Unas flores para un corazón roto

4: C l a v e l e s R o s a s

“Los griegos creen que el primer clavel floreció en la tierra cuando la doncella más bella derramo lágrimas de felicidad cuando volvió a ver a su amado después de tanto tiempo. Estas claves rosas representan mi amor por ti que a pesar del tiempo siempre será entorno, ansió poder verte una vez más”. —Anónimo.

Caminábamos de regreso a la casa después de haber pasado toda la tarde en el café, lugar donde Jackie insistía que me quedara, pero era algo que yo aún me necesitaba meditar.

—Son solo 30 días ¿Qué más puedes poder?—hablo mientras frotaba sus manos para darles algo de calor—Y si te vas ellos habrán ganado.

—Mi vida ya está hecha en la ciudad, tengo mi trabajo, mi hogar—solté un gran suspiro mientras seguía mi camino—No puedo dejar mi vida solo por el abuelo, es triste Jackie pero no creo que todo el daño se pueda reparar solo en 30 días.

—El tiempo solo es un complemento cuando de verdad quieres perdonar—se detuvo justo a mi lado— ¿Y si esta es una oportunidad de comenzar una vez más?

Estábamos a unos cuantos pasos de llegar cuando nos percatamos de que alguien estaba en la puerta tratando de entrar, Jackie corrió a él pero cuando se miraron ambos quedaron helados en completo silencio. 

—¿Todo está bien…—mis palabras se cortaron de golpe al ver que sostenía un ramo.

Era el, él había estado dejando todas esas flores, sería una mentira decir que no paso por mi cabeza la idea de que se tratara de él, estaba ahí solamente de pie, con algo de miedo.

Se podía notar como los años habían jugado a su favor, había crecido, pero su esencia seguía ahí, ese cabello negro que se ondulaba con el viento, esos ojos marrones que veían más allá de mi cuerpo y esa piel tan delicada que recorrí un millón de veces.

Solo nos acompaña el sonido de los insectos, ninguno de los tres decía una palabra, Jackie lo evito y comenzó a abrir la puerta, me hizo una seña para que yo pasara lo más rápido posible.

—Es agradable volver a verte—su voz rompió la rigidez del aire—Estas tan hermosa como el día que partiste.

Casi ya había olvido como era el sonido de su voz, pero en el momento que pronuncio sus primeras palabras, sentí como mi corazón se rompió de nuevo, como a pesar del tiempo ha encontrado nuevas formas de romperse.

—Me gustaría poder decirlo lo mismo—tome un gran respiro, sentía mis ojos llorosos—¿Qué haces aquí Roy?

—Pensé que ya era buen momento para vernos, supongo que todo paso por algo—él se detuvo por un momento—Por algo la vida te ha traído al pueblo de nuevo.

—Mañana me iré, ya no existe nada que me haga quedar aquí—fui directa pero un nudo en mi garganta se hizo presente.

Podía observar una ligera decepción en sus ojos, pero yo seguía sin entender que era lo que buscaba después de tanto tiempo.

—Entonces supongo que esta será la última vez que nos veamos—dio unos cuantos pasos hacia mí para entregarme el ramo de claveles—Si esta será la última vez que nos veamos, quiero decirte cuanto lo siento y te ruego que algún día me puedas perdonarme Ember.

Mis ojos se habían llenaban de lágrimas, sentían como se deslizaban por mis mejillas.

—¿Por qué ahora? ¿Por qué no podías ignorar mi insistencia como lo hiciste por años?—cada palabra pronunciada hacia que mi corazón se rompiera cada vez más—Solo has lo mismo de siempre y has como si lo nuestro no hubiera pasado.

—No puedo decir por qué ahora estoy aquí…tenía miedo Ember, miedo de lo duro que sería todo lo que nos esperaba—cada vez se intentaba acercar a mí—pero hay muchas cosas que no sabes, que yo tampoco entendía.

—¡¿Crees que yo no tenía miedo?! ¡¿Crees que yo no estaba aterrorizada?!—mi voz cada vez subía más y más de tono—Claro que tenía mucho miedo pero se supone que  éramos tu y yo contra el mundo, pase meses buscándote, pases meses esperándote, pase noches enteras tratando de entenderte, tratando de despertar de esta pesadilla.

—Sé que mis palabras no significan nada para ti ahora pero si tú me lo permites pasare toda mi vida tratando de emendar mi error—su voz se quebró, unas cuantas lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos—No pasado ni un solo día en el que no te extrañara, mi amor por ti no murió el día que te fuiste, fue todo lo contrario se incrementó, te sigo amando con la misma intensidad de cuando teníamos 18.

Verlo llorar siempre fue mi debilidad, quien diría que a pesar de todos estos años aun tenía debilidad por aquel hombre que rompió mi corazón.

—Cada vez que sonaba el teléfono o llegaba algún mensaje de un número desconocido—mi voz se quebró de nuevo—Tenía aun la estúpida esperanza que dé se tratara de ti, de que cuando levantara el teléfono me dijeras que tú tampoco podías vivir sin mí.

—Esa es la verdad yo no puedo vivir sin ti—seguía de pie frente a mí.

—Lo has logrado por 5 años, lo puedes lograr como yo lo hice—tome un gran respiro—No puedo verte sin que se me rompa el corazón en mil pedazos, por favor verte.

—¿Algún día me podrás perdonar? ¿Algún día me podrás amar de nuevo?—podía sentir la esperanza en sus palabras, podría sentir que al igual que yo aún se encontraba roto, aun se encontraba perdido.




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