*Él me decía al oído <<Eres valiente>> y yo le creía, sus palabras eran como algo mágico que para mi no se borraban. Hasta que un día descubrí que no soy tan valiente como él me dijo que era y esa fue una de las primeras mentiras. Él me dijo <<tú puedes>> y lo intente y no pude, otra mentira más, él me dijo <<No me voy a ir>> y le creí y cuando más lo necesité no estuvo y eso que lo llamé una y otra y otra vez, pero nunca apareció y por más que lo busqué... Nunca lo encontré y en ese momento supe que me había dicho todo eso para que aprenda a vivir sin él, para que aprenda a vivir sin el diablo. Sin Lucifer.
Un olor a café inunda mis fosas nasales y con un pequeño bostezo abro los ojos encontrándome con los de Lucifer. Se le ve vestido y un olor único, sus ojos negros están fijos en mi y eso hace que me sonroje, sonríe y señala el café. Paso la punta de mi lengua por mi labio inferior y suspiro todavía acostada, miro hacia afuera por la ventana que da al balcón y esté día está muy oscuro, parece que va a llover. Como temor y timidez me siento en la cama y agarró el café muy despacio para no quemarme. Le doy un sorbo a este y veo entre el humo que sale de la taza gracias al café como Lucifer sonríe.
—¿Dormiste bien? — Pregunta con su voz varonil. Asiento — Tu tía se fue, tu chófer vino y le dije que estabas durmiendo.
Cundo me dijo eso casi dejo caer el café a la cama — Pero ¿Tú estas loco o qué? — Dejo el café en la mesita y me levanto de la cama — ¿Cómo se te ocurre salir con Arturo?
—Y ¿Eso que tiene?
—Va a pensar que tenemos algo — agarró mi bata de baño y me entró a esté cerrando la puerta con pestillo. Me quitó la ropa y me adentro a la ducha.
—¿Y?, Por mi esta bien. Él sólo se quiere aprovechar — Suelto un bufido — Puedes bufar las veces que quieras y yo siempre lo voy a ver de esa manera.
Luego de haberme lavado, salgo de la ducha y me lavo los dientes. Salgo del baño y lo miro mal, caminó al closet y saco unos jogger negros y un top crop. Ropa interior y me dirijo al baño a cambiarme sin dirigirle la palabra al hijo de su madre de Lucifer.
—¿No me piensas decir nada? — suspiro — Deja de suspirar — este tipo tiene pactó con el diablo.
—Deja de molestar, lo que hiciste te va a salir muy caro — Le digo de mala manera y salgo del baño para poder arreglar mi pelo.
Me fijó en la vestimenta de Lucifer pero esta vez tiene algo diferente que no es negro. Tiene blanco, su pantalón es negro eso sí, pero su camiseta y tenis son blancos. Sigo peinando mi cabello.
—No entiendo porqué te molesta lo que pasó. Sólo le dije que seguías durmiendo — lo miro por el espejo de manera acusadora y él se encoge de hombros.
—Conociéndote se que le dijiste alguna de tus estúpidas cosas — abre la boca ofendido.
—No son estupideces. Quizás le dije que te cansaste mucho pero... — Me doy la vuelta y le tiro el cepillo en la cabeza pero el lo esquiva — Tranquila. Sólo fue eso.
—Si te agarró te juró que te voy a matar — Le apuntó con el dedo en forma de amenaza.
—No me puedes matar, lo dice en la regla treinta y cinco del infierno... Un humano no puede matar a un demonio bien clarito lo dice — Ruedo los ojos y agarró otro cepillo y se lo tiro — Te levantaste muy agresiva, ¡diablos!
—Agresivo te van a quedar los huevos si sigues jodiendo conmigo — Abre la boca incrédulo y yo le doy la sonrisa más falsa que he podido dar.
—Buenooo... Mira yo me calló y si quieres también me largó, con mis huevos no se relaja, ¿Con qué voy a comer? — Este niño lo dejaron caer, esto no es normal, Ahí voló mi fé por la humanidad.
—Lucifer... Voy a salir con Arturo y tú te vas a quedar no sé dónde pero aquí no.
—Yo se manejar muy bien.
—La cuestión es que no quiero salir contigo y aunque sepas manejar yo no te dejo al volante, porque una de dos; Término loca o chocamos. Porqué no sé quien fue que te atendió en el hospital...
—Infierno, fue en el infierno — Me corrige y frunzo el ceño.
—Sí, eso. En el infierno y el caso es que no te atendieron bien, yo me voy — Él me agarra del antebrazo y hace un puchero.
—Déjame ir, no quiero que salgas sola — Dice con cara de cachorrito.
—Ni loca, ahora déjame ir y aparte voy a estar con Arturo.
—Por favor.
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—Viste, no era tan difícil — Dice Lucifer sentado al lado mío en el auto.
—Yo no sé como llegué a esto, juro que no lo sé — Murmuró.
—¿Dónde quiere ir, Violet? — Pregunta, Arturo.
—¿Violet?, ¿Ya se tutean? — Lo miro con el ceño fruncido y vuelvo mi mirada hacia Arturo.
—Perdone, no le vuelvo a llamar así — Voy a buscar cinco formas de como matar a Lucifer.
—Tú me puedes llamar como tú quieras, Lucifer sólo es un amigo que está de más, se invitó básicamente solo — Suelto entre dientes.
—¿Perdón?, Tú fuiste la que me rogaste para que viniera — Será mentiroso.
—Serás mentiroso, Arturo Quiero que me lleves al lugar de ayer, me gustaría invitarte una taza de té — Me mira por el espejo retrovisor con una hermosa sonrisa.
—Por mí estaría bien, un té estaría más que perfecto — Sonrío.
—Yo también quiero — miro a Lucifer y este sonríe, esa sonrisa de Galán de telenovela, estoy empezando a creer que él fui hecho por los mismísimos demonios — Yo lo amo, pero el té de ayer a Violet le gustó — lo fulmino con la mirada, se que lo está haciendo intencionalmente.
—Sí, pero fue porque me desmaye.
—¿Qué te sucedió? — Pregunta, Arturo, con preocupación.
—No fue nada grave, Arturo. Sólo fue algo sin sentido.
—¿Segura?
—Sí, gracias por preocuparte
—Gracias, Lucifer, ya que tú también te preocupaste. Mala agradecida — Ruedo los ojos.
—Llegamos, vamos a por ese té.
Entramos al lugar y buscamos una mesa de tres, desde que nos hemos sentado nadie ha dicho ni una sola palabra. Lucifer de vez en cuanto me sonríe al igual que Arturo, los dos son chicos lindos pero totalmente diferentes. Lucifer; es una persona con secretos y que sabe lo que quiere o eso creo, sus ojos muestran misterio y su forma de ser es tan única que hechiza, sus ojos negros hipnotizan a cualquiera. mientras que Arturo; es una persona muy diferente a Lucifer, Arturo tiene unos ojos tan azules como el cielo y que te pueden hacer ir a él con tan sólo mirarlos, sus manos calientes y su linda forma de ser al menos lo que yo conozco. Los miro y juró que no sé en que momento me senté con dos chicos igual de guapos pero muy diferentes, uno me tienta y el otro me hace bien, uno siento que me puede llevar al cielo mientras el otro me puede llevar al... Infierno y hacer que descubra todos los demonios que llevó dentro.