Unas flores para un corazón roto

13: M a g n o l i a s

“Las magnolias tienen un aroma tan delicado y exquisito que desde tiempos muy antiguos se utilizaban para la elaboración de diferentes perfumes que embriagaban a quien lo sintiera, además que representan la pureza del alma. Solo quiero decirte que yo ya me encuentro totalmente y profundamente embriagado por ti, por lo que eres y por lo que representas; Gracias por darme la oportunidad de demostrarte cuanto te amo, pasare el resto de mi vida embriagado por tu ser mi amada Ember”—Roy Z.

El aún me sujetaba con fuerza, tenía su mano justo en mi cintura, nuestras respiraciones aun chocaban, pero una voz nos interrumpió.

—Ya tengo las bebidas…—Selene se acercó parándose justo en frente de nosotros—Hola Ember, espero que ya te encuentres mejor después del incidente de hace algunos días

Por primera vez en años, Selene estaba siendo amable conmigo y lo más sorpréndete no era eso, lo más sorpréndete era que me estaba pidiendo perdón.

Mi mente se encontraba tratando de descifrar que estaba ocurriendo aquí, ¿Qué así ella exactamente con nosotros? ¿Por qué estaba conviviendo con Roy? ¿Por qué esteba haciendo amable conmigo?

—Gracias…ya estoy un poco más tranquila— conteste algo desconcertada, no me creía el cuento de que de la noche a la mañana fuera una buena persona.

El silencio se apodero del lugar, esta Selene era alguien completamente diferente a lo que yo conocía, no había rigidez ni odio en sus palabras, evitaba el contacto visual con los dos, es más podía jugar que se encontraba algo decepcionada y herida.

—Bueno yo solo pasaba por aquí y no tengo nada más que hacer así que—nos dio los dos pequeños vasos con te frio a los dos—Me voy.

Sin hacer ninguno espectáculo ella partió, Roy se encontraba algo rígido y aun no podía atar todos los cabos sueltos que esta tarde.

¿Qué ha pasado entre estos dos? ¿Qué los une? ¿Estoy en el medio de algo de lo cual no estoy enterada?

—Llegaste algo tarde—el coloco su brazo en mi cuello—Pero sería capaz de esperarte toda una vida.

—Yo no sé si sería capaz de esperar tanto—un pequeño silencio se apodero de ambos—Pero me da gusto que hayas esperado por mí.

Comenzamos a dar un pequeño paseo a las orillas del lago, me sentía rara, como cuando algo haces algo por impulso, un impulso porque tu estúpido corazón te decía que esto era lo que más deseabas, pero ahora que estoy justo a unos cuantos centímetros de él, ahora que le he dado el si ya no se si eso es algo bueno para mí.

—¿Podemos ir un poco más despacio?—me detuve de golpe y por la expresión de su rostro se encontraba confundido—Solo eso quiero, que vayamos un poco más despacio.

Di unos cuantos pasos hacia atrás, me sentía indefensa, como si ya me encontrará completamente impregnada de él, las hojas solo caían con el soplar del viento, el soltó una pequeña risa y luego me regalo una de sus hermosas sonrisas.

—Nos iremos todo lo despacio que quieras, te dije que soy capaz de esperarte toda una vida—la sonrisa volvió a su rostro—¿Y te confieso algo? El ir despacio contigo era justo lo que yo quería, son más oportunidades de conquistarte y demostrarte cuanto te amo Ember.

He de confesar que es muy bueno para esto, lo he de reconocer, pero ya no soy aquella chica que cayo completamente enamorada de él, ahora tengo que tomar mis precauciones porque no me puedo permitir de nuevo el dejarme caer solo porque las cosas no resultaron como yo esperaba.

—Entonces veamos quien sede primero mi estimado compañero—una pequeña risa salió de mi—¿No sería interesante una apuesta?

—Me temo que tengo que declinar esta vez mi estimada—él me sonrió y le dio un sorbo al te—Tengo que declinar algo que estoy condenado a perder.

—¡Ya he ganado sin empezar el juego! —di unas cuantas vueltas sobre las hojas secas del lugar, sentía como su mirada estaba fija en mi—¿Qué sucede? ¿Triste de que hayas perdido mi estimado?

—¿Acaso no lo entiendes? —se acercó a mí, se colocó justo a unos cuantos centímetros de mí, su respiración era intensa—Yo no he perdido nada, yo ya me encuentro completamente a tu merced, perder esa apuesta seria lo mejor que me puede pasar en la vida porque significaría que tú y yo ya somos uno solo.

Deslizo su mano en una de mis mejillas, me encontraba temblando, coloque mi cabeza encima de su pecho para susurrarle que no se le olvide que estábamos yendo despacio, el abrazo y dijo que jamás haría algo que yo no quisiera.

Nos quedamos unos cuantos minutos en esa posición, tomo mi mano y me dijo que me llevaría a casa.

Caminábamos despacio, el seguía aferrado a la palma de mi mano, ya estábamos a unos cuantos pasos de llegar a casa de Jackie, cuando me detuve para hablar con él.

—¿Qué hacía Selene en el lago?—solté la pregunta porque si estamos empezando de nuevo yo quiero eliminar toda las dudas en mi corazón—¿Y porque fue tan amable conmigo?

El me miro fijamente, algo me decía que sentía incomodo con mi cuestionamiento, pero no le encuentro sentido a su presencia en aquel lugar, mucho menos a esa hora y dado todas las circunstancias que nos rodean.

—Estuviste mucho tiempo fuera Ember…—hubo un pequeño silencio entre sus palabras y un miedo de recibir alguna confesión invadió mi ser—Selene y yo somos buenos amigos, fue de bastante apoyo cuando el final de nosotros llego.




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