Unidos Por Siempre

Capítulo 10

Sofía escucho el despertador de su alarma despertándose, bajo los pies sobre su tapete al lado de la cama. De pie se estiro para activar su cuerpo y hacer que el sueño la abandone por completo. Bajo hasta la cocina a servirse un poco de agua y su mamá ingreso después de ella con su camisola de dormir.

—Buenos días hija —saludo.

—Buenos días mamá —respondió besando su mejilla dejando el vaso sobre el mesón —¿Durmió bien?

—Sí. Como todas las noches.

Sofía se preguntaba si eso era cierto durante mucho tiempo, ella vivía sola en esta casa, pero su madre siempre le respondía que se encontraba bien y se le notaba en la voz. Pensaba que se hacia la fuerte, pero no era así. Su madre todas las noches tenía una compañía agradable y era su hermana Margarita. En una noche que fue a ver como estaba su madre, la encontró ahí dormida plácidamente abrazándola con tanto cariño. Su mamá sonreía y ella también se sumó ahí abrazando a su hermana pequeña, talvez esta sería la primera vez después de tanto tiempo que podía sentir, el calor de su hermana. Sentir un momento tan mágico y único como, el que estaba sintiendo en este momento.

—¿quieres desayunar hotcake? —dijo ella sacando los ingredientes.

—Te ayudare con la masa —respondió ella.

Prepararon el desayuno tranquilamente hasta dejarlo casi preparado y ella fue a ducharse y volvió cambiada y un gran plato de hotcake cubiertos por dulce miel la esperaba en la mesa. Empezó a comer —sin duda tus hotcake son los mejores del mundo mamá.

—Gracias hija, pero termina rápido o llegaras tarde al colegio —dijo su madre.

Sofía asintió y desayuno en completo silencio, agradeció por el desayuno cepillo sus dientes y condujo en su jeep hasta el colegio. Bajo la ventana para sentir la brisa de la mañana. Recordó aquella noche donde descanso junto a su madre y su hermana, era la sensación más increíble y esa noche deseo que nunca terminara. Quería quedarse así para siempre.

Llego hasta el colegio dejando estacionado su jeep, ingresando dentro y a lo lejos miro a Derek junto a su hermana recogiendo algunos desperdicios que los niños de primaria empezaban hacer. En lo alto del edificio de primaria miro como unos niños lanzaban aviones de papel, que volaban por el aire dando vueltas largas. Derek se acercó para tomarlos, su hermana le pareció susurrar algo en su oído. Derek deshizo el avión de papel, para hacer otro y se lo arrojo a los pequeños de la segunda planta, que se agacharon al ver con la potencia con la que iba.

—¡Guao! —escucho decir a los pequeños.

—Dejen de lanzar papeles niños —dijo Derek.

Su hermana solo reía. Sofía pensó en acercase para llamar la atención de los pequeños, pero la profesora Elena se le adelanto y llamo la atención de los pequeños que rápido dejaron de hacerlo metiéndose al salón de clases. Quiso acercarse para saludarlo y en ese instante la sirena anuncio el inicio de clases.

—Empiezo odiar la sirena —dijo dirigiéndose a su primera hora de clase.

Las horas de clase iban con normalidad había un ambiente cómodo en los salones de clase, hasta que el recreo llego, pensaba en ir a ver a Derek, pero no lo encontró así que se marchó a la bodega donde seguro siempre se encontraba. Esperando que los niños y adolescentes hicieran de las suyas por todo el campo del colegio dejando los desperdicios de basura. Al llegar ahí golpeo a la puerta notando que estaba abierta, pero nadie contesto e ingreso dentro.

—Derek —llamo.

Encendió la luz notando todos los implementos de aseo, productos de limpieza ordenados debidamente. Al inicio estaba como siete escobas, ocho trapeadores, seis recogedores. Más adelante una represa donde se encontraban productos químicos y de limpieza ordenados correctamente. Trapos esponjas, cera para pisos flotantes y baldosas. Más allá tres aspiradoras, abrió unos cajones donde estaban las fundas de basura. El gran tacho gris que usaba todas las ocasiones para la basura, en unos ganchos colgaban cuatro armadores sujetando los overoles que usaba. La bodega tenía un agradable olor a uvas debido a los tres ambientadores colgados en las paredes. Siguió hasta el fondo donde encontró una pequeña cama improvisada hecha por unas pequeñas colchonetas a lado estaba unas mantas para el frio y una pequeña almohada de forma de hueso.

—Sabes dormir aquí —dijo recostándose sobre ella. Sintiendo la fragancia del aroma de Derek —¡es muy cómoda! —Cerro los ojos, parecía que podía dormirse ahí. Abrió los ojos solo para encontrarse con la mirada brillante de su hermana que le brindaba la más cálida sonrisa —¡Ay Dios! —dijo asustada.

Rió —siento haberte asustado. Hola Sofí —saludo su hermana.

Sus ojos empezaron a brillar y unas lágrimas escaparon de sus ojos —Margarita —dijo y su hermana extendió más su sonrisa —Margarita —volvió a decir abrazándola atrayéndola a su cuerpo, deseando nunca más soltarla —Margarita. Tenía tantos deseos de verte.

—Pero si me has visto muchas veces —correspondió el abrazo.

Sofía se limpió las lágrimas —creí que, solo era una alucinación. —sorbió su nariz —lo siento mucho Margarita.

—¿Por qué?

—Por no haber estado junto a ti. Por no haberte protegido.




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