Se refugiaron en un pequeño cine antiguo. Entre risas, chocolatinas y miradas robadas, compartieron historias y sueños mientras la lluvia golpeaba suavemente los cristales del lugar.
—Creo que podríamos quedarnos aquí toda la vida —susurró Enola.
—Al menos esta noche será nuestra para siempre —respondió Oliver.
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los sueños se hacen reales, se revelan con cada farol, entre luces y sombras surge un gran amor
Editado: 22.10.2025