Aunque intentó sacarme ese momento y esas cosas que dijo Agramon, no puedo. Se quedaron grabadas en mí, es como si todo lo que ha dicho estuviera conectado con algo, intentó no pensar en eso, pero desde ese día no he podido ni siquiera dormir bien. He tenido pesadillas, mi tía me vive haciendo preguntas sobre Haniel, Arturo intenta hablar conmigo pero yo lo esquivo. Estoy en un laberinto, estoy muy encerrada, Ya no sé si me estoy volviendo loca o si ya lo estoy. No sé nada, ni siquiera sé donde estoy parada en este miserable momento. Nadie me da una explicación, las paredes de mi habitación me han convertido en una prisionera y la vida me ha hecho jugar demasiadas veces y mis dedos, mis pies y mi cuerpo ya se han dado por vencido.
Estos cinco días me han hecho muy mal, desde la última vez que estuve con Haniel no he vuelto a tener ese contacto con él. A veces quiere buscarme el lado o hablar conmigo pero yo simplemente no quiero. Ha llegado bebido, no tanto pero si lo suficiente para que al otro día yo le tenga que dar una pastilla para el dolor de cabeza, mi tía obviamente se a dado cuenta de todo eso pero yo le pedí que lo dejará quedarse, por lo menos en mi habitación a lo que dijo que no pero después de un rato dijo que sí aunque no siempre. Dijo que no lo conocía y que ya había pasado mucho tiempo sin saber que él dormía en mi habitación y eso lo comprendo. Amy no me ha vuelto a llamar, no sé nada de ella y siento que tampoco quiero saber ahora, tengo demasiados problemas y no quiero que ella se involucre en nada de esto... Por lo menos ahora no. Los sueños desde ese día han pasado de mal a peor, hay veces en las que cuando tengo ese tipo de "Sueños" me cuesta volverme a dormir y amanezco con unas ojeras horribles. Los días se me hacen muy pesados y el cuerpo me pide a gritos que lo haga descansar bien, trato de comer pero las pesadillas me quitan el hambre, Haniel se a dado cuenta de eso y aunque trata de hacerme comer y me ha tratado muy bien, no puedo. De tan sólo ver la comida me dan unas náuseas horribles, me recuerdo de los sueños y me da más miedo dormir. Aunque Haniel me ha dicho que duerma con él, yo me niego, no quiero torturarme ya más, lo quiero y estar en la misma cama que él y sentir su desprecio porque es eso lo que siento cuando él está a mi lado, he intentado dormir dos veces con él pero me arrepiento. Siento como si no quisiera estar a mi lado y sólo está ahí para poder ayudarme a dormir y aunque me cueste decirlo un día confirme eso: durmió conmigo y a la mañana siguiente cuando me desperté lo vi en el piso. Eso me dolió pero hice como si nada hubiera pasado y seguí mi día.
He recibido muchas cartas de parte de Agramon pero no se lo he dicho, no dudo que si se lo digo irá a enfrentar a Agramon y se buscará un problema por mi culpa. La primera carta fue un aviso por así decirlo, la segunda; una advertencia, la tercera; esa si fue una amenaza de verdad y a las demás dejé de darle importancia porque en realidad no le encontré el sentido. Ya sé y tengo muy claro de que quiere deshacerse de mi, no hace falta que me lo diga en cada carta que me manda. Todos los días trató de hacerme la idea de que será un día mejor que el anterior pero con todas las cosas que me pasan ya estoy empezando que la suerte no existe y a mi ni el amor y menos la suerte vinieron a buscarme, soy un fracasó. Intentó no llorar, juró que lo Intentó pero es que cada vez me consideró más y más débil y me hace mal, eso me lástima. Quisiera tener a mis padres conmigo, ellos me hubieran dado fuerza para seguir, pero no están aquí y cada día que me levantó me arrepiento por no haberme ido con ellos, me arrepiento de muchas cosas pero la más grande. Es de no haberme ido con ellos cuando me lo habían rogado, no sé para qué me quedé aquí si voy a ser infeliz.
—Te veo muy perdida ¿En qué piensas? — levanto mi mirada del libro para poder mirar a Haniel que se encuentra sentado en el mueble con la portátil en sus piernas — ¿Estas bien?
—No pienso en nada y estoy bien — Respondo para volver mi mirada al libro pero es sólo por un segundo porque el vuelve a hablar.
—No creo que no decir qué te pasa solucionará como te sientes en este momento, ¿no crees? — frunce los labios y yo me encojo de hombros — Desde hace días estas así, y peor de lo que estas ahora. No sé lo que tienes pero quedarte callada no es una opción —Sin hacerle el más mínimo caso, sigo con mi libro — ¿Quieres dejar de ignorarme?
Paso la punta de mi lengua por mi labio inferior para después morderlo y seguir como si nadie me estuviese hablando, pero él no se queda callado: — ¿Te está pasando algo? ¿Te molesta que esté aquí?
—Yo no he dicho eso — Respondo y él alza sus manos hacia arriba.
—Hasta que por fin hablas, se puede saber ¿Qué diablos te pasa? — Dice con voz fuerte — No comes, no sales, me ignoras, ignoras a tu tía, te intento hacer reír pero no lo logro. Las pesadillas no se van y joder... Me molesta verte así ¿Te siente mal?
—Creo que como me sienta es lo que menos importa aquí — Dejo el libro de lado y me levanto de la cama.
Cuando pienso entrar al baño la mano de Haniel me lo impide, deja la portátil de lado y me lleva de nuevo para quedar al lado de la cama, su ceño relajado pero su mandíbula tensa y sin decir nada saca de su bolsillo trasero unas cartas en sobres y las tira sobre la cama, bajo la cabeza y Haniel me agarra de la barbilla para subirla y que lo miré a los ojos.
—¿Por qué no me dijiste nada de esto? — Aunque pensaba que iba a tomar un tono de voz más fuerte y que me iba a estar regañando como el padre que es a veces conmigo, no es así, en sus ojos hay un poco de tristeza — No entiendo porqué no viniste hasta mí y me dijiste que ese hijo de puta te estaba amenazando, que por eso no hablabas, no comías y me evitabas a cada rato.
Hago el amago de caminar hacia el baño pero él me paraliza en el lugar que estoy — Dejemos esto así. No vale la pena.
—Deja de decir que no vale la pena, por algo estoy aquí, cuidando de ti — Agarra mi mano y baja la mirada para ver el regaló que él me dio — Por algo soy como soy contigo, porque vale la pena ¿No es obvio, Violet?