Capitulo 2: Destino distante.

Izan y Verónica llegaron a la explanada de la Academia Universal, un espacio amplio rodeado de torres metálicas que zumbaban con energía contenida. El sol apenas asomaba tras las nubes, y el aire estaba lleno de murmullos nerviosos de los aspirantes. Izan apretó los puños, intentando controlar el nudo en su estómago. A su lado, Verónica parecía más tranquila, aunque sus dedos tamborileaban sobre su brazo.

—¿Crees que estamos listos? —preguntó Izan, mirando la multitud.

Verónica sonrió, dándole un leve empujón. —Tú siempre dudas, pero yo sé que sí. Vamos a sorprenderlos.

Un altavoz interrumpió el bullicio, ordenando a los aspirantes formar grupos por orden alfabético. Izan y Verónica se despidieron con un gesto rápido antes de separarse. Izan terminó en una fila con otros jóvenes, algunos con miradas decididas y otros claramente al borde del colapso.

Un instructor apareció frente a su grupo. Era alto, con una túnica gris y un brazalete que emitía un brillo tenue. Su voz era firme pero calmada.

—Hoy comienza su camino en la Academia Universal. La prueba de afinidad determinará su potencial para conectar con el Orh. No es una demostración de poder, porque sin el MIE eso es imposible, sino una lectura de lo que llevan dentro. Relájense y sean ustedes mismos.

Izan asintió, aunque la idea de que algo dentro de él fuera “leído” lo ponía nervioso. Uno a uno, los aspirantes fueron llamados a una sala contigua. Cuando llegó su turno, entró en una habitación pequeña con paredes lisas y una máquina imponente en el centro: la máquina del origen, un cilindro de metal con luces parpadeantes y una cápsula transparente.

Un técnico lo recibió. —¿Izan Gutiérrez? Entra en la cápsula, por favor.

Con el corazón acelerado, Izan obedeció. La puerta se cerró tras él, y un humo brillante llenó el espacio. No sintió nada al principio, solo un cosquilleo leve. Pero entonces, una presión creció en su pecho, como si algo lo estuviera explorando. Cerró los ojos y, de pronto, su mente se llenó de imágenes: un paisaje gris y desolado, un monolito negro en el horizonte, y una neblina verde que lo envolvía, era el mismo sueño que había tenido en la madrugada.

Esta vez el alienigena extraño no estaba ahi, pero el no pudo saberlo, su concentracion estaba volcada a poder volver a la capsula en la tierra. Unos minutos despues callo al suelo arrodillado, ya habia inhalado todo ese humo y estaba resignado a morir alli. De repente sintio como sus celulas empezaban a producir energia cinis, ya era conciente de ello. Cerro los ojos con fuerza y concentró la energia pudiendola sacar de su cuerpo.
Estaba rodeado por un aura gris y sus ojos se tornaban blancos, pero su corazon dudó, sus manos temblaron y el miedo invadió su ser. No entendia por que estaba en ese sitio, pero a pesar de las circunstancias sentia paz. Todos los miedos vienian de su interior. Pronto empezo a despertar en la capsula Sintió una chispa de energía, algo que reconoció como Cinis, pero no pudo tocarla, solo percibirla. El miedo lo golpeó, y la visión se desvaneció.

Abrió los ojos, jadeando. El técnico lo ayudó a salir.

—Tranquilo, es normal sentirse abrumado. Vamos a ver tus resultados.

Izan primero escaneo su entorno, como si no se creeyera que estaba de nuevo en la capsula, luego la abrio y se bajó de ella.
—No me avisaron que pasaria algo asi.
—Es que eso no habia pasado nunca. Pero bueno mejor me apuro con el resultado ya vamos con retraso.
El hombre empieza a analizar los resultados.
—Desgraciadamente tu cuerpo no sintetiza Vir, esto es muy extraño, la mayoria de las personas sintetizan ambas energias. Ahora veremos tu afinidad cinis... Que raro, esta cosa sigue subiendo, ya vas por el 79... no 80... espera ya subio más. 90?! Mierda ya estás en 95... NO ME JODAS 99% —La cara de Izan se ilumina de una manera como nunca antes, pero esto duro poco ya que la maquina hecha chispas y de repente baja a 0%. —Ahhh que pasó??? —Como si estuviera poseida la maquina empieza a subir la cuenta hasta el 99% y luego se reinicia pero lo hace todo en una pequeña fraccion de tiempo.
—Creo que descompusiste la máquina
—Yo?! Pero yo no hice nada. Que te dice?
—Nada legible. Shtt —Le dice a su compañero que estaba en la puerta y este se acerca para que le susurren al oido. —Alcanza a Duman y dile que vuelva, pero no le digas que yo descompuse la maquina, dile que fue ese mocoso.

Minutos después, Duman entró en la sala, su figura imponente eclipsando al técnico. Observó la máquina, luego a Izan, con ojos que parecían atravesarlo.

—Señor, verá estabamos haciendo la prueba de afinidad a este muchacho y de repente la maquina se volvio loca.
—Dime los datos que te arrojo la maquina
—Antes de que se descompusiera, Izan tenia 0% afinidad Vir pero su afinidad cinis nunca estuvo determinada, empezo en 65% y empezó a subir hasta el 99% y se reiniciaba desde 1% en ciclo.
Duman escucha lo que ese hombre le dijo y se queda inmovil por unos segundos, luego se acerca a la maquina y usa el orh para conectarse a ella.
—Todo bien por allá? —pregunta Izan
—Izan cierto? Veo que tu hermano es Alejadro, un miembro de elite de la academia.

—Curioso —dijo, colocando una mano sobre el dispositivo. Cerró los ojos un momento y luego habló—. Afinidad con Cinis: 68%. Vir: 0%. Todo en orden. Felicidades aquí está tu brazalete MIE Puedes irte, espera el dictamen final para conocer tu categoría, aunque ahora que sabes tu afinidad ya te vas dando idea.

Izan parpadeó. —¿Pero la máquina no...?

—Son viejas, a veces fallan, son las máquinas originales del imperio Solder, debiste haber visto en la preparatoria ¿No? —respondió Duman con una sonrisa fría—. No le des importancia.

Al escuchar esas palabras Izan se sintio fuera de si, se comenzo a nublar su vista y dejo de poner atencion a las cosas de su al rededor.
—Sesenta y ocho porciento y cero? que puta broma es esta. El año pasado mi hermano obtuva afinidad doble de ochenta, crei que obtendria algo parecido. ¿Esta es la suerte que me tocó? Ahora si estoy seguro, nunca lograré nada de lo que soñé. ¿Por qué deberia seguir con esta puta farza? —Izan se quedó congelado mirando hacia donde estaba sentado duman, mismo que ya estaba parado en la entrada del cuarto de pruebas.
—Estás seguro? Tal vez puedas... —dice Izan.
—Cien por ciento seguro, oye no te desanimes es una buena afinidad, se que podras ser util a la academia universal. Bueno si eso es todo me retiro.
—Si es todo señor, bueno ya escuchaste al regente largo de aqui muchacho.
Izan no lo asimila del todo, cree que todo lo que le acaba de pasar sigue siendo parte de su pesadilla de la capsula. Luego recupera un poco la realidad y sale de la sala de evaluación, alli se queda sentado un rato solo existiendo.