Carta de un padre a su hijo

Hola, pequeño.

No has querido salir de esta fría habitación en todo el día, ¿eh? Lamento que estés pasando por esto. Tampoco me gustan las fechas de vientos fríos y nostálgicos.

Hubiera hecho lo que sea para evitar el accidente. Aún al día de hoy sé que te cuesta adaptarte al silencio con el que convives a diario. Y a su ausencia.

Yo también la extraño, cómo no tienes idea. Éramos una familia pequeña, pero éramos una familia unida. Aún lo somos.

Me siento culpable por no poder haberte sacado adelante cuando todo pasó; un buen padre lo habría hecho. Me esforcé, pero me faltó más.

Has crecido tanto, han pasado los años y aún no encuentro la manera de hablar sobre el tema sin quebrarme contigo. Eras muy pequeño cuando todo pasó. No debiste verla en esa situación, no debiste estar ahí, no debiste perder a tu madre cuando eras solo un niño.

Las cosas han ido bien desde la llegada de ellas dos, sé que las aprecias. Su estancia nos ha venido muy bien a ambos. Creí estar feliz con eso, pero me duele ver de nuevo a ese niño indefenso y asustado cada que llegan estas fechas del año. Más porque no puedo estar a tu lado hasta que te sientas mejor. Sé que aún me necesitas mucho y quiero estar aquí para tí.

Te pido perdón por todas estas noches en las que has tenido que lamentarte en silencio, pero te prometo que siempre vas a contar con mi apoyo incondicional y todo mi cariño.

Te amo con todo mi corazón y voy a pelear por ti las veces que sean necesarias. No sé cómo superar la muerte de tu madre. Para mí que nunca lo haremos y solo aprenderemos a vivir con esto de manera pacífica, pero si quieres, podemos aprender juntos.

Ya verás, Esmy, las cosas van a mejorar y cada vez será menos doloroso.

Te amo, hijo mío y si lo olvidas, te lo recordaré las veces que sean necesarias.