Under their wings

26. Me morí y me volví a vivir.

Ya despierta y descansada, me siento en la cama a ver la pared de mi habitación, ya me Di una ducha y lave mis dientes y me volví a poner un pijama, creo que me estoy volviendo loca pero es que son las seis de la mañana. Me levantó de mi cama y salgo de mi habitación para caminar por el pasillo hasta llegar a la puerta de Haniel, todo está con las yemas de mis dedos y la madera roza estos, suspiro y dirijo mi mano hacia la perilla de la puerta, el metal frío conecta con mis dedos haciendo que tiemble un poco, abro esta con mucho cuidado, vuelvo a respirar cuando ya la puerta está finalmente abierta, cierro esta detrás de mi despacio para no hacer ningún tipo de ruido, muerdo mi labio inferior con fuerza hasta que por fin escucho un "clip" y ya estoy segura de que la puerta está abierta. La oscuridad de la habitación me invade, miro la cama y veo a Haniel acostado boca arriba con el pecho descubierto, una de sus piernas está cubierta mientras la otra está fuera de la sábana, sé que no es tiempo de jugar pero yo dejo mi pierna así y no puedo dormir por el miedo.

Me acerco hasta llegar a la cama y lo miro desde arriba, aunque está ocupando casi toda la cama me siento en un pequeño lugar al lado de él. Sonrío al verlo, sus pestañas con tan largas y su boca tan tentadora, me está llamando, me ruega que lo besé pero esta durmiendo y yo tengo que respetar, sin darme cuanta mi mano de mueve hasta su pómulo y paso mis dedos por este. Él se mueve un poco cerrando con los ojos fuerza y suspirando profundo y yo aparto mi mano rápidamente, acercó mi cara a la suya y cuando por fin puedo sentir su respiración sonrío y le suelto un pequeño beso en sus labios entreabiertos, cuando me separó de estos no dudo en lamer mis labios. Rozó mis nariz con la suya, una corriente sube de mis pies hasta mi cabeza y me obligó a mi misma a alejarme de él. Paso la mano por su hermoso cabello, siento lo sedoso que es y me dan ganas de no alejar mi mano de ahí pero lo tengo que hacer, me levanto de la cama y caminó despacio hasta llegar a la puerta nuevamente, le doy una última mirada al cuerpo de Haniel ya antes de salir me muerdo el labio, deseó ese cuerpo pero otra cosa es muy diferente es que no puedo tenerlo. Salgo completamente de su habitación para ir corriendo a la mía y cerrar la puerta detrás de mí. El corazón me va a mil, es como si me hubieran agarrado haciendo algo ilegal, aunque eso no era ilegal. Lo sentí totalmente imposible.

Me quedó en mi habitación hasta que son las siete de la mañana una hora más decente para salir de tu habitación y no despertar a los demás y ser tan imprudente como yo. Bajo las escaleras, caigo en la cocina y me siento en uno de los taburetes y luego saludó a Arturo que tiene un vaso de zumo en sus manos. Él me sonríe y me saluda igual.

—¿Cómo dormiste? — Frunzo el ceño antes su pregunta — ¿tuviste pesadillas o te llamarón?

—Ninguna de las dos, dormí más bien de lo que debí, es más, me siento muy descansada para ir a buscar a mi tía — digo como entusiasmo.

Arturo, me sonríe y asiente.

—¡Buenos días! — Escuchó a Haniel y me convierto rápidamente en hielo, el cuerpo me tiembla y yo Carraspeó — ¿Cómo durmieron?

—Bien, y según me dijo Violet ella también durmió bien — Haniel, sonríe mirándome con los ojos entrecerrados.

—¿Ah, sí? ¿Dormiste bien? — Trago fuerte y asiento perdiéndome en su mirada — Que bueno, de verdad.

—Yo me tengo que ir a cambiar, vamos a ir a ver a tu tía, Violet — Le doy una media sonrisa a Arturo y él se retira de la cocina.

