Capitulo 10

(TN) ya había terminado de realizar su examen al igual que Taehyung y SeokJin, por lo que salieron en silencio de la universidad. Ella no quería apartarse por el momento de ellos ya que tenía miedo de perderse nuevamente.

—¿Y cómo te fue en el examen? — preguntó SeokJin.

—Pues bien... eso espero — respondió insegura.

—¿Hasta qué hora piensas seguirnos? — bufó Taehyung, estaba fastidiado de que esa chica siguiera con ellos.

—Lo siento por causar incomodidad, pero... — bajó la mirada avergonzada — no sé dónde está la salida.

—¿En serio? — SeokJin miró incrédulo a (TN) y ella solo asintió — Entonces no te preocupes te acompañaremos a la salida y Taehyung— se dirigió a su amigo quien estaba con la mirada de pocos amigos — deja de molestarla.

—No me digas qué hacer — apresuró sus pasos dejándolos atrás.

SeokJin decidió ignorar a su primo ya que siempre se comportaba de esa manera, por lo que prefirió conversar con (TN). Ellos conversaban tan animadamente que ni siquiera se dieron cuenta que estaban cerca de la puerta principal, cualquiera que los viera podría decir que se trataba de una pareja.

Cuando llegaron a la puerta principal, un auto negro llegó a toda velocidad para luego estacionarse frente a ellos; de este vehículo bajaron 2 guardaespaldas de los Park y corrieron al ver a la nieta de su jefe.

—Señorita Park — la llamó al llegar hasta ella —, tiene que venir con nosotros.

—¿Qué? —preguntó asustada al ver como estaban — ¿Sucedió algo? — ellos guardaron silencio y se miraron entre ellos.

—No nos compete decirle, señorita — respondió el otro haciendo que ella se pusiera nerviosa —. Por favor, tiene que venir, es urgente.

—Sí es urgente, ¿por qué el señor Park no vino con ustedes? — interrumpió SeokJin desconfiando de ellos —. No creo que Yung-Hee deje que su nieta vaya con cualquiera.

—Por favor, joven Kim, no intervenga. Este asunto es familiar.

—¿Familiar? — ella miró a su guardaespaldas esperando respuesta.

—Sí, señorita, por favor no perdamos tiempo — ella asintió mientras trataba de controlar sus nervios, sentía que algo malo pasaba y no entendía porque no le decían que sucedía.

—Gracias por todo — hizo una reverencia a ambos chicos que miraban enojados a los guardaespaldas —. Nos vemos — les dio una breve sonrisa y se fue apresurada con los guardaespaldas.

(TN) se encontraba en el asiento trasero y de cada lado estaba un guardaespaldas, ella no dejaba de mover los pies es signo de nervios mientras arrugaba el borde de su blusa.

—¿A dónde nos vamos? — preguntó rompiendo el silencio que había.

—Al... hospital — musitó uno de ellos.

—¿Hos-hospi... hospital? — tartamudeó al escuchar su destino. Millones de cosas pasaron por su mente, muchas preguntas que necesitaban respuestas inmediatas, no soportaