Unidos Por Siempre

Capítulo 16

Derek amaneció sintiendo un vacío, no tenía nada que ver con que su cama estuviera vacía. Esta sensación era diferente y conocida, era la misma sensación que sintió después de ese día, pero no entendía porque la sentía en ese preciso momento. Era temprano se levantó a la misma hora de siempre para ir a lanzar las piedras al río se acercó a su escritorio y noto la nota escrita por Sofía, la leyó sintiendo el mensaje como una despedida, cuando estaba seguro de que probablemente estaría en su casa cambiándose, para ir al colegio. Se cambió de ropa saliendo de casa notando que su jeep no estaba ahí, pero lo más importante era donde estaba Margarita. Ya iba siendo hora que llegara.

Espero unos momentos, sin aparecer todavía hasta que decidió ir solo al fondo del parque mientras iba recogiendo cinco piedras. Caminando sobre el camino de adoquín llegando al segundo redondel. Escucho la voz de Margarita algo cansada.

—Derek. Espérame. ¡Lo siento! Me quede dormida junto a mamá —dijo ella.

—Pensé que no ibas a venir. como la otra vez —dijo Derek.

—Ya te dije que me quede dormida. Dormir junto a mamá es muy relajante. ¡por cierto! ¿Y Sofí? ¿Dónde está?

Derek la miro extrañado —pensé que estaría en casa. Cuando desperté no estaba a mi lado.  Su jeep tampoco estaba.

—¿Qué raro? No vi su jeep en casa.

Derek sintió esa sensación otra vez. Algo estaba mal y la preocupación en su interior comenzó a crecer más, no pudo ni lanzar bien las piedras. Margarita noto también esa preocupación y también se preguntó dónde estaba su hermana, no era propio de ella desaparecer, así como así. Termino de lanzar las piedras volviendo a casa para bañarse, desayunar e ir al colegio a su trabajo y a cada paso que daba algo le decía que no era ahí donde debía estar en ese momento. Dentro de su bodega cambiándose sintió todavía más fuerte un llamado, pero no entendía ¿Por qué? Ayer tuvo varios pensamientos de que este lugar donde ha estado por más de diez años. Ochos años como estudiante y diez como conserje, pero era más contra los diez años de trabajo de conserje. Este no era el lugar donde quería estar, pero era el lugar donde Margarita disfrutaba estar. Disfrutaba de sus momentos asustando a los adolescentes, verla sonreír cada día que lo hacía, por ella es que no había renunciado.

 Ignorando aquella sensación se puso hacer lo mismo de siempre y cada instante esa preocupación no dejaba de crecer como espuma. Todo lo que hacía para ignorarla era en vano, en el recreo paso cerca de la mesa de maestros donde estaba el rector que curiosamente escucho el nombre de Sofía. Esto lo hizo entrar en terror tanto que soltó su escoba al suelo llamando la atención de los maestros.

—Derek —dijo el rector.

—¿Dónde está? —intento controlarse, pero el pánico que sentía iba creciendo tanto que se acercó con rudeza tomando del saco del rector —dígame ¿Dónde está?

—Déjalo. Suéltalo —decían los maestros presentes.

 —Derek —llamo Margarita triste desde la mesa.

Derek soltó al rector y tomo el celular de uno de los maestros leyendo la noticia, que compartía. Se leía que cuatro excursionistas habían caído en una grieta glaciar, el equipo de rescate al enterarse salió desde muy temprano para socorrer a los excursionistas logrando rescatarlos. Desafortunadamente la capitana del equipo cayo dentro de la grieta que fue cubierta por una avalancha. Los miembros del equipo de recate la identificaron como Sofía Burgos. Dado el tiempo y la situación del desastre se presume que la joven capitán este muerta.

—Derek ¿Sofí esta? —dijo sollozando Margarita.

—No, lo está —dijo Derek dirigiéndose a Margarita. Lo maestros lo miraron extraños. ¿A quién se estaba dirigiendo?

—Derek —llamo el rector.

Derek sin responder dejo el celular en la mesa y salió pintando del colegio. Esta era la sensación que sentía desde esta mañana, porque no le tomo más atención a esto. ¿Por qué no reconoció esta sensación? Corrió a través del campo del parque subiendo la pendiente a una velocidad inhumana, no sintió el cansancio, ni su respiración agitada. Rápido tomo su equipo de rescate, su kit de primeros auxilios, cabos, arnés se colocó la ropa adecuada desde un inicio, desprendió el plástico de su moto —sálvala —dijo Margarita y salió disparado como alma que lleva el diablo, tomando la ruta con menor tránsito y donde tenía mayor preferencia de paso.

A cada segundo que no llegaba sentía como su alma se le escapaba del cuerpo, si antes sentía que estaba muerto. Ahora sabiendo que Sofía estaba en peligro si sentía que iba a morir por completo. No recordaba la sensación de una explosión de adrenalina, nunca había conducido de forma rápida y violenta para llegar al lugar al lugar. En su mente se decía que no fuera demasiado tarde, todavía tenía mucho que decirle, tenía tantos abrazos y besos que darle. Ese no podía ser el final. Finalmente llego al inicio de la montaña donde ya se encontraban los reporteros y miembros de rescate al igual que la policía y bomberos.

—¿Cuál es la situación? —pregunto a uno de los bomberos.

—No lo ves. El recate no se podrá realizar en este momento. Se avecina una tormenta. Hay que refugiarnos, cuando pase la tormenta subiremos para recuperar el cuerpo.

Derek enfureció tomándolo de la chaqueta —ella no está muerta. —lo empujo con fuerza.




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