Unas flores para un corazón roto

7: H o r t e n s i a s

“Las hortensias tienen muchas caras, pero cuando se plantan en lugares sombríos representan la soledad; se cómo duele todo esto, sé que tan corta pueda ser la compañía, se de igual forma que tan larga y cruda puede ser la soledad, uno tiene que aprender a estar solo pero también tiene que aprender a dejarse querer, la vida es muy dura para andar todo el tiempo solos, déjate querer Ember!”—Roy Z

Acompañada por un simple paraguas purpura seguía mi camino a la cafetería, la lluvia era ligera con una brisa hermosa que cubría todo el pueblo, el viento era frio y húmedo, parecía que mi suéter no era lo suficiente fuerte para protegerme.

El café estaba más vacío de lo que esperaba, unas cuantas personas compartiendo su merienda en algunos meses era la única compañía que tendría esta tarde, busque el rincón más alejado de toda la muchedumbre para poder instalarme, coloque mi bolsa en la mesa, saque mis herramientas de trabajo y espere pacientemente que alguien me ofreciera algo caliente.

 Miraba la pantalla de mi computadora con todos los documentos que tenía que enviar hoy en la noche.

—Bienvenida ¿Ya sabe que ordenará?—una joven de cabello castaño se acercó a mí—Hoy tenemos un gran variedad de pays para degustar.

—Estoy bien solo con un café americano grande—le sonríe y ella lo anoto en su pequeña libreta.

Tendría que corregir algunas de las columnas de los pasantes han escrito para la revista la cual dirijo junto a otras personas, el material era bueno, bastante en realidad, solo que carecían de orden, Charlie ha hecho un buen trabajo con estos chicos.

Mi cuerpo se encontraba en el café, mis dedos presionaban el teclado pero mi mente estaba en otro lado, estaba en mi encuentro con Roy en el lago.

Nunca fui de aquellas personas que creen que tendrá a esa ser especial que lo acompañara toda su vida, desde niña es algo que me enseñaron, razón por la que creo que mi familia no están unidas como otras, a mi enseñaron a que estamos solos pero a pesar de eso siempre fui alguien sensible, alguien entregado a otros, siempre desborde de amor a otros y no con mi familia ya que ese tipo de actitudes no eran bien vistas.

Y una parte de mí siempre tuvo en cuenta que por más amor, por más que entregara todo de mí, yo siempre seria alguien temporal para todo el mundo, sé que soy la clase de chica que todo el mundo quiere, si la quiere pero para un rato ya que siempre habrá alguien más interesante o menos problemática que yo.

Es así como una parte de mi acepto que llegue a este mundo para brillar, pero para brillar sola como la luna y como esta, solo serviría a otros como guía en sus momentos más oscuros, pero como toda mujer, como toda persona que tiene sentimientos en un lugar muy, muy profundo de mi siempre se mantuvo viva la esperanza de encontrar mi para siempre.

Lo cual sucedió cuando ese chico se mudó a este pueblo, con tan solo 16 años y unos cuantos meses yo juraba que había encontrado eso que tanto anhelaba, yo juraba que la vida me había dado la oportunidad de amar, de amar de verdad, ese tipo de amor que solo encuentras en libros o canciones.

No todo fue perfecto, no todo fue fácil pero sé que él me amo, el me amo como ningún hombre me había amado antes, me cuido como ningún hombre lo había hecho, fue la primera persona que me hizo sentir visible pero había olvidado una pieza clave de lo que se trata mi vida, se me había olvidado que yo era solo alguien temporal y todo acabó esa noche.  

Una voz junto a mí me hizo despertar, solo para darme cuenta que algunas lágrimas ya se encontraban en mis mejillas.

—Aquí le dejo el café—la mesera me hablo de nuevo, su rostro mostraba cierta incomodidad—¿Se encuentra bien señorita? 

Le di las gracias y le dije que me encontraba bien, que no era nada, que era una alergia al clima del lugar, ella no indago más, se alejó para atender a otros comensales.

Me reincorpore, revise cada columna una por una para corregir el trabajo, pedí que me rellenaran la taza dos veces más, termine todo mi trabajo pendiente solo para darme cuenta que la noche había llegado desde hace ya un tiempo, tome mis partencias, pague mi consumo y partí a casa de Jackie en compañía de mi paraguas.

—¿No es muy tarde para que estés andando sola?—su voz detuvo mis pasos, gire lentamente.

—¿Y tú no me estas acosando desde que llegue?—lo mire fijamente mientras la fina lluvia impactaba su rostro.

—Ya no estás en la ciudad—el soltó una pequeña risa—Desafortunadamente para ti y afortunadamente para mí nos encontraremos más veces de lo esperado.

Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro, pero la borre de inmediato, él se incorporó a mi lado, le brinde un espacio dentro del paraguas, los dos caminábamos en silencio, no había mucho movimiento en avenida, solo algunos automóviles que nos lastimaban con sus intensas luces al pasar a un costado de nosotros.

—¿Qué opinas de las promesas?—pregunto de la nada, los dos seguíamos caminando.

—Que son una pérdida de tiempo, nadie en este mundo cumple sus promesas mi estimado, son solo un poco de polvo que el aire se encarga de desaparecer con el tiempo—fui honesta, note como mis palabras le afectaron, después de todo sabia a que me refería.

—Supongo que te hice perder mucho tiempo—nos colocamos justo en la entrada de la casa—Y no fue mi intención.




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