Narra Ariana
Cinco semanas después
No soporto vivir aquí. Los golpes son cada vez más constante, siempre tiene una excusa para ello. Hasta es imposible dormir por el temor.
— baja a desayunar — me grita Raquel.
Abro la puerta y me encuentro con Issac.
— ¿cómo estas hermanita? — me acaricia el cabello.
— no me toques — aparto su mano de mi cabello — y no soy tu hermana.
— es aún mejor porque así pue... — me agarra de la cintura y comienza a besar mi cuello.
— aléjate — lo empujo pero me acorrala hacia la pared. De nuevo besa mi cuello y una de sus manos comienza a tocar mi muslo.
— ¿qué te sucede? — Raquel aleja a su hijo de mi — déjala en paz.
— no te metas.
— le diré a mi padre — mi respiración se encuentra acelerada.
— no te creerá — él se va.
— debo avisarle — sollozo y Raquel soba mi espalda.
— no, saldrás más perjudicada.
— per...
— mejor vamos a desayunar —bajamos las escaleras.
— ¿por qué demorarse mucho? — mi padre se encuentra sentado en la mesa.
— es que... — miro a Raquel y me hace una seña para que no diga nada — Raquel me estaba ayudando con mi ropa.
— siéntate a comer — me ordena y niego.
— estoy tarde. Nos vemos luego —salgo de la casa y camino hasta la parada de taxi.
— buenos días señorita.
— buenos días — me subo al taxi.
Le doy la dirección y en una hora hemos llegado
Decido no entrar al colegio, ya que quiero caminar sin algún rumbo para poder relajarme.
— estoy harta de vivir en esa casa —susurró para mí.
Doblo en la esquina y choco con alguien. Caigo sentada en el suelo.
Miro al chico que está a unos metros más allá. Me levanto y me acerco a él
— ¿te encuentras bien?— le existiendo mi mano para ayudarle a levantarse y la acepta — lo siento venía muy distraída.
— también venía distraído — se agacha a coger su patineta.
Nos ponemos a la orilla de la carretera.
— bueno... tengo algo de prisa —miento y comienzo a caminar.
— espera — me agarra del brazo —¿Adónde vas? — camina junto a mi.
— no se pero aún lugar tranquilo.
— te acompañaré — me mira y asiento — sabes, te me haces conocida— lo miro confundida — creo que eres la chica que me dijo "tienes una sonrisa bonita" — mis ojos de agrandan. Lo miro y si es el chico que conocí en la fiesta de la casa de Jordán. — pensé que no te volvería a ver — extiende su mano — me llamo Alex — la estrecho.
— yo Ariana.
—lindo nombre — le sonrío —¿quieres ir a un parque que conozco?— asiento.
Caminamos por unos largos minutos.
— esto no parece un parque — miro encantada al lugar — parece un bosque de cuento de hadas.
— pensé lo mismo cuando lo vi por primera vez — corre jalándome del brazo.
Para de correr y nos sentamos cerca de un árbol lleno de flores color rosa.
— Ariana ¿qué hacías por allí?
— púes.. quería salir un poco de mi rutina y decidí salir a caminar.
— ¿no entraste al colegio? — pregunta.
— no tenia ánimos ¿tú que hacías?
— tampoco entre a clases, es que son aburridas y prefiero hacer lo que más me gusta.
— ¿qué te gusta hacer?
—andar en patinete y tomar fotos.
— wuo...interesante.
—si traigo mi cámara a todo lados, es como mi mejor amiga —me sonríe —¿me dejarías tomarte algunas fotos? — miro sus profundos ojos negros.
— no lo se, estoy toda espantosa.
— claro que no, eres muy linda con lo que cargues puesto. ¿nunca te han hecho secciones de fotos?
— si pero...
— se te hará más sencillo.
— esta bien — siento un flash — aun no estaba preparada — me quejo.
— saliste muy bien.
— le estas bien — él niega.
— no importa como estés o en que lugar, lo que importa es el verdad significado de la foto y muy poco lo logran descifrar.
— nunca había conocido una persona muy profundo — suelta una risita y comienza a poner flores sobre mi cabeza.
— párate allí — me ordena y le hago caso. De nuevo siento otro flash —ahora súbete al árbol.
— ¿quieres qué me mate?