Under their wings

28. Solo, estoy solo.

HANIEL.

Verla en este momento con los ojos llenos de lágrimas y sabiendo todo lo que yo nunca le pensaba decir eso es algo devastador, yo no quería que sufriera por eso nunca se lo iba a decir, pero como siempre las personas destruyen lo más bonito que uno tiene. Ella no se merecía saberlo así es más, no se merecía saberlo.

—Las cosas no son como tú crees — Le digo.

—Sí son, es no entiendo como pudiste, me enamorarme, me hiciste sentir cosas por ti — La voz se le quiebra — Yo... Yo como una completa idiota nunca les hice caso a todas las cosas o señales que me daba la vida, y me enamoré de un Demonio.

Como lo dice, la forma en que lo dice ahora duele — ese era mi trabajó.

—Tu maldito trabajo era romper una familia; una familia que estaba bien, se quería y tú viniste a romper todo eso — su mirada me mata — Déjame decirte que eres un maldito asco de persona.

—Lo siento, de verdad, yo no tenía otra opción — Trató de acercarme a ella, de tocarla pero cada vez que lo voy a hacer da un pasó atrás — Violet...

—No te acerques, quiero que te vayas, de mi casa y de mi vida. No te quiero ver más — Me grita.

—No me puedes hacer eso, yo te quiero — Pero ella parece no creerme, me mira como un bicho raro.

—Cuando quieres a alguien no la lastimas como tú lo hiciste conmigo, el amor no es así. Aprende a querer y después quiere a otras personas — No sabía que unas palabras podían doler tanto — No puedes querer a alguien si no sabes quererte a ti mismo.

—Por lo menos déjame decirte como pasaron las cosas — Ella parece pensarlo y se sienta en la cama pasando a mi lado y yo niego — Aquí no.

Ella parece entenderlo porque sale de mi habitación sin dirigirme una mirada, salimos de la casa sin mirar a ningún otro lugar y sin darle explicación a nadie. Enciendo mi auto y lo pongo en marcha, no enciendo la radio, no habló ni nada por estilo, creo que lo que menos quiere escuchar es mi voz. Se pasa los dedos varias veces por su rostro dejándome saber que todavía está llorando, la única vez que la vi llorar tanto fue cuando sus padres habían fallecido. La quiero y aunque no hice las cosas bien y maté a sus padres no quiere decir que no la quiero como la estoy queriendo en este momento. Las situaciones pasadas no definen cuanto quieres a una persona en el presente.

Detengo el auto y ella sale sin dejarme decirle nada, estamos en un callejón que no tiene salida, sólo hay una pequeña puerta con una pequeña casa, sacó unas llaves de mi bolsillo trasero y abro esta dejando que ella pasé primero. Intento de que sus ojos se conecten con los míos pero en este momento parece casi imposible. Entró detrás de ella y veo como mira a su alrededor, en esta casa sólo se encuentra tres camas que están a la vista desde la pequeña sala que tiene un sólo mueble y una pequeña televisión que creo que ya no sirve. La cocina es pequeña y apenas hay una nevera. La pequeña casa deja espacio apenas para caminar. 

—¿Qué es esto, Haniel? — Pregunta.

—Este soy yo — Sus ojos pasean por el pequeño lugar — Esto es lo que soy, Violet, no tengo nada.

—¿Aquí vives? — Asiento — ¿Por qué me traes aquí?

Abro mis alas y ella se echa para atrás casi cayendo, sus ojos se abren como platos al verlas —Este soy yo — Mi cara se va desformando convirtiéndose en carne roja, mis cuernos van saliendo y yo me arqueo, cierro mis ojos por el dolor que me hace sentir esto y luego los abro, los ojos de Violet se quieren salir de órbitas, su boca se abre y yo bajo la mirada — Esto es lo único que hay.

Ella parece no poder decir nada, parece que su voz se desvaneció. No se acerca, no hace nada, suspiro y vuelvo a mi estado normal y guardo mis alas.

—¿Qué dices? — Ella, niega, parece no creerlo.

—¿Cómo?

—Siéntate, te lo contaré todo.

Así lo hace, se sienta en la pequeña cama, ella me mira esperando algo de mi, lo tengo que hacer, es la única forma de que sepa por qué lo hice.No

 

—éramos personas muy pobres, no tenía nada con suerte nos regalaron un carrito para navidad, no teníamos árbol y tampoco comida para hacer en casos especiales. Iba a la escuela pero con pantalones rotos o simplemente sucios porque mi madre no tenía como lavarlos, el dinero apenas daba para comer y está casa fue por casualidad que la encontramos, la situación era muy difícil, mis zapatos estaban destrozados, yo era una persona que sufría de mucho bullyng gracias a mi pobreza, nadie tenía compasión de mí. Me puse a pedir dinero para ayudar a mis padres, ellos cada vez estaban más viejos y peores de salud, mi hermano estaba más pequeño que yo y él no podía hacer nada, la situación cada vez se ponía peor. Una vez escuché a mis padres decir que lo estaban amenazando de muerte si no pagaba un dinero que debía, mis miedos se hicieron más y más grandes, yo tenía que ayudarlos como sea y la única solución que encontré fue entrar a robar varias tiendas, y así lo hice, robe una o dos tiendas pero el dinero apenas daba para poder hacer algo, un día cuando fui a conseguirle el dinero a mis padres ellos... Ya no estaban, los busque por todos lados pero tampoco encontré a mi hermano hasta que salí a la calle y los encontré a los tres tirados ahí como si fueran simplemente basura. Las lágrimas salían solas y me dolía obviamente, eran mis padres. Duré dos días completamente sólo hasta que un día Claudec me encontró tirados en la calle, lo que yo no sabía era que él era un ángel, cuando cumplí los quince y ahí me lo dijo todo, lo tomé muy suave tanto que él se sorprendió, dos días después ya yo era un ángel, tenía alas y era totalmente feliz

Tenía dinero, ropa limpia, tenía todo lo que yo quería menos a mis padres, asistía a un colegio de niños ricos, las chicas me llovían y eso para mi estaba bien. Folle y folle hasta que me olvidé de que día era, cuando pensaba que ya todo se iba a calmar llegó Agramon, él me odiaba, nunca le caí bien y la mejor forma de demostrar eso fue contándome las alas, un día estamos él y yo solos, y la mejor forma para él fue hacer una lucha conmigo sabiendo la poca experiencia que tenía, en un año que tenía con mis alas sólo las había usado dos veces y fueron para casos importantes eso fue lo que me enseñó Claudec. Me dijo que nunca use mis alas para cortar las demás, que siempre las use para volar cuando sea necesario y no para gastar energía sabiendo que no tengo lugar donde ir, pero yo en ese momento quería luchar y Agramon se prestó para eso, él obviamente tenía más poder, tenía años con sus alas, muchos años, luche con él hasta que hizo una mala jugada y más alas se rompieron, él no me ayudó simplemente se rió de mí. De lo débil que era, de lo grande que el mundo para mí y yo le creí, cuando Claudec vio los alas no me ayudó, me dijo que eso era para aprender a hacerle casó, estaba cansado de que las



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En el texto hay: demonios romance dolor y miedo

Editado: 29.08.2020

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