Desde que sabía que mis últimos días están por llegar no podía dormir, eran cortos periodos donde al cerrar mis ojos podía descansar, era como si todo a mi alrededor se moviera tan rápido que yo no lo podía alcanzar, yo no podía alcanzar nada ni a nadie.
Los dolores eran constantes, era como punzadas que una tras otra se intensifica más y más, lo único que agradecía era que estaba consiente, al menos podía distinguir las voces, podía distinguir las caricias, podía distinguir quienes eran los que estaban conmigo hasta el final. Hoy parecía un día diferente, una extraña fuerza se apodero de mí, los dolores habían disminuido, intenté levantarle de la cama y lo conseguí, al caminar hacia la ventana podía observar todo el bosque cubierto por una ligera nieve, me daba cierta paz ver todo el paisaje en blanco, me pregunte si así sería el lugar a donde me dirijo, unos quejidos me hicieron desviar mi atención de la copa de los árboles.
Veía a Ember batallando, tratando de colocar algo en unas ramas, mi vista cansada no distinguía desde aquí de que se trataba, me quede ahí en silencio contemplándola, no quería sobre explotar mis capacidades, así que me dirigí de nuevo a la cama, me coloque en el borde de esta, cerré mis ojos para pensar, para gradecer, para reflexionar de todo lo que logre en mi vida.
Deje caer mi cuerpo en la cama, en algún punto me quede dormido de nuevo. No sabia si estaba soñando o seguía algo consiente, me veía a mi de niño jugando con mi padre mientras mi madre hacia una limonada me veía tan feliz, sin ninguna preocupación que una gran nostalgia se apodero de mi corazón, un anhelo de estar de nuevo junto a mis padres, era lo único bueno de todo esto, de que poder sentir de nuevo el abrazo de papá y un beso de mamá, sabía que sea el lugar a donde yo este yendo ellos estarían ahí, estarían ahí para cuidarme.
Sentía mi rostro húmedo, aun no podía distinguir si era un sueño o yo ya no estaba en este plano, si mi cuerpo ya se había rendido, de pronto todo se tornó oscuro, inhale todo el aire que mis pulmones eran capaces de retener, estaba listo para lo que fuera, pero una melodía de tomo por sorpresa, no sabía de donde provenía, todo seguía oscuro, pero poco a poco se fue aclarando mi panorama, en ese momento entendí que se trataba de un amanecer, la melodía eran las aves que daban gracias a un nuevo día, el aire era húmedo, oí graznar a unos patos, estaba en el lago, en el lago del pueblo, aquel lugar donde pase tantos momentos con Ember.
Nos vi en nuestro primer encuentro, hablando de nuestro futuro como si tuviéramos idea, como si de verdad tuviéramos la certeza de que lo lograríamos, de que a pesar de todo seguiríamos juntos, jamás planemos que nos perderíamos el uno del otro. La vi sonreír, tan llena de vida, tan llena de amor, tan llena de esperanza, éramos tan felices, era como si podía sentir en el aire nuestro cariño, se que no fue nuestra culpa el final lo cual le da cierta tranquilidad a mi corazón, pero quizás pude luchar más, quizás puede intentarlo un poquito más.
Y la verdadera razón por la que no quise luchar la última vez, aquel día en donde leyeron el testamento de su abuelo, fue porque ya sabía, ya sabía que el cáncer había hecho metástasis, ya no solo estaba en mi lóbulo izquierdo, ya había viajado a mis pulmones, a mi hígado ya estafaba en casi todo mi cuerpo, solo era cuestión de tiempo que todo mi sistema colapsara. Ya no había nada que hacer, la quimio no era lo suficiente, ningún tratamiento podía evitar mi destino. Esa fue la razón por la que no luche, porque no podía empezar una pelea que sabia que estaba destinado a perder, no tenia miedo de pasar por todo ese proceso, solo que no quería que ella estuviera a mi lado viendo como la vida se me apartaba, no podía permitirme eso, si estaba en mis manos quería evitarle el dolor, quería cuidarla.
Pero ella volvió, ella volvió por mí, fue ahí cuando entendí que no era mi decisión, por que el amor es así, yo no quería hacerla sufrir y ella no quería dejarme solo en esto. El amor se trata de eso, se trata de decidir entregarte a alguien mas aun sin saber que es lo que el futuro les tiene preparado.
Una voz cálida me hablaba, me llamaba, me preguntaba si está bien, que, si podía despertar o prefería seguir durmiendo, abrí lentamente mis ojos, mi vista era borrosa, poco a poco se fue aclarando, era Jackie que estaba inclinada a unos cuantos centímetros de mí, le sonríe, se formó esa típica arruga en su frente, sabía lo que significaba, le susurre que estoy bien, que tomare una ducha y que enseguida bajo, deslice la yema de mis dedos por sus rostro.
—Ya no te preocupes más por mi Jackie—sabía que cada palabra que yo pronuncia era como una aguja que se enteraba en su corazón—Me disté una buena vida, fuiste la mejor de las amigas, en todos los sentidos, gracias a ti supe lo que significa la palabra amigo. Gracias por todo Jackie.
Unas cuantas lagrimas ya se habían hecho presente en su rostro, no dijo nada, se que no era lo suficiente fuerte para responderme, pero en ocasiones las acciones dicen mas que mil palabras, ella ya hecho suficiente por mí, se cuanto me va extrañar y también se cuanto la voy a extrañar, pero me encargare de cuidarla este en donde este.
Me dejo solo, el agua era tibia, deje que esta invadiera todo de mí, deje que me limpiara más espiritualmente que físicamente, me pare frente al espejo, estaba completamente empañado, pase mi palama para poder ver mi reflejo, aquella imagen en el espejo era tan diferente a lo que una vez fui, ya había pedido bastante peso, las ojeras en mis pómulos oscuras y profundas, mi piel se veía tan frágil, me tome unos segundos para acariciarla, era aun mas fuerte de lo que parecía, me sonríe, me regale una sonrisa, una llena de vida, agradeciéndole a mi cuerpo todo lo que hizo por mi a lo largo de los años, le agradecí a mi cuerpo porque a pesar de todo le dio batalla al cáncer.