Una Vida Sobrenatural

8. Poughkeepsie

Tras asearse y desayunar los chicos se dirigieron a la acción. Habían decidido que Emma se encargaría de investigar en la comisaría mientras el menor de los Winchester haría lo mismo en la carretera secundaria donde habían sido encontrados los cuerpos de las víctimas.

—Te paso a recoger en una hora. —dijo Sam mientras Emma bajaba del coche.

—De acuerdo. Ten cuidado. —le responió ella a modo de despedida.

Emma entró en la comisaría y se dirigió hacia el primer agente que vio, el cual estaba sentado en un pequeño escritorio. Era un chico joven, más o menos de su edad, con gafas de pasta y profundos ojos azules.

Ella, que se había vestido con un pantalón de oficina y una americana, puso un semblante lo más profesional y serio que pudo. A ver si colaba.

—Buenos días, soy la agente Grant del FBI. —dijo mientras enseñaba su falsa placa identificativa. El chico la miró sorprendido y se puso en pie rápidamente—. Me gustaría hablar con el sheriff sobre las desapariciones de Katie Martin y Joe Sanders.

—Eh... Por supuesto, pero el sheriff no ha llegado aún. —respondió el agente algo avergonzado—. Entre usted y yo, es bastante impuntual y prefiere los turnos de noche. De todos modos le llamaré ahora mismo y le comunicaré que está usted aquí.

—Gracias. Por cierto, ¿cuánto lleva el actual sheriff al cargo? —había algo que le olía mal a Emma en esa comisaría. Y no, no era el sándwich de atún que el joven estaba almorzando.

—Hará cosa de un mes. El antiguo se jubiló y a él lo trasladaron desde Crossville.

Emma cada vez estaba más segura de que en esa comisaría pasaba algo raro. ¿Se trataba de una casualidad que el nuevo sheriff hubiera llegado justo cuando las desapariciones empezaron? ¿Qué no quisiera investigar sobre el paradero de Katie y Joe?

—Gracias agente... Anderson. —dijo Emma fijándose en la chapita que llevaba el chico sobre su camisa—. Mientras usted avisa al sheriff me preguntaba si podría acceder a uno de sus ordenadores...

—Por supuesto, agente Grant, como si estuviera en su casa. Yo mientras haré esa llamada.

Emma aprovechó para pasearse por la comisaría, decidiéndose a entrar en la morgue por pura corazonada.

Lo primero que vio fue la cama metálica que presidía la habitación y a la derecha, junto a las neveras donde se almacenaban los cuerpos, un ordenador. Se dirigió hacia este y tecleó "Crossville" el pueblo desde el cual había llegado el nuevo sheriff. No tardó mucho en descubrir numerosas noticias en su periódico local sobre desapariciones y víctimas de ataques animales, las cuales, curiosamente, habían disminuido hasta ser nulas desde que el sheriff se había mudado a Dickson.

Las sospechas de Emma parecían estar en lo cierto. Abrió las cámaras frigoríficas para mirar si había muertos dentro de alguna de ellas y se quedó helada al reconocer a Joe, el novio de la desaparecida Katie, su cuerpo era el único que se encontraba allí.

Emma lo examinó de cerca. No era la primera vez que se encontraba en una situación como esa, pues en la universidad durante sus prácticas de enfermería había lidiado con cadáveres antes. Reconoció unas marcas como pequeñas sierras alrededor de su cuello y tomó una fotografía con su móvil para mostrársela a Sam. Vampiros.

No parecía que Joe llevará muchas horas muerto, probablemente había fallecido esa misma noche.

Emma buscó por la morgue algunas jeringuillas para extraer sangre del cadáver. No cabía duda de que estaban lidiando con vampiros y la sangre de muerto era veneno para ellos así que pensó que sería una buena idea obtener un poco.

Cuando estaba llenando la segunda jeringuilla, oyó una voz grave gritando a Anderson.

—¿¡Por qué demonios la has dejado a sus anchas!?

—Lo siento, es del F.B.I y pensé...

—¡Me importa una mierda lo que pensarás! ¡Esta es mi comisaría! ¡Sal de aquí y ponte a controlar el tráfico!

Emma al escuchar los gritos salió rápidamente de la morgue y se topó con el sheriff en el pasillo.

—Buenos días, sheriff. —saludó, enseñado su placa falsa—. Soy la agente Grant.

El hombre la miraba examinándola y Emma pudo sentir como su pulso se aceleraba.

—¿Y qué hace el F.B.I investigando una común desaparición en un pueblo como este?

—Casualidad. Mi compañero y yo pasábamos por aquí cuando nos encontramos con la hermana de Katie Martin. Hayley nos comentó lo tremendamente disgustada que se encontraba por su hermana desaparicida. Según ella no están haciendo gran cosa al respecto. Por eso decidí pasarme para conocer su versión.

No obstante. el sheriff no le prestaba atención, tenía su mirada puesta en la puerta de la morgue. Abierta.

Emma había salido tan rápido de allí que se había olvidado de cerrarla. Y por si eso fuera poco, la cámara donde se encontraba el cuerpo inerte de Joe tampoco estaba del todo en su sitio. La chica acababa de delatarse.



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En el texto hay: sobrenatural

Editado: 17.04.2018

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