación, Marcus sonó seguro en la decisión. Ella asintió, continuaron viendo la película, quedándose dormidos en el sofá, menos Matt, que se detenía en la oscuridad a observar el rostro dormido de su prima, que expresaba serenidad, con los labios bien juntos, y la respiración casi inaudible, solo su pecho que subía y bajaba ligeramente era una prueba de vida, Matt alargó el brazo pasándolo por sobre el sillón, preparándose para ir al baño, tenía ganas hace horas. Peish arrugó la nariz, agitándose en su lugar ligeramente, volteando de lado el cuerpo, aferrándose a la camiseta ligera de tela blanca que traía puesta su primo, Matt sintió el cuerpo frio de su prima caer sobre él, con las palmas en su pecho, ocasionando que este dejara de respirar, Peish sin consciencia apoyó la cabeza en el pecho de Matt, sintiendo y adormeciéndose con los latidos acelerados del corazón de su primo, ella no lo sabía claro, las piernas recogidas de la muchacha se encontraban sobre la pierna derecha desnuda del muchacho, Matt sintió que su corazón se aceleraba, sintiendo las piernas de su prima sobre él, tan suaves y delicadas, de porcelana, su piel fría impactaba con lo caliente que se encontraba Matt, hasta tenía un ligero paso de sudor en la frente, pasó saliva, sintiendo el ya conocido dolor en la entrepierna, sintiendo las punzadas que le causaban estos dolores, con las piernas de Peish a solo centímetros de su erección, apretó un puño soportando el dolor, para no despertar a nadie, sobre todo a ella, que se hallaba muy cómoda, Matt, con la respiración agitada observó a Peish, quien dormía plácidamente sobre su pecho, sonrió sin querer, dejándose guiar por sus instintos, pasó el brazo alrededor de la muchacha, brindándole calidez.




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