Underclass Hero

Capítulo VIII

“Won't know how I made it”

Rosetta - 08:35pm

Nota de voz: “Lo que alcancé a escuchar fue que como miembros oficiales de Underclass Hero, o algo así, debían reunir más miembros que no estuvieran contaminados. La voz era la de Taylor, Pandora... Tu novio parece ser un dirigente activo en esa sociedad”.

Ignoré totalmente la broma que Rosetta hizo al final de la nota, y solo me concentré en la información principal: descubrimos un lugar y hora de reunión de los Underclass Hero.

No sabía cómo sentirme al respecto, pero lo que sí sabía, era que esa información me ponía los pelos de punta.

Taylor sí formaba parte de los Underclass Hero, según lo dicho por Rosetta, y podría apostar que Andy también.

Esa noche no pude dormir bien.

★★★

Ya era miércoles. Cuando crucé la puerta principal de la universidad, sentí que una horrible tensión reinaba en el ambiente. Muchos compañeros estaban estresados y con ojeras enormes, pero otros se mordían las uñas y miraban hacia todos lados, como si los estuvieran siguiendo.

¿Serán las consecuencias del estrés? No quiero terminar psicótica.

Sin dar más importancia, corrí hacia mi facultad, tratando de alejarme de ese ambiente pesado. Vislumbré a Mandy y Flora, sentadas a un lado de la facultad, en las escaleras de las mismas. Flora estaba frotando sus manos, mientras que Mandy guardaba su celular; me miró y alzó un brazo para saludarme.

Correspondí el gesto y me acerqué a ellas. Mandy y yo compartimos una mirada cómplice, intentando decir que íbamos a hablar después. Porque no, no habíamos hablado del tema, y debíamos hacerlo, con Rosetta.

—¿Qué tal, Pandora? —me preguntó Flora.

—Todo bien... ¡Ah! ¡Flora! —me agaché y tomé sus manos, ella me miró bastante extrañada—. ¡Tú que sabes todo! ¿Por qué en el frontis están asustados?

—¿Ah?

—Es que cuando entré —me giré mientras señalaba el camino por donde vine— vi a muchos algo preocupados... No lo sé —apreté sus manos—, solo sentí el ambiente muy pesado.

Flora apretó sus labios y miró a Mandy, quien la miraba tan expectante como yo. Alzó ambas cejas, ahí nos dimos cuenta de que sí podría saber algo. Suspiró, volvió a mirarnos y habló:

—Escuché que un grupo amenazó con manifestarse hoy.

Helada, así me quedé.

—¿Qué? —insistí, como si no hubiera escuchado bien.

—Ayer habían papeles esparcidos por varios rincones de la universidad, ¿no los vieron? —negamos—. Pues, en ellos solo había escrito un mensaje, en lápiz negro: “MAÑANA NOS VERÁN”, “NOS HAREMOS VER”.

¿Será que...?

—¿Nos atacarán? —dramatizó Mandy, Flora negó con la cabeza, rodando los ojos pero esbozando una sonrisa—. Bien, me tranquilizaré.

No quise hacer ningún otro comentario, sin embargo, el ambiente no me dejaba sosegada y sentía que me estaba sumergiendo en ello. Solo me quedaba esperar, ¿no? Además hoy salía temprano, no tenía por qué preocuparme.

Salimos de la última clase, Rosetta estaba anclada a mis hombros cual koala, mientras yo intentaba caminar fuera de la facultad. A mi lado, Mandy caminaba arrastrando sus pies, se estaba quedando dormida.

Angeline pasó a nuestro lado, irradiando toda la energía del mundo, alzando ambos brazos y bajando las escaleras de un solo salto. Por suerte, no se cayó.

—¿Por qué tan cansadas? —nos preguntó—. El clima está agradable... ¡Gracias, California!

Rosetta se despegó de mí y se estiró, liberando un quejido al mismo tiempo, que se transformó en un bostezo.

—Tienes razón —dijo—, el clima está bastante agradable.

Caitlyn acomodaba sus gafas sobre el puente de su nariz y se colocó junto a Angeline, seguida de Flora.

—Al menos ya terminamos las clases —sacó un plátano y comenzó a pelarlo—. Podemos ir a casa y descan-

No fue capaz de terminar la frase, de hecho, luego de aquella explosión que provino desde el centro de los jardines centrales, un silencio bastante sombrío se generó en la universidad.

Mierda.

Clank, clank, clank, se escuchaba, ese molesto, sonoro y hasta sombrío ruido que hacía un fierro al golpear el concreto.

No sé si fue por instinto o qué, pero todos los que estábamos afuera, nos acercamos para ver de qué se trataba. Ya era hora de almuerzo, ¿será que Underclass Hero estaba haciendo sus movimientos a esta hora? Se me erizó el vello de todo el cuerpo, no podía quedarme ajena a este tema, en serio. Ahora mismo, estaba hecha de nervios puros.

—¿Serán ellos? —me susurró Mandy, me encogí de hombros—. Tengo miedo.




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