Narra Ariana
Sabia que Ryan tiene intenciones diferentes a las que yo querio. Le sigo el beso porque quiero saber si puedo llegar a sentir algo más que solo amigos.
Seguimos besando hasta que el tono del celular de Ryan nos interrumpe. Él se agacha acoger su celular que está en la manta.
— debemos entrar — se rasca la nuca en símbolo de nerviosismo — porque está comenzando a oscurecer — no me mira. Comienza a recoger la manta y todo lo demás.
— espera te ayudo.
— no te preocupes, vamos — comienza a caminar dejándome atrás.
Cerca de la entra de la casa vota los desechos de la comida y los envases plásticos en la basura. La manta la cuelga cerca. Regresa su mirada hacia mi.
— Ariana apúrate — me dice y troto hacia él, pero me tropiezo con una piedra cayendo de trasero.
Sin duda mi cumpleaños se está tratando de desagradables accidentes.
— eres un poco torpe — me sonríe — ¿no te hiciste daño? — Se acerca hacia mí y me carga en sus brazos.
— así de torpe me quieres, ¿verdad? — lo miro.
— te quiero y mucho más — mis ojos se agrandan. No debía a ver preguntado eso — ¿puedes abrir la puerta? — ni me había fijado que estábamos frente a ella.
— ¿me puedes bajar? — abro la puerta y niega — exijo que me bajes— entramos y está todo oscuro —bájame podríamos trope...
— sorpresa — gritan Los chicos y alguien enciende la luz.
Miro a Ryan haciendo entender si él sabía esto y el asiente con la cabeza. Ryan me baja.
Los chicos se van acercando a mi con una sonrisa en su rostro mientras cantan Happy Birthday, me doy cuenta que Sophie con la ayuda de Jordán sostienen un gran pastel de chocolate con muchas velitas alrededor encendidas. Cantan a todo pulmón y con emoción que me causan gracia.
— feliz cumpleaños — gritan una vez que terminan de cantar.
— pide un deseo y sopla las velas —dice Nicolás.
— gracias — es lo único que digo porque siento que lloraré.
Mi mirada recorre el lugar, me fijo en que hay una gran cantidad de globos con helio en el techo, también hay serpentinas, y en la encimera de la sala se encuentra el gran pastel que antes había soplado.
Jordán es el primero en acercarse tiene en sus manos dos globos de números que forma el 16.
— felicidades enana — me da un abrazo.
— feliz cumpleaños — me abraza ahora Kara y luego sigue Víctor.
— Pensaste ¿qué nos habíamos olvidado? — me abraza Jenny y asiento — sabes que eso no podría suceder, tontita — con su dedo índice me toca la nariz — no nos podríamos olvidar un día importante como este.
— Ari estás creciendo — dice Sophie abrazándome.
— no seas dramática.
— pequeña minion feliz cumpleaños, pequeña minion feliz cumpleaños, feliz cumpleaños pequeña minion, feliz cumpleaños a ti — se acerca Nicolás cantando esa ridícula canción y me da un abrazo casi afirmándome.
— Nick, creo que te emocionaste — le digo.
Nos sentamos en los sofá.
— ya vengo iré a tomar agua — ellos asienten.
Entro a la cocina. Veo que en la mesa hay varios bocaditos de dulce y de sal, además en el mesón hay otro pastel.
Cojo un vaso y me sirvo agua. Me volteo y doy un salto a ver a Harry. ¿cuándo entro que no sentí sus pasos?
— espero que no se te vuelva a caer el vaso — niego con la cabeza y sigo bebiendo el líquido transparente —¿cómo sigue tu herida? — se va acercando.
— bien, no era nada grave — termino de beber el agua y dejo el vaso en el fregadero — gracias por preocuparte por mí pero no tenías que hacerlo — esta demasiado cerca de mi.
Acaso es un vampiro que tiene una velocidad increíble o será que se puede tele-transportarse, pero creo que la mejor opción sería que mis movimientos y pasos son demasiado lentos. Si segura debe ser eso.
— Ariana... — su cercanía me hace tener los pelos de punta.
— Harry... creo que no deberías estar cerca de mi, tú novia se pondrá algo celosa — me sigue viendo de una manera que no pudo comprender —por cierto Helen ¿dónde está? — trato de ver por encima de sus hombros si no se asoma pero es imposible porque él es demasiado alto.
— No te preocupes ella no está aquí porque creo que no les caes bien, también me dijo unas cosas absurdas, pero yo confío en ti se que no eres así— eso en verdad me alivia.
— gracias, por confiar en mi — trata de moverme, pero él me acorrala —tengo que ir a la sala — lo miro.
— tengo algo para ti — se aleja un poco de mí y saca de su bolsillo del pantalón una cajita color negra, me la enseña y luego la abre dejando ver un hermoso brazalete de plata con distintos dijes alrededor de ella — feliz cumpleaños — estoy en shock.
— esta muy lindo pero no debiste regalarme nada — le digo.