“A veces en la vida nos toca soportar tantas cosas, situaciones que no entendemos, que no logramos descifrar del todo, que no llegar comprender porque a nosotros y quizás esas respuestas nunca verán la luz; Deseo que toda las dudas que carga a corazón dejen de atormentarte muy pronto”—Roy Z.
Tiraba unas cuantas migajas de pan a los patos que se encontraban en la orilla del lago, el cielo se encontraba gris, la época de lluvias había llegado ya, el viento era frio lo cual provocaba que mi corazón se llenara de nostalgia.
—Es bueno saber que aún no te has ido—una voz detrás de mi rompió mis pensamientos—Es muy bueno de hecho verte aun rondando en el pueblo.
Dio unos cuantos pasamos más y se colocó a mi lado, yo no pronuncie ni una sola palabra.
—Sabía que te encontraría aquí—ahora él también le tiraba un poco de pan a los patos—Siempre fue nuestro lugar.
—¿De qué hablas?—trataba de sonar molesta pero al final termine riendo—Este es mi lugar secreto, lo que quiere decir que sigue siendo mío, lo cual quiere decir que te vayas.
—¡Okay, okay sigue siendo tu lugar!—el también termino riéndose.
Los patos seguían graznando pero el alimento se había acabado, el lago se encontraba tranquilo, algunos votes daban vueltas dentro el como parte del recorrido turístico de Alcatraz, estábamos en una zona algo alejada la cual casi nadie visitaba.
Ambos nos encontrábamos en silencio, la naturaleza era la única que hablaba.
—Quiero decirte unas cosas, si tú me lo permites—su mirada estaba fija al lago.
—No creo que pueda hacer mucho para que no hables—reí de nuevo, me encontraba algo nerviosa para ser sincera.
—¿Me odias?—soltó la pregunta sin pesarlo—Porque yo me odio un poco.
El silencio se apodero del lugar, quizás el silencio sea la mejor respuesta de todas, el odio era una palabra muy fuerte, es un sentimiento que destruye ambas partes, pero no sé si yo lo he experimentado alguna vez.
Claro que me dolió todo lo que paso pero no si, si llegué a desarrollar ese sentimiento.
—Pensé que tu hablarías no que me cuestionarías acerca de lo que siento—solté un gran suspiro—No te odie por lo que sucedió, fue algún aun peor, me decepcionaste, creí que eras la única persona en la tierra que no me lastimaría, pero ese fue mi error.
Él se quedó en silencio, pareciera qué estaba buscando la respuesta a mi cuestionamiento.
—La idealización siempre será el mal de cualquier relación—hable y él estaba a punto de hablar de nuevo.
—Siempre has sido tú la que me da lecciones cada vez que vengo a hablar—soltó un gran suspiro—No quiero que te sientas presionada, no quiero que me des algo que quizás aún no merezco.
No hable, deje que dijera lo que tenía para decirme.
—No fui el hombre que merecías, aunque eso creo que lo sabes, todo el mundo lo sabe a mi parecer, tú me miedo y sucedieron cosas que estuvieran fuera de mi control—se detuvo de golpe, como si fuera algo que no debía decir—sé que no podemos ser lo que fuimos antes, no ha cruzado por mi mente ni por un segundo que todo lo que un día vivimos se repetirá, sé que debí luchar, porque de eso se trata el amor, de luchar pero creo que al final la única que lucho fuiste tú, pero quiero que sepas que a partir de hoy y por el resto de mi vida estaré aquí para ti siempre.
Se levantó sin decir más, supongo que no esperaba una respuesta inmediata, supongo que solo quería externar que me cuidaría, no es fácil confiar en alguien después de tanto daño, las personas nos llaman paranoicas, exageradas, que no sabemos soltar el pasado pero solo uno mismo sabe cuánto fue el daño causado.
Y lo peor no fue que me rompió el corazón, lo peor fue el miedo que dejo en él, el miedo de volver a querer, ese miedo, esa paranoia de que todo el mundo me va a lastimar.
—Agradece a mi abuelo, solo por el me voy a quedar y después quizás no regrese nunca más—fue directa pero se me formo un nudo en la garganta.
—Espero que…—el suspiro—la decisión que tomes sea lo mejor para ti.
Quede sola de nuevo, una parte de mí ya se encontraba cansada de todo esto, de tener que pasar más días aquí, solo han pasado 5 días y ya estoy harta.
La otra parte de mí, quiere correr hacia él, quiere decirle que a pesar de estar lastimada quiere intentarlo de nuevo.
Llevo 5 días aquí y ya no sé qué quiere mi corazón, ya no lo entiendo, cada vez que cierro los ojos pienso en él, pienso en lo que fuimos, pero sinceramente no puedo pensar en un futuro, no puedo por más que yo quiera, quizás mi mente ya sabe lo que mi corazón aún está tratando de descifrar.
Pero de verdad quiero saber si las segundas oportunidades realmente existen.