Underboss

❝ 01 ❞

Whisky. Ese era el líquido que quemaba en su garganta pero que tomaba sin hacer alguna expresión en su cara, en la misma mano donde sostenía el vaso vacío había un cigarro que se estaba consumiendo, lo miró por unos segundos, dejó el vaso abajo y dio una calada de aquel humo amargo pero adictivo.

En la mente de él aun rondaban las palabras que su madre le había dedicado y escupido en su cara;

"—¡Eres una maldita vergüenza, Eros! —gritó histérica su madre, — ¡¿Crees que es agradable saber que reprobaste un examen?! ¡Es la primera vez que te pasa esto, imbécil!"

Había reprobado un examen, pero ella era la culpable de ese pequeño error.

Ella le había dado la orden para que él fuera a buscar y torturar hasta sacar la toda la información posible que se podía a Daniel Serra, un bastardo mentiroso y traicionero que les jugó en contra, que lamentablemente nunca logrará contarle sus hazañas a su jefe.

—¿Hay algo que mantiene su mente muy ocupada, señor Eros?

El bartender lo sacó de sus pensamientos, él solo vio como preparaba otro trago.

—¿Algún problema?

—Solo la misma mierda. Solo eso. — dijo mientras terminaba y apagaba el cigarro en el cenicero que estaba delante suyo.

Una copa de licor se le sirvió enfrente y sin dudarlo la tomó, sacó el dinero de su billetera y lo dejó en la barra.

Se iba a ir pero lo detuvieron.

—Señor, esto va por nuestra cuenta, no necesita pagar,— Alguien un poco más bajo que él le había tomado el brazo, — sin su familia nuestro bar correría peligro.

El dueño de aquel lugar lo soltó del brazo y Eros volvió para recoger su dinero.

—Bien, pero no me traten de señor, — Ambos hombres, el Dueño y el Bartender lo miraron con cara de confusión, — Solo tengo 17 años.

El chico se fue, dejando totalmente confundidos a las dos personas que habían en ese momento.

—¿Está bien darle alcohol y cigarros a su edad? — El bartender le preguntó a su jefe.

—Está bien, es el hijo de los Dagger, así que está bien.

Por otro lado, el castaño caminaba sin destino alguno, el dolor de sus costillas y abdomen le estaban ganando. Aquellos golpes fueron mucho más de lo que él pensaba.

Eros Dagger era hijo único de los conocidos empresarios Dagger, también el underboss de su familia. Era un adolescente de 17 años que durante toda su vida fue entrenado de las formas más agresivas posibles para "forjar" su personalidad y hacerlo casi insuperable e indestructible. Como hijo de aquellas personas es forzado a ser uno de los mejores en todo ámbito, y efectivamente lo es, pero como todo ser humano tiene límites y errores.

Miró su reloj, ya era hora de que sus padres se fueran de su hogar, así que no había problema en volver ahí. Caminó unas cuadras más hasta donde había dejado su auto y se subió.

Condujo hasta llegar a su casa e ingresó ignorando por completo a Lilith, la sirvienta, tiró su chaqueta a uno de los sillones de la sala y fue directo al baño de su habitación. Rápidamente levantó su polera y pudo ver frente al espejo su estado.

Moretones de todos colores se podían ver en su piel. Algunos de color amarillento que ya estaban desapareciendo, pero también estaban los nuevos que esta vez había hecho su madre.

Los tocó con mucho cuidado, pero el dolor fue inevitable, si hubieran hecho más fuerza, una fractura de costilla era muy posible, pero por lo que se veían solo eran moretones que con el tiempo iban a sanar. Nada muy importante que perjudique su salud.

Encendió la ducha y terminó de quitarse la ropa e ingresó a aquella lluvia de agua. La sensación de placer y relajación fue al instante, sentía como sus músculos se relajaban ante el agua cálida deslizándose por su cuerpo.

Puso un poco de shampoo en su mano y comenzó a masajear su cuero cabelludo, el dolor al levantar los brazos no fue lo peor, lo peor fue el ardor que provocaba aquellas heridas que estaban en el centro de los moretones y en su espalda. Terminó de quitar los restos del shampoo y tratando de aguantar tomó el jabón y lo pasó por todo su cuerpo con una esponja, tratando de evitar aquellas heridas que solo lavó y enjuagó con agua.

Salió de la ducha, puso una toalla envolviendo su cintura en ella, caminó hasta el lavamanos y se miró hasta el espejo nuevamente.

—Señor Eros ¿Está usted bien? — la dulce voz de Lilith, retumbó en la superficie de la puerta.

— Si Lilith, no te preocupes. — dijo Eros mientras seguía mirándose al espejo, — Te dije que no me llames señor cuando no están mis padres.

Ignorando totalmente lo último que dijo el chico volvió a hablar.

— Lleva más de media hora en el baño y me estoy preocupando mucho por la manera en que entraste a la casa, — la chica suspiró, — Trabajo en tu casa, pero recuerda que también soy tu amiga, alistare tu ropa para que te la pongas en seguida cuando salgas de la bañera.

— Gracias Lisa. — Agradeció sinceramente a la chica.

Antes de salir afeitó un poco su barba que le estaba volviendo a salir, desenredó su cabello y lo peinó, por último se puso su perfume. Al abrir la puerta lo primero que vio en su cama fue la ropa que Lilith le había dejado.

—Así que lo que escondías eran esas heridas.

Dio un pequeño salto y por reflejo quiso sacar el arma que solía tener debajo de su brazo, pero olvidó que estaba sin ropa, aunque ver a Lilith en el lugar de donde provenía la voz lo tranquilizó.

—Mierda, me asustaste.

—Muéstrame las heridas, — intentó acercarse a él pero se alejó,— ¿A caso quieres que se te infecten?

Eros se rindió ante ella y le dejó ver las heridas que había en su cuerpo, que no eran pocas, y se fue de aquella habitación. Tenía una idea de lo que fue a buscar así que rápidamente se puso su ropa interior y su pantalón de algodón que tenía para dormir.

Lilith entró nuevamente a la habitación con uno de los botiquines de primeros auxilios que había en la casa. Le ordenó a Eros que se sentara en la cama y a regañadientes lo hizo. Con mucho cuidado pasó un algodón por alrededor de las heridas que había en el cuerpo del castaño, un par de gotas de alcohol se salieron del algodón y fueron directamente a la herida, pero Eros no se movió, ni siquiera hizo una mueca, Lilith sabía que estaba aguantando el dolor de la mejor forma posible y mucho menos quería verse débil.



#5267 en Thriller

En el texto hay: mafia, venganza, violencia

Editado: 21.06.2021

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