—Esto es lo que soy, violet. No busques más de mí — me suplica. En sus ojos hay mucho dolor.
—Quiero buscar, sé que hay más de lo que quieres demostrar — niega repetidas veces — no digas que no.
—te he dicho más de lo que debería. Ya debes irte y dejarme con mis demonios — me acercó tratando de besarlo pero se aleja rápidamente — Te puedo quemar.
—Si es contigo quiero arder. Contigo no me importaría ir al infierno.
Aunque mis dedos tiemblan mi corazón late más rápido cuando estoy con él y esa siempre ha sido la diferencia, cuando estoy con él las horas se convierten en segundos y no me importaría pecar por él.
—¡Aléjate! — me grita, pero ya no tengo miedo. Ya no.
—Es que no entiendes. No hay otro infierno en el que quiera estar, que no sea aquí, ardiendo contigo — Sus ojos muestran temor, mucho temor.
—No soy bueno para ti — Las yemas de sus dedos acarician mi mejilla y luego da un pequeño beso a mi frente.
—Inquietas mis cielos con tus demonios — Susurró.
—Danns Vega — Murmura, sus dedos en mis mejilla hacen que eso me hierva la sangre, pero una manera tan hermosa que me preocupa — Somos adictos a lo que nos destruye.
Y con eso finalmente se aleja de mí