Después de dos años, volverte a ver ha sido una situación sumamente curiosa, vuelves a estar en mi mente a cada segundo, vuelvo a tener esa sonrisa estupida que solía tener cuando estaba contigo y no es que te haya olvidado en todo el tiempo que estuve ausente, es solo que ahora las emociones las descubro con mayor intensidad.
¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué fue tan mágico verte? ¿Por qué sigo siendo frágil al roce de tus manos? Maldita sea, todos esos sentimientos han regresado, esa paz que siento estando a tu lado, la seguridad en la que tus brazos me envuelven, el brillo en tus ojos cuando me ven, tu manera tan tierna de hablarme, todo sigue intacto.
¿Por qué me emocione cuando le dices al chico del parqueo que soy tu esposa y encima me tomas de la mano?
¿Por qué quería quedarme en tus brazos unos minutos más?
¿Por qué moría por besarte y aún así voltee?
Maldición, ¿qué es todo esto? ¿Por qué no dejo de pensarte?
Aún con tantas preguntas en mi mente, sigo pensando que haberte dicho que si, es lo mejor que he hecho en mi vida.