Margarita salió volando en dirección a casa de su madre, miro las luces encendidas y atravesó la pared buscando a su hermana llegando a su habitación y la encontró, peinando su cabello castaño llevando un vestido blanco. La miraba con mucha atención, en ella miraba a la persona que podía liberar a Derek de sus ataduras, aunque también podía hacerlo si ella aceptara irse como lo hizo Antonio ese día, pero pensaba que Derek seguiría trabajando ahí en el colegio incluso después de que ella se marchara.
Lo que ahora más quería era liberar a Derek, que no sintiera más esas ataduras que lo tenía aprisionado. Quería que viviera, que amara libremente. Su hermana se levantó saliendo de la habitación bajando las escaleras, encontrándose con su madre, sentada en el mueble sujetando una taza de café y un pan sobre un pequeño plato sobre la mesita. Con la televisión encendida.
—¿Cómo me veo mamá? —pregunto Sofía posando su mirada esmeralda sobre su madre.
Su mamá la miro sonriente, estaba radiante, hermosa —te ves hermosa hija. Al fin conociste a un joven apuesto.
Sofía recordó a Derek —si es apuesto, es alguien esplendido.
Su madre la miro atenta y se levantó sujetando su mano. Sofía sabía que le preguntaría si estaba segura de esto. De ir a cenar con Derek Velazco, nunca le había ocultado nada a su madre siempre le contaba su día en el trabajo, como se llevaba con los otros docentes sobre Derek y la cena de esta noche. Su madre siempre le daba consejos sabios, siempre estaba ahí para ella. Su madre era su apoyo en los momentos que pasaba dificultades o cuando le conto sobre su relación donde su ex la quiso limitar, fue ella quien le aconsejo alejarse de alguien que solo la retiene. Su madre estaba segura que algún día Sofía conocería al indicado.
Esta tarde cuando le conto de lo sucedido en el parque, la noto hablar con tanta admiración de Derek de como la hacía sentir su compañía. Ella no le guardaba ningún rencor por lo sucedido ese día, estaba segura que Derek hizo todo lo posible por salvar a Margarita cuando cayeron al rió. Lo sabía por lo dicho por los bomberos que los encontraron, Derek protegió a Margarita soportando los impactos contra las rocas, pero no pudo salvarla. No le guardaba rencor o lo culpaba por lo sucedido, pero Derek si lo sentía, desde ese día nunca más volvió a mirar a la madre de Margarita.
—Diviértete hija. ¿Quién sabe? Talvez sea el indicado —dijo su madre.
—Claro que lo es —dijo Margarita bajo, para que su hermana no la escuchara. Ella sabía que ella podía verla y posiblemente escucharla, pero lo que no sabía era ¿Cómo?
—Ya regreso mamá —la abrazo.
—Ve con cuidado hija. te quiero —dijo su madre.
—Y yo a ti.
La cena estaba más que preparada, había dejado todo cubierto para evitar que se enfriara miro su reloj y todavía tenía cuarenta minutos, posiblemente para dentro de ese tiempo y el tiempo que Sofía se demore en llegar a su casa la comida ya estaría fría. Así que dejo todo en una flama pequeña para mantenerla caliente y evitar que se quemara. Nunca se había perdió en el tiempo, su noción del tiempo era alta sabia los tiempos que le tomaba realizar cada actividad de todos los días.
Primero estaba levantarse en la mañana e ir al fondo del rió y lanzarle piedras, hasta que los rayos del sol salieran por la montaña, segundo sentarse a mirar los tonos naranjas en las ramas de los árboles y más cuando amanecía con neblina, volver a casa, prepararse su desayuno, limpiar la casa en todo eso se le iba hasta las nueve de la mañana y después ir de nuevo al colegio a vigilar, pese no ser parte de su trabajo de conserje. De eso se encargaba los dos guardias que la escuela tenia contratado, para el cuidado de la institución y pese a ello Derek también iba a echar una mano vigilando desde la parte alta con sus binoculares. Vigilaba todo el perímetro y los dos guardias ya estaban acostumbrados a tener ahí los fines de semana y hasta en ocasiones en la noche de los sábados donde se quedaba a dormir en su bodega. Pero esta noche sería diferente, mejor dicho, este día fue diferente. Derek se la paso todo el día en casa limpiándola preguntándose, que sería lo más adecuado para cenar esa noche. Paso un buen rato hasta que se decidió por las pechugas al horno, ensalada y puré de papas acompañadas por un vino frio.
Se quitó su ropa ingresando a su ducha, abriendo las llaves del agua que empezaron a caer sobre su cuerpo saliendo después de diez minutos con una densa cortina de vapor en su baño escapándose por la pequeña venta junto la ducha, limpio su espejo y tomo su toalla secándose salió a su habitación cambiándose de ropa.
—¡Vaya! Te ves bien ¿Acaso vas a salir? —llego Margarita.
—No, pero si tengo una visita esta noche. Así que te pediré que te retires por hoy —contesto Derek,
Margarita la miro atenta, aunque sonreía por dentro ya que ella lo había hecho —¿Acoso conociste a alguien mientras no estaba? —pregunto.
—Talvez —respondió Derek.
—Mmm… Espero que esta vez sí conozcas a alguien especial y dure mucho.
—Eso sería genial. Después de todo… —se cortó antes de completar la frase al recordar lo que le dijo Sofía en la mañana.
~Solo estaré aquí por seis meses.
—Seria genial que al fin tuvieras una compañera —dijo Margarita.
#11175 en Novela romántica
#604 en Paranormal
#244 en Mística
nuevo comienzo y un amor incodicional, romance amor y promesa
Editado: 30.01.2024