¿Crees que el destino ya está escrito?, te lo diré; el destino está escrito, pero si queremos podemos cambiarlo, todo es modificable, emociones, sentimientos, el destino y si te preguntas si la vida y la muerte también son modificables, te diré que sí, solo que está fuera de nuestras manos o jamás nos percatamos que podíamos hacerlo.
Mi vida es la de una persona normal, soy estudiante universitaria, tengo 22 años y vivo en una ciudad tranquila. Hay algo que olvidaba, no me presenté de manera correcta, mi nombre es Evelin y esta es mi historia, mi vida resumida en algunos capítulos.
Empecemos desde el inicio de la vida, mejor no, creo que es demasiado complicado, mejor les contaré sobre las personas que me dieron la vida, las personas que amo con todo mi corazón, mis padres.
Mis padres se conocían desde la infancia, talvez muchos se pregunten ¿hay un final trágico? Les diré que no. Mis padres crecieron juntos, pero el trabajo de mi papá los separó cuando aún eran muy jóvenes. Como toda historia de amor todo resulta bien para mis padres.
Mi padre trabajaba en Quito y ya les dije que esta historia de amor tiene un final feliz, al regresar a su lugar natal mi padre nunca se imaginó encontrar a mi madre ya toda una señorita, hermosa como no tienen idea. Mi padre se quedó sorprendido y tomó mucho valor y le pidió a mi madre que fuera su novia, un momento tan romántico para sus vidas y muy significativo porque mamá le dijo que sí. Ya se imaginarán la felicidad que se mostró en el rostro de papá.
Pasó un buen tiempo y mi padre se armó de valor una vez más y le propuso matrimonio y una gran sorpresa inundó el rostro de mamá, era sorpresa y felicidad; mamá le dijo que si y en 1991 ellos se casaron y formaron una hermosa familia.
Tengo dos hermanos, son realmente increíbles o eso supongo. Mi hermano mayor Marco, la del medio Paola y por último estoy yo la más pequeña y hermosa de todos.
Fui una niña algo curiosa como todas por supuesto. Tuve una amiga, mi vecina con quien jugaba cada vez que me escapaba a su casa y la adoraba, pero sin más un día ella no estaba, cada día iba, pero nunca la encontraba y resulta que ella se había ido a otro país, Dinamarca, es verdad que me entristecí mucho y siempre iba a buscarla.
Como siempre yo iba a buscarla y no la encontraba hasta que un día decidí esconderme en un árbol de peras que había en su patio con la ilusión de encontrarla, pero la señora de la casa me empezó a arrojar piedras pensando que era un pájaro que se estaba robando sus tan preciadas peras.
Ahora que lo pienso tuve suerte de no morir a manos de la señora y sus piedras. Enserio la estimaba a mi amiga demasiado y la empecé a buscar en otros lugares y me fui a otra casa con la esperanza de encontrarla.
En ese entonces parecía una niña de la calle y todo era por encontrar a mi amiga. Nunca la encontré, pero las vecinas ya me dieron un baño y me pusieron un nuevo vestido que me hacía ver divina.
Me encantaba salir de casa cuando era niña, era super valiente y una mañana me despertaron temprano, ya empezaba la escuela y aquella niña que buscaba a su amiga por todas partes tuvo que detenerse, tuvo que ir a aprender nuevas cosas, su camino educativo había comenzado y mi futuro se empezaba a construir.