Narra Ariana
— ¿esto es todo lo que vas a llevar? — mi tía pregunta mirando mis maletas y yo asiento. .
— ¿tía estas seguro que esto es lo correcto?
— te vas a divertir con tu papá que ya no querrás regresar conmigo — me dice con tristeza.
— tía no — las lágrimas comienzan a salir de mis ojos.
— no llores — me mira — verás que todo estará bien y te prometo que haré lo posible para que te quedes conmigo — asiento.
— te quiero mucho — le doy un abrazo y ella lo corresponde.
— basta de ponerlos sentimentales —me mira con ternura.
— será ¿qué mi papá me dejara llevar a Addy?
— no lo sé, tal vez le agrade la idea de tener a una mascota — asiento — te espero abajo — coge una de mis maletas y sale de mi habitación.
Nunca estaré de acuerdo con esta decisión. Hubiera preferido que mi padre nunca hubiera aparecido.
Cojo mi otra maleta y el bolso de mano.
— adiós, habitación — la miro desde afuera — nos veremos pronto.
Comienzo a bajar las escaleras con cuidado de no caerme.
— tía, me has dejado la maleta más pesada — me quejo.
— te ayudo — alzo la cabeza y veo a mi padre.
— puedo sola — digo con frialdad y él se incomoda.
— creo que ya es hora de irnos — dice aquel señor.
— los acompañó hasta afuera — dice mi tía — adelantate Fernando — le dice a mi padre y sale de la casa con mis maletas — no llores pequeña — me limpia las lágrimas.
— No quiero ir con ese señor extraño.
— es tu padre.
— para mi es un extraño — de nuevo nos abrazados.
— ¿ahora si estás lista Ariana? — dice mi padre.
— espero que la trates bien y la cuides mucho — nos separamos del abraza.
— claro que haré eso hermana — él sonríe.
— por cierto, Ariana tiene un perrito— mira a Fernando — ¿lo puede llevar?
— no se va a poder, la casa donde vivo no es grande y además unos de mis hijos es alérgico a los animales.
— tía no me iré sin Addy — me agacho acariciarlo — es todo para mí, no lo quiero dejar — me levanto — tía, por favor.
— no se va poder pequeña — me acaricia mi mejilla — además lo dejas en buenas manos.
Unos días antes le dije a Harry que si podría quedarse con Addy porque no sabía si mi padre me dejaría llevarlo, y él con gusto acepto.
— te extrañaré un montón — me dice mi tía — llámame si necesitas cualquier cosa — asiento.
— cuídate tía — le doy un ultimo abrazo.
— hermana espero que te vaya muy bien en tu viaje — le dice mi padre despidiéndose de mi tía.
Salimos de la casa y nos montamos en un taxi.
— veras que la vas a pasar muy bien— me dice — siento mucho lo que pasó con tu mamá — me mira con lástima y asiento.
— ¿te puedo hacer unas preguntas?
— Claro — me dice.
— ¿por qué nos abandonaste? ¿Por qué te alejaste de mí? ¿por qué vienes ahora a querer hacerte cargo de mí? — lo bombardeo de preguntas.
— no quisiera hablar de ello — responde — espero que te lleves bien con Raquel, Isaac y Aarón — cambia de tema.
— ¿ellos son? — preguntó con curiosidad.
— mi familia — da un profundo respiro.
— ¿desde cuándo vives con ellos?.
— creo que hace 7 años — me dice.
— creo que no es buena idea irme a vivir contigo.
¿Por qué quiere que vaya a vivir con él? si nunca me quiso porque un padre no abondona a su hija por irse con otra familia.
— hija claro que es una buena idea.
— ¿por qué ahora y no antes?
— sé que cometí errores y estoy muy arrepentido, por eso quiero que comencemos de nuevo.
Siento que no esta siendo sincero.
— eso espero — es lo único que digo.
Ninguno de los dos vuelve a articular alguna palabra hasta que el taxi se estaciona frente una casa de pequeña de color verde pastel.
— hemos llegamos.
— estuvo un poco lejos.
Nos bajamos del taxi y Fernando me ayuda a bajar las maletas.
— pasa — me dice y entramos a la casa — familia ya llegué.
— estamos en la sala — grita una mujer.
Entramos a la sala y en el sillón se encuentra sentado una señora de unos 38 años, un chico de mi edad y un niño de unos 10 años.
— esta es Ariana — me presenta.
— hola linda — me da un abrazo la mujer — soy Raquel, la esposa de tu padre — trato de sonreírle — y ellos son nuestros hijos — señala primero al chico — Issac — luego señala al niño — Aarón.