Unicorniocienta

Discusiones reales.

Puso el filtro cinco el cual consiste en darle mejor tono a las fotos con brillos por todos lados, capturó la foto y le puso debajo "Hermosa después de unas cervezas", entre risas buscó otro filtro y pues le pareció el más bonito para ella el del snap del perrito, todos ya lo conocían y le pareció gracioso, a esa le puso debajo "Emborrachada como una perra, literal" para terminar la sesión de fotos le tiró la última sin filtro y no le puso nada debajo. Buscó Twitter entre las miles de app que tenía de buscar seguidores para YouTube y por lo que vio cuando entró a la Twitter se quedó sorprendida, la loca esa tenía 689,000 de seguidores "¿Hay tanta gente descerebrada en este mundo?" fue lo que se preguntó a si misma. Pero no se enfocó en eso y subió la primera foto, esa que tenía el bonito filtro con estrellas agregando como título: "Primero muerta que sencilla" seguido de un emoji pintándose las uñas. Luego subió la última donde esta salía sin filtro agregando como título: "Mi jefa a lo natural después de llegar de una gran peda a las tres de la mañana" seguido de emojis riéndose, lo escribió así a lo Mexicano para que cogiera un toque exquisitos como unos espaguetis después de echarle la salsa.

Después que subió las fotos al Twitter subió la del perrito a Instagram, esta chica si que tenía muchos seguidores y subía unas fotos de ella que había que verla, en esas foto ponía lo feliz que era con su vida, quien la viera nunca pensaría que era una bruja tan cruel. Pero bueno, después de subir la foto todas especialmente las de Twitter empezaron a mandar miles de notificaciones, era como su hubiera invocado a los seguidores, habían muchos comentarios y retweet, así que puso el celular en silencio y lo llevó hacia donde lo había encontrado como si no hubiera ocurrido nada. Mientras que a la madrastra la dejó igual y se fue a su habitación, ya eran las cuatro casi y ella moría de sueño.

TRES UNICORNIOS MÁS TARDE...

En la mañana se despertó como acostumbraba, lo bueno era que a pesar de la borrachera del día anterior no sentía síntomas de nada gracias a la bruja que se dice llamar hada madrina, era como si no hubiera bebido nada de nada.

Se paró muy pesada de la cama y se sentó en la esquina de esta mientras se tallaba los ojos con las manos varias veces y bostezaba. Cuando apartó sus manos de su cara tenía la vista en el piso, pudo observar una rata que tenía un abrigo verde ella se quedó espantada mirando a la rata sin ninguna expresión facial. La rata la miró y fue como que se activó un "click" en ella y corrió a toda prisa para entrar por la esquina de un antiguo cuadro que descansaba en una esquina del piso de la habitación, entró allí para luego la rata no verse.

—Debería de limpiar eso. —pensó en voz alta aún estática, mirando hacia donde se había perdido la rata—. Ñah, lo haré otro día. —hizo un ademán con su mano. Y despreocupada se dirigió hacia el baño mientras se arrascaba un lado de nalga.

Entró al baño, abrió el grifo para luego quitarse su pequeña pijama sin problemas, después de quedar desnuda entró a la bañera y soltó su pelo. La noche anterior fue la noche más loca de su vida y donde había visto todo tipo de bebidas, desde cervezas baratas a vinos sumamente viejos y que costaban más que ella. Su pelo aún olía a cerveza después de que por estar de fotógrafa le jaló una copa que su madrastra agarraba bien fuerte y se la embarró en toda la cara, el calma le llamaban algunos.

Tenía que ir al salón por segunda vez ya que cuando la hada la arreglo toda bonita le hizo magia para que su pelo estuviera así de bello, pero ya eso era sólo un recuerdo. De todo el dinero que había reunido le quedaban unos quinientos, tenía que ir al salón y verse bonita porque aunque ningún Príncipe de papi le hizo caso, hoy llegarían vecinos nuevos y pues si viniera un chico guapo y elegante a mudarse enfrente de ella, y se enamora de ella quien sabe como pueda terminar todo esto...

TRES UNICORNIOS MÁS TARDE

—¡Necesito que la encuentren! —gritó alterado.

—Pero hijo, sabes que va a ser muy difícil. Chicas morenas con pelo negro natural hay muchísimas en esta ciudad. —espetó su padre.

Andrés desesperado e ignorando a su padre fue hacia donde estaba una mesita de noche con una campana y la tocó en señal para llamar a sus sirvientes.

Para el rey era una locura que su hijo mayor se obsesionara con una simple plebella desconocida que además de eso salió con un show que pronto la verían por todas las redes sociales.

Una sirvienta había llegado y este pronto se acercó a ella con las manos en los bolsillos.

—Quiero que me consigas una ropa de granjero un número más que mi talla, lo más pronto posible. —le ordenó a la joven.

—¿Va a ir al pueblo Joven? —preguntó su empleada sin ocultar su sorpresa.

—Cuando me traiga la ropa le digo, así que váyase y traeréis rápido. —ordenó otra vez un poco enojado y apresurado.

La empleada se fue sin más que decir, le había sorprendido el comportamiento del Príncipe, pero no iba a cuestionar sobre ello para que se ganara otro regaño de su parte. Mientras que el Rey trataba de convencer a su hijo con los peligros que hay en esos barrios. Este chico no sólo se arriesgaba a buscar una chica que era más común que un huevo blanco, algo que él no entendía.

                         



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En el texto hay: humor, cenicienta, romance amor

Editado: 21.03.2020

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