Unconditional Love

Capítulo IV

Narra Harry

Al salir de clases fui a comprar pizza con Nicolás y mi primo para celebrar que me han aceptado en el equipo de basquetbol.

Pero antes tuve que cambiarme la camiseta mojada, ya que la hermana de Nicolás en el recreo me tiro agua. Me sorprendido saber que ellos dos son mellizos.

— felicitaciones — dice Nicolás sacándome de mis pensamientos.

— gracias.

— toma un pedazo de pizza — dice Jordán. Él es como mi hermano, siempre nos hemos llevado muy bien.

— gracias.

— ¿por qué tan seco?— pregunta Nicolás — no me digas que es porque mi hermosa hermana te derramo agua. Asi es ella algo alocada.

— esto no se va quedar así — digo con venganza.

— tienes que dejarlo ahí porque te puede ir peor — dice Jordán.

— Harry, debemos decirte las reglas si vas a pertenecer a nuestro grupo. —dice Nicolás.

— primero la mayoría de los fines de semana hacemos fiestas para eso cada uno tiene que prestar su casa — dice Jordán.

— en eso no hay ningún problema mis padres viajan casi todos los fines de semanas.

— en todos los problemas que tengamos debemos apoyarnos — dice Nicolás y yo pongo mis ojos en blanco— y la última no te puedes meter con mi hermana, al menos que sea algo serio — yo suelto una carcajada.

Parecen peor que chicas teniendo reglas. Ni creo que ellos las cumplan, pero bueno nuevo cambio, ambiente y amigos.

— seré muy juicioso con las reglas — les digo — lamento decirles pero ya es hora de que me marche — me levanto del sofá.

— ¿por qué? — pregunta Jordán.

— tengo cosas que hacer — les digo y no preguntan — adiós chicos.

— nos vemos mañana — dice Nicolás.

Salgo de la casa y me monto en el auto. La verdad es que no tengo nada que hacer, pero quiero ir a mi lugar especial. Cuando mis padres peleaban iba allí porque me sentía relajado y con paz.

Antes vivía en esta ciudad, pero tuve que irme por el trabajo de mi padre.

Me bajo del carro. Prendo un cigarrillo. y me adentro al bosque caminando por los árboles.

— gua gua — el ladrido de un perro me saca de mis pensamientos.
 

 

 

Narra Ariana

Llevamos un buen rato aquí y observo como pronto el sol se ocultara dentro de la laguna. Me fijo que Addy no está y me asusto. No se puede perder.

— Addy ven — lo llamo — ya nos vamos —  recorro el lugar buscándolo.

Escucho una voz por el camino dónde venimos.

— Hola pequeñín ¿qué haces aquí? — la voz me parece familiar.

— gua gua— me acerco más hacia la voz — Addy— lo llamo, se voltea a mirarme pero no se mueve.

Observo a la persona con quien está y es Harry.

Él tiene en unas de sus manos un cigarrillo que lo inhala y luego suelta el humo, con su otra mano caricia a Addy.

— Hola— sigue acariciando a Addy.

— estas consciente que estas contaminando al medio ambiente — hago referencia a que está fumando. Él me mira y sonríe.

— ¿estas insinuando que lo apague? — enmarca una de sus cejas.

— no, te lo estoy ordenando—  lo miro — y no lo botes en el suelo — apaga su cigarrillo y guarda la basura en su chaqueta. Sonrió con victoria.

—¿eres la chica con quién me tropecé? — me pregunta y asiento con la cabeza — este pequeñin ¿es tuyo? — se levanta con Addy en los brazos.

— si, dámelo — le digo.

— parece que le agrado, pero creo que a la dueña no.

— ¿qué haces aquí? — pregunto.

— tu deberías decirme eso — me mira — ¿cómo te llamas? — pone caras rara al tratar de recordar mi nombre.

— es una lastima que no recuerdes mi nombre  — finjo poner cara triste —me lo das. Me tengo que ir, ya se está haciendo de noche.

— ahí esta — deja a Addy en el suelo.

Al soltarlo se va corriendo dentro del bosque.

— mira lo que hiciste. Tendré que ir a  buscarlo y me demorare demasiado— habló rápidamente y él se ríe — no le veo la gracia — me cruzo de brazos —eres muy fastidioso. No sé ni para que estoy perdiendo el tiempo hablando contigo.

— te ves linda cuando estas enojada — me dice de repente.

— ¡ashhh! mejor me voy a buscarlo — me doy la vuelta para que no me vea  sonrojada y camino hacia al bosque.

— espera, te ayudo a buscar—me agarra el hombro para que me detenga.

— empeorarías la cosas.

— por favor, fue mi culpa por soltarlo — me ruega.

— bueno...qué más da, pero algo más que hagas té desapareces.

— prometo no empeorar las cosas —alza su mano derecha —sabes ¿por qué tu amiguitas me derramo agua?, ¿tú le dijiste que me la aventara?




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