Único Motivo

PRÓLOGO

Subo corriendo las escaleras tratando de que Eiden no me frene. Tropiezo por la prisa y caigo de boca contra el escalón. Noto el sabor metálico de la sangre, pero eso no me detiene. Me levanto y sigo corriendo mientras las lágrimas no me dejan ver apenas.

—¡Ailén!— la escucho gritar, no muy lejos de mí.

Estoy agotada. Agotada de correr y escapar de esto. Por eso, este momento, es el único en el que soy capaz de enfrentar a lo que más me da miedo, pero a la vez, lo que más quiero y en lo que más he pensado durante estos últimos años.

Subo el último escalón y piso el suelo. No me permito pararme y abro la puerta del ático. El viento hace chocar la puerta contra la pared, fuertemente y el frío hace que tiemble aún más. Me abrazo a mí misma y piso la nieve que cubre el suelo.

No tengo fuerza. Voy arrastrando mis pies por la nieve. El frío calándome los huesos, porque no llevo zapatos ni calcetines. Cierro los ojos cuando el viento me da en la cara y casi hace que me caiga para atrás por la poca fuerza que tengo.

No sé en qué momento he llegado a estar en el filo del ático. Miro abajo y veo a la gente pasando tranquilamente. Me balanceo un poco, pero consigo sostenerme en equilibro.

Escucho pisadas atrás mío y me giro con cuidado. La veo. Allí parada con su pelo moreno despeinado, sus ojos rojos e hinchados de llorar tanto; al igual que los míos. Ella traga saliva muy lentamente y yo sonrío melancólicamente con la boca sangrándome por la caída.

—Ailén, por favor, no lo hagas— me ruega dando un paso hacia mí.

Niego.

—No— digo firmemente—, no tiene sentido escapar de algo que va acabar ocurriendo.

—Pero no tiene que suceder ahora, tonta— ríe sin gracia—. Todos vamos a morir tarde o temprano, lo sé, pero tú no tienes que hacerlo ahora si tienes esa opción. Tienes toda una vida por delante para disfrutar, no lo hagas.

Niego desesperadamente.

—No lo entiendes— dejo salir un sollozo—. Nada me retiene, no tengo ningún motivo para seguir con este sufrimiento. De todas formas, solo existo. No vivo ni disfruto, solo existo y no sé el porqué sigo haciéndolo. Tengo que ser valiente y aceptar que no tengo razones para seguir viviendo.

—No digas eso...

—Esa es la verdad. He sido una cobarde al estar escapando de algo tan obvio. Pensaba que encontraría algún motivo, pero no lo hay. Y estoy harta. Harta de pensar que sí lo hay— me limpio las lágrimas—. Mis padres están hartos de mí, piensan que soy una inútil. No tengo apenas amigos y los que tengo ni siquiera se preocupan por mí, no les importo. Es más, no le importo a nadie. Ni si quiera a ti— se me corta la voz al pronunciar estas palabras—, tú, la persona que siempre me había dicho que estaría allí para apoyarme. Nunca estuviste allí. Aquí a mi lado, ¡cuando más te necesitaba! ¡Sabías que me derrumbaba y te dio igual! Nunca te importe, ni te importo. Nunca te has preocupado por mí.

Ella aparta los ojos.

—Para de decir tontería, sabes que eso no es verdad.

—Sí lo es. No te preocupes, ya lo he aceptado y soy consciente de ello. ¿Sabes?— inquiero—. Muchos dicen que suicidarse es de cobardes, pero es lo más valiente que puede llegar a cometer un ser humano. Y puedo decir que por una vez en mi vida estoy haciendo algo valiente al estar aquí.

—Ailén, deja de ser tonta. Deja de pensar en esas tonterías. Vámonos de aquí y hagamos como que esto no ha pasado. Olvidémoslo.

—No— contesto y veo como sus ojos pierden la esperanza—. La decisión está tomada, estoy lista. Dile a mamá y papá que los quiero y querré desde donde esté— empiezo a trabarme al hablar por culpa del llanto—. Di-dile a Milán que la quiero muchísimo y, aunque...nunca se haya preocupado por mí, no-no importa, la quiero igual. Y tú... Tú sabes que te quiero, pero eso te da igual.

Eiden empieza a negar con la cabeza, desesperada.

—Diles a todos que esté donde esté siempre será un lugar mejor que este maldito mundo— pido con la voz entrecortada.

Antes de que ella diga algo más, me tiro espalda atrás desde lo alto del edificio. No lloro más, solamente, sonrío. Si voy a morir que sea con una sonrisa por el hecho de ser tan fuerte por aguantar dieciocho años esta vida y tan valiente por acabarla.

Fecha de publicación: 15/12/2021




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