Narra Ariana
— Harry — voltea su cabeza para mirarme — ¿Están tus papás?
— si supongo ¿Por qué?
— no se pondrán molestos porque viene — digo preocupada.
— claro que no, le caes muy bien — abre la puerta y me deja entrar primero — no te preocupes, ellos están ocupados haciendo sus cosas — entra y cierra la puerta detrás de él.
— bueno.
—¿Qué quieres hacer?
— no lo sé, lo que tú quieras está bien.
— podríamos hacer muchas cosas pero no creo que tu quieras hacerlas — enarca una de sus cejas.
— pervertido.
— yo no dije nada.
— tu cara lo dice todo — suelta una carcajada — no me causa risa — le saco la lengua — entonces ¿qué vamos hacer?
— espérame en mi habitación, iré a ver si están mis padres — asiento.
Salgo de la sala, subo las escaleras y entro a su habitación. Me siento en la cama.
Miro mi celular, tengo varias llamadas perdidas y mensajes de mi padre.
Me acuesto boca arriba en la cama y pierdo la noción del tiempo mirando hacia el techo.
— ¿Qué haces?
— pensando — sigo mirando hacia el techo — pensé que no ibas a venir nunca has demorado como más de media hora — volteo a verlo y me encuentro a un Harry solamente con una toalla rodeada en su cintura. Me pongo boca abajo y me quedo mirándolo.
Busca en el armario algo para ponerse.
— siento que me comes con tu mirada — se voltea para mirarme.
— no...cl-claro — me pongo nerviosa que no logro articular ninguna palabra. Desvío mi mirada de su cuerpo y me sonrojo.
Él sabe como intimidarme. ¡Lo odio!
— no lo niegues — me siento sobre la cama — te gusta lo que ves — se acerca a mi y alzo mis hombros.
— puedes ponerte algo encima — sonríe. Tan solo nos separa el borde de la cama — ¿Te intimido?
— para nada, pero puede venir alguien y si te ve así — lo señalo — puede interpretar mal las cosas y no quiero que eso pase.
Me toma de los hombros y me hace levantar quedando de rodillas en la cama. Acerca su rostro hacia el mío.
— no te creo — pongo mis manos alrededor de su cuello y él en mi cintura apegandome a su cuerpo sin dejar espacio alguno.
— es la verdad hermano — lo molesto. Nunca dejare de molestarlo con lo que le dijo a Tyler.
— ¿Hermano? — asiento y sonrío con malicia. Él alza unas de sus cejas y me mira con picardía — no dirás eso después de lo que haga. — lo miro sin comprender .
No me da tiempo de preguntar porque el estampa sus labios con los míos y una onda de energía recorre todo mi cuerpo acumulando una sensación de cosquilleo en mi vientre.
Cierro mis ojos y muevo mis labios al compás con los de él que se amoldan muy bien. El beso es lento pero luego se torna más explorador y provocativo. Para profundizar el beso su lengua pide permiso para entrar a mi boca, nuestras lenguas se juntan y juegan entre sí. Mi agarre en su nuca se vuelve más fuerte y él con una de sus manos acaricia mi espalda, luego su mano se posa en mi mejilla acercándome más a él. Toma entre sus dientes mi labio inferior y tira un poco de el. Suelto un pequeño gemido. Nos seguimos besando sin querer apartarnos.
Alguien carraspea y mis ojos se abren rápidamente agrandándose, nos dejamos de besar y volteamos nuestras cabeza hacia la puerta.
— siento por interrumpir su momento — dice la mamá de Harry con una risita.
Me separo de él y me paro en el suelo junto a Harry. Ahora que pensara la señora Smith de mi.
— ¿Qué sucede mamá? — dice Harry muy relajante y se acerca a ella.
— venía ver si necesitaban algo, y vaya sorpresa encuentro a mi hijo casi desnudo — me sonríe y mis mejillas se tornan de color carmesí. Qué momento más embarazoso.
— ¿Cómo se encuentra señora? Un gusto volverla a ver — me acerco a ella y me da un beso en la mejilla — disculpe por lo que vio.
— no te preocupes cariño, todo está bien y me alegra que estés aquí — me vuelve a sonreír — bueno, los dejo para sigan haciendo lo suyo — nos mira — ah pero eso sí usen condón porque no quiero ser abuela todavía.
— ¡mamá! Qué hables esto delante de una chica es muy vergonzoso, bueno mamá hasta mañana — la empuja para que salga.
— hasta mañana hijo — le da un beso en la cabeza — descansen — se va. Harry cierra la puerta.
— te dije que te pusieras ropa — me siento de nuevo en la cama.
— ¿En que estábamos?
— en nada ¿Ahora que pensará tu mamá de mi? — me altero.
— olvida eso, ya te dije le caes muy bien.
— sabes... hermano besas muy bien — se ríe y niega — ve a vestirte — lo empujó hacia su armario. Me siento en la silla de su escritorio.