Capítulo LIII

Narra Ariana

— buenos días — digo sin mirar a nadie y con unas ganas inmensa de llorar.

— buenas días — me sonríe Raquel —siéntate a desayunar.

— no puedo...me tengo que ir.

— Ariana... — me llama mi padre pero hago caso omiso. 

Si le digo a mi padre no me creerá, me dirá que soy una fácil y puta.

Tomo un taxi y le doy la dirección donde me voy encontrar con Alex.

— gracias señor — me bajo del taxi.

Camino hacia dentro del parque y me encuentro con Alex sentado debajo de un árbol.

— hola — me quedo parada frente a él.

—preciosa — se levanta abrazarme —te ves más desanimada que ayer — me mira — ¿te encuentras bien? ¿te volvió hacer daño tu padre? — niego — ¿entonces? — No le puedo contar nada a él de lo que me quiso hacer Isaac.

— solo estoy en esos días donde extrañas a las personas que se han ido.

— seguro ¿qué es eso? — asiento.

— si Alex, extraño demasiado a mi mamá y a mi tía — sollozo. Me abraza de nuevo.

— ¿qué te pasó en el labio? ¿seguro que no te volvió a pegar?

— sin querer me mordí, es que tengo nervios por el examen de hoy —miento — y también porque voy a tener problemas. 

— ¿por qué?

—he faltado un montón a clases y he bajado en notas.

— ya no deberías hacerlo.

— pero vale la pena estar contigo, aquí me siento tranquila y diferente.

— yo igual siento lo mismo — me sonríe — ¿qué tal vas con tus amigos y con tu chico?

— no es mi chico, y  en estos meses me alejado un montón de ellos, casi ya no hablamos.

— ¿por qué?

— siento que no me entenderían.

— son tus amigos y te han demostrado que te quieren mucho. Sobre todo Harry.

— te vuelvo a repetir que Harry no es nada mío.

— aunque no te des cuenta, tu para él eres muy especial.

— no quiero seguir hablando de mi— lo miro — mejor dime qué tal vas con tu ex.

— creo que está celosa, aunque lo sabe ocultar muy bien. La conozco y sé que sigue siento algo por mi.

— eso es bueno.

— me dijo espero que te vaya muy bien con la chica con quien andas y puedas hacer todo lo que no hiciste conmigo.

— definitivamente señal de celo —asiente — espero que no me odie después que sepa que no somos nada y que solo somos amigos.

— no lo hará.

— eso espero — me sonríe — Alex ¿me puedes tomar por última vez fotos?

— no va hacer la última vez, porque siempre te querré tomar fotos.

— ¿me vas a tomar? — le trato de sonreír.

— si Ariana — Siento varios flash.

— siempre me tomas desprevenida— se ríe.

— porque esa es tu característica estar distraída — Me toma varias fotos en diferentes ángulos.

— creo que has exagerado con las fotos.

— nunca es suficiente — me mira.

— eres un exagerado — miro mi celular — ya ni siquiera entre a dar el examen.

— que rápido se pasó el tiempo — me toma de la mano — ¿Cómo harás con el examen? — alejo mi mano de él.

— tendré que hablar con el profesor o simplemente aceptar que ya reprobé.

— no puedes rendirte, veras que si te darán otra oportunidad — asiento.

— me tengo que ir — lo abrazo — adiós Alex, cuídate.

— hasta mañana.

Salgo del parque y espero hasta que el taxi me venga a ver.

— señorita ¿donde la llevó?

Si voy a la casa allí estará Isaac y no lo quiero ver. Iré a un lugar tranquilo y relajante.

— pero está un poco a apartado de aquí — susurro para mí.

— ¿qué dijo señorita?

— nada, disculpe.

— ¿dónde la llevó?

Le doy la dirección del lugar, después de una media hora llegamos.

— señorita porque viene a estos lugares solitarios.

— este...

— ¿se encuentra bien? ¿no quiere que llame a un familiar?

—no tranquilo señor, es que por estos lados vive mi abuelita y la vengo a visitar — miento

— bueno.... cuídese — sé que el señor no me creyó la barbaridad que dije.

Me adentro al bosque, me acuesto debajo de un árbol y me quedo dormida.
 

*****

Despierto por el sonido que hace los arboles al golpear sus ramas con el viento.