Narra Ariana
Me levanto por la luz que entra de la ventana y maldigo por no haberla cerrado. Intento levantarme pero tengo un inmenso dolor de cabeza.
Las consecuencias de beber demasiado alcohol — dice mi subconsciente.
Consigo levantarme. Me pongo los zapatos y salgo de la habitación despacio para no hacer tanto ruido porque no quiero ver a los chicos pero eso es imposible, ya que ellos están sentados en el pasillo.
Me ven salir de la habitación y se levantan.
— ¿dónde crees que vas? — pregunta Jenny. La ignoro y sigo caminando.
— espera — dice Nick.
— tengo que ir a casa es demasiado tarde — me toco la cabeza porque siendo que va explotar.
Veo todo doble que casi caigo pero no sucede porque Harry me sostiene.
— no estás tan bien — dice Ryan.
— estoy perfecta — bajo todas las escaleras y ellos detrás de mi.
— no te vas a ir ningún lado — Jordán se pone al frente de la puerta.
— mejor siéntate — Sophie me sostiene de los hombros y me empuja hacia el sofá.
— ¿no me dejaran ir? — los miro.
— no — responden al unísono.
Genial ahora estoy en una presión, y tengo que llegar rápido a casa porque tengo que ir a esa reunión con mi tía.
— si esto es porque creen que estoy enojada con ustedes, déjenme decirle que lo estoy pero como ya soy mayorcita lo superé, en conclusión no estoy enojada.
— no te creemos — dice Jenny.
— remediaremos lo de ayer — dice Harry.
Lo único que quiero es irme a casa. Ruego porque mi tía no se enteré de esto.
— oigan no tienen que hacer nada, entiendo que tienen una vida propia y no solo estar pendiente de al... — no termino de hablar porque salgo corriendo hacia un baño dejando a todos perplejos.
Mis rodillas instantáneamente golpean el suelo y mientras el sabor ácido ocupa mi boca.
— ¿estás bien? — dice Harry sosteniéndome la frente para que no se me corra ningún cabello a la boca y me soba la espalda.
— bebiste mucho a noche. — me dice Harry.
— cállate —lo miró mal.
— te dije que ya no bebieras más — me regaña Ryan.
— pueden callarse, que me duele mucho la cabeza — me lavo la cara y la boca.
Salgo del baño y me acuesto en el sofá.
— pequeña toma esto — Harry me entrega una pastilla y un vaso de agua — te hará sentir mejor.
— gracias — se sienta y pongo mis pies encima de sus rodillas.
— ¿dónde están los demás?
— haciendo el desayuno.
Siempre hacen esto de dejarnos solos. Lo peor es que lo siguen haciendo sabiendo que él ya tiene novia.
Harry últimamente esta un poco raro conmigo porque siempre que estábamos solo no perdía el tiempo en molestarme o intentar besarme. Debería estar contenta, ya que no me molesta y no me saca de quicio pero me hacen falta sus afectos. Me hacía sentir especial. Lo sé esto es raro, creo que siento algo por él pero ya es demasiado tarde.
Típico de los hombres primero actúan como que si le gustaras y después van por la vida ignorándote y haciéndote sentir como que no existes.
No miro y él está tan concentrado en su celular.
— Harry — lo llamo pero ni me presta atención — acosador — decido mandarle un mensaje.
Yo: oye
Acosador: porque me escribes si estamos a escasos centímetros.
Yo: recuerdas que tu también me enviabas mensajes aunque estuviéramos cerca.
Acosador: ladrona de ideas.
Suelto una risita por su mensaje.
— no lo soy, pero te estaba llamando y ni la hora me diste
— lo siento no te escuche.
— como me vas a oír si estabas tan concentrado en tu bendito celular ¿Qué tanto hacías?.
Pongo mi cabeza en el paladar del sillón para poder verlo.
— chateando.
— ¿Se puede saber con quién?
— con mi novia — me dice. Golpe bajo.
— ¿tu novia? o ¿una vas de tu lista?
— si mi novia. ¿estás celosa? — se acerca y queda a unos centímetros de mi cara.
— ¿por qué lo estaría? Solo somos amigos y tienes libertad de tener novia — lo empujo para que se aleje.
— si estás celosa pequeña.
— para nada acosador — lo miro — me alegra que hayas dejado de ser un mujeriego.