Hasta ahora me Di cuenta que él estaba en pijama, no sé ni donde está mi cabeza. Miro a Haniel y este sonríe, me levantó del taburete pero su voz me detiene.

—¿Dormiste bien? — Me doy la vuelta para verlo y él se levanta de su taburete para dar la vuelta a la isla e instalarse frente a mí con una sonrisa altanera — No sabes cuanto me gusta que duermas bien.

—Que bueno, a mí me gusta dormir bien — Me doy la vuelta para irme pero él me agarra del brazo y me hace darme la vuelta.

—Yo también hubiera dormido un poco más si una intrusa no se hubiera adentrado en mi habitación — Lo miro atónita y procedo a soltarme de su agarré pero se me es imposible porque me vuelve a agarrar — aunque no me molestó para nada, al contrario, me gustó.

Lo miró a los ojos — Entonces ella debió hacer algo más para que en vez de gustarte te hubiera encantado — Le sigo el juego.

Él sonríe de manera juguetona y me agarra más fuerte del brazo y yo gimo — Con que así gimes — Las mejillas se me tiñen de un rojo fuerte y miro hacia otro lugar — Créeme, con tan sólo mirarte me pongo a cien.

—Entonces que pena que no me puedas tener en tu cama — Cuando por fin me voy a ir de la cocina él aprovecha y me estampa contra la pared que está detrás mío — Suéltame — Le ordenó entre dientes y él sin negar me presiona más fuerte contra la pared.

—A mí nadie me toca sin mi... Permiso — Pega su cuerpo duró a mi pequeño cuerpo y puedo sentir lo duro que está — Y tú no eres la excepción.

Pega sus labios de los míos sin darme tregua y metiendo su lengua hasta la garganta, sus dientes chocan con los míos del impacto, me suelta el brazo para subirlo por encima de mi cabeza al igual que el otro. Suspira en mis labios y los lame haciéndome saber que le gusta jugar conmigo, con su otra mano entra por debajo de mi blusa haciendo que yo toma bajito, los ojos se me ponen en blanco cuando sus dedos fríos tocan cerca de mis pechos.

—¿Querías jugar? Entonces vamos a jugar — Susurra en mis labios y vuelve a chocar sus labios con los míos.

Me suelta las manos y yo instintivamente las llevo a su cabello para halar este, clavo mis dedos en su nuca y pego su boca más a la mía para provocarle, sus grandes manos agarran mi pequeña cintura y me pega más y más a su cuerpo para así no dejar ni un poco de espacio entre nosotros dos, jadeo en sus labios gracias a lo cargada que estoy de deseo y creo que no soy la única, nuestras lenguas luchan pero creo que hasta ahora esto va empate, sus dientes se clavan en mi labio inferior, tiemblo por el placer que estoy sintiendo con tan sólo sus besos. Él agarra mi cara con una sola mano y me separa de él jadeante sonríe ante la imagen y me vuelve a besar. Me da la vuelta y me pega de la isla, sus manos curiosas se mueven hasta mis muslo. Sentir sus besos, su lengua en mi boca, esto es como ir al cielo. Sus frías manos tocando mi cuerpo, no sabía que era lo que más deseaba hasta el día de hoy. Sus besos cargados de deseo, son como una medicina que no es recetada pero si necesaria. Cuando me toca sin siquiera darme tiempo o cuenta ya estoy tocando el cielo, cuando entré a su habitación esto era lo que quería, cuando toqué sólo su cara, esto era lo que quería y cuando.toqué su cabello esto era lo que quería: lo halo. Sonríe pegado a mis labios, no me cansó de besarlo. Sabe tan malditamente bien, su olor a tan varonil y único. Sus besos se mueven hasta mi cuello y yo arqueo mi espalda, sus manos van hasta uno de mis pechos y los aprieta haciéndome venir un poco fuerte. Miro borrosa la puerta de la cocina y maldigo para mí.



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En el texto hay: demonios romance dolor y miedo

Editado: 29.08.2020

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