“El amor siempre será un arma de doble filo, un arma con la que podemos herir o una con la que podemos resultar heridos, las flores siempre traen espinas, solo que en ocasiones estamos tan cegados por el amor que no nos damos cuenta hasta que es demasiado darte”—Selene.
La pelea se había trasladado al patio, la mirada de Selene era intensa, estaba herida, Jackie y Roy hacían lo que podían para calmarla, pero no servía de nada, observaba desde los ventanales de la cocina.
Sentía mi rostro pesado, no podía ocultar mi clara cara de decepción, aunque no sabía exactamente el porque me sentía de esa formar o quizás si lo sabía, pero me daba tanto miedo la verdad que la evitaba a toda costa.
—¿Estas bien?—una cálida voz me llamaba que se acercaba más y más.
Vanessa poso su mano en mi hombro para captar mi atención.
—No lo sé con exactitud—masculle.
Ella no dijo nada más, en silencio se colocó a mi lado para observar conmigo lo que ocurría del otro lado del cristal.
Había muchas lágrimas de parte de Selene, me sorprendía lo calmada que se encontraba Jackie eso me decía que este tipo de peleas eran algo recurrentes, sé que Selene es mi familia, pero no me agrada en lo absoluto, sé que detrás de esas lágrimas, de esa “fragilidad” existe un odio, un rencor a todo el mundo simplemente por el hecho de que ella no tiene lo que a los otros les hace felices.
Sali de la casa, era grande así que la rodee cuidadosamente, quede a unos escasos metros de la pelea de tal forma que no me vieran pero que pudiera escuchar todo.
—¡¿Y quién piensa en mí?! ¡¿Quién lo hace?!—los gritos de Selene eran intensos, podía sentir la ira en cada uno de sus palabras—¡Tú me dejaste, sobre todo tu Roy, se supone que éramos tu y yo contra el mundo! ¡Pero me abandonaste como todos!
Aquellas palabras rompieron mi corazón en miles de pedazos, todo estaba claro ahora.
—¡No puedes culpar al mundo de tus propias acciones! ¡Por una vez en tu vida hazte responsable del desastre que has creado!—Jackie intervino, fue firme en sus palabras.
—Solo fueron unos cuantos meses, ambos sabíamos que no teníamos futuro Selene, sabes que siempre se trató de ella…—Roy hablo tranquilo—Siempre ha sido ella, estaba perdido sin ella y no dejare que nada, ni nadie me prive de nuevo estar con el amor de mi vida.
Unas cuantas lagrimas ya recorrían mi rostro, aun no podía digerir del todo aquella revelación de Selene, de todas las personas que existen porque con ella, mi mente daba vueltas, trataba de secarme las lágrimas, pero era casi imposible, cada vez salían más y más.
Vanessa corrió a mi lado, me susurro que nos fuéramos de ahí, que no era sano para mí el escuchar todas esas ideas erróneas.
—¡¿Ideas erróneas?!—la cuestione molesta—El que todo el mundo me mienta otra vez no son ideas erróneas Vanessa.
Mi cuestionamiento, llamo la atención de todos, una pequeña de sonrisa de satisfacción se formó en el rostro de Selene, siempre lo he sabido, pero no deja de sorprenderme lo mala que pueda llegar a ser.
Jackie me veía apenada, trataba de evitar a toda costa el contacto visual conmigo, por su parte Roy me mostraba una cara de completa angustia.
—Qué bueno que la mustia ya…—Selene se empezaba a burlar de la situación hasta que Roy la callo en seco.
—¡Quieres callarte de una buena vez Selene! ¡A nadie de lo que estamos aquí le importa lo que tengas que decir!—la calma había desparecido, jamás había visto a Roy tan molesto—¡Y jamás te vuelvas a referir a ella de esa forma!
Al parecer todas estaban tan sorprendidas como yo, Vanessa sujetaba mi mano aun con fuerza, insistía que nos fuéramos de ahí, de que no era sano para nadie la pelea que transcurría en el patio.
Selene tenia un rostro irreconocible, se encontraba pálida y algo angustia, supongo que nunca Roy le había hablado de tal forma. Sin decir nada más, ni una pequeña palabra, Selene se marchó, al pasar a mi lado me miro fijamente por unos cuantos segundos, intento decir algo, pero Vanessa la detuvo.
Sin muchas fuerzas con el alma más herida que nunca, camine lentamente para entrar de nueva cuenta a la casa, subí las escaleras entre a la habitación, tome mi maleta para comenzar a llenarla de todas mis pertenecías, Jackie y Roy entraron, me hablaban pero no podía entender ninguna palabra, solo veía como sus bocas se movían con rapidez, mi cabeza daba miles de vueltas, mi respiración por momentos se sentía pesada y mi labio inferior temblaba lo que indicaba que el llanto podía llegar en cualquier momento.
—Jackie puedes dejarme a solas con…el—masculle.
Intento a toda costa quedarse, pero Roy le dijo que estaba bien, que nos podía dejar solos.
—Dime que de todas de las personas que existen, de todas las personas que hay en este pueblo, dime que no es cierto que te metiste con ella—mi voz se quebró y sentía como una lagrima comenzaba a deslizarse por mi mejilla—¡Dime que solo quiere jugar con mi mente, dime que solo quiere hacerme sentir una estúpida!
Bajo la mirada, no dijo nada y ahí entendí todo. Tomé mi maleta, Jackie me esperaba a los pies de la escalara, su rostro cambio por completo al ver que traía conmigo todo lo que traje al pueblo.