Unas flores para un corazón roto

16: G e r b e r a s R o s a s / J a c k i e

“Antes de mi llegada pensaba que los ramos de flores eran de las cosas más absurdas que puedes regalar, pero ahora creo que es una de las formas más bellas para demostrar cariño; Alguien me conto que las gerberas representan la amistad y por eso las dejo en tu puerta el día de hoy.  Jackie quiero que brilles, que brilles más que cualquier estrella en el cielo, quiero que siempre seas fiel a tu ser, quiero verte amar sin miedo ¡Quiero verte libre y lo más importante quiero verte orgullosa de quién eres!”—Ember.

Siempre he escuchado lo liberador que es gritar a los cuatro vientos algo que llevas cargando desde hace mucho tiempo, pero hasta ayer lo comprobé, mi pequeña pero reveladora conversación con Ember trajo de vuelta paz a mi corazón, una paz que por alguna extraña razón le había permitido a mi madre que me arrebatara.

Siempre me considere una hija ejemplar, una excelente nieta y una amiga fiel por convicción, creí tener todo resulto o mas bien tenia todo planeado, pero olvide lo insignificantes que podemos llegar a ser para la vida.

No creo que mi orientación sea un secreto a voces, tengo la fachada perfecta de que simplemente no ha llegado un hombre a mi altura y en algún punto de mi vida me convencí de que era así, sin embargo, con la llegada del verano llego una tal Vanessa a mi vida.

Aquella chica de ciudad en busca de un segundo aire que elegio mi pueblo como nuevo comienzo, cambio mi vida y me demostró que en ocasiones es mejor no tener todo planeado.

—Buenos días—Vanessa irrumpió en el cuarto con una pequeña bandeja en sus manos—Creo que necesitas un poco de energía después de lo de anoche.

Simplemente le sonreí mientras ella se colocaba junto a mí, se acercó y sellamos nuestro despertar con un apasionado beso.  

—Tengo todo lo que necesito justo aquí, aquí contigo—nuestro beso se convirtió en sonrisas—Y perdón por todo el drama de ayer.

—No tengo ningún problema de que mi novia sea dramática—ella rio—Solo quiero que estés bien, lo sabes Jackie.

Miro el reloj para apresuradamente entrar a la ducha, hoy tenia que ir a la ciudad por los insumos de la veterinaria, yo solo me quede ahí en la cama deseando no tener que lidiar con nada el día de hoy. 

Antes de partir me pidió que yo me encargara de la veterinaria el día de hoy, ya que le prometió a su hermana que pasarían la noche juntas así que no volvería hasta mañana.

Mi mañana transcurrió normal, mas tranquila de lo normal, no había pasado ni una semana y la ausencia de Ember ya se percibía en el aire.

Me recordaba aquella noche donde Selene soltó la bomba de que Ember estaba embarazada, hasta el día de hoy sigo sin entender porque que resulto tan grave para toda la familia, personalmente una parte de mi se alegro con la noticia, pero parecía que yo fuera la única. De igual forma no sabía con que intensión lo hizo mi hermana, aunque eso los descubrí solo semanas después de la partida de Ember de Alcatraz.

Para sus padres ella murió ese día y el abuelo solo le dijo lo decepcionado que estaba de ella para desparecer por completo ese día, lo cual el después lo definió como la peor decisión que tomo en su vida, pero así somos los humamos dejamos que la ira y el dolor tomen las decisiones que se deberían tomar con amor y empatía.

Se que lo quiso compensar con estos 30 días, pero honestamente yo no se como vaya a resultar todo esto, tengo miedo de que al llegar el fin de este periodo lleve las cosas a un punto de ruptura irreparable.

Se que Roy también tiene miedo, tiene miedo de perder a Ember otra vez, pero no se puede volver a empezar cuando aun hay mucho que resolver aún.

Lo único que se ahora, es que después de estos 30 días quizás ya nada pueda ser igual.

La tarde en la veterinaria transcurrió normal, solo atendí a “Bigotes“ el gato de la señora Robles por una pequeña infección en el estómago, le di unas cuantas recomendaciones para los siguientes días y agende una cita dentro de 5 días para ver como evolucionaba el minino.

Miraba el atardecer por los grandes ventanales de la veterinaria, el cielo tenia un naranja intenso que poco a poco se convertía en un azul oscuro anunciando que el día llegaba a su fin, me asegure que todo estuviera en orden para partir a mi hogar, pero la campana de la puerta anuncio la llegada de alguien estaba a punto de decirle que estábamos a punto de cerrar hasta que vi de quien se trataba.

—¿Qué es lo que necesitas con tanta urgencia que no pudiste esperar para verme en mi casa? —pregunte mientras le colocaba el seguro a la caja administradora.

—Solo quería hablar con alguien…—hubo un pequeño silencio entre sus palabras—Tengo miedo de arruinarlo otra vez.

—Para ser sinceros, ambos sabemos que en aquella ocasión no fue del todo tu culpa—solté un gran suspiro—Pero no podemos ser prisioneros de nuestro pasado, se que duele lo que paso aquella noche sin embargo ahora nada de eso importa, quizás su historia no tuvo un final muy feliz, pero lo que importa ahora es que tan dispuestos están para que su segunda oportunidad realmente valga la pena.

Un silencio se apodero del lugar, yo seguía revisando cada rincón del lugar para ver que todo estuviera en orden, le hice una seña para que me ayudara a mover unas cosas, todo estaba listo, ambos salimos del lugar, el se dispuso a acompañarme a casa.




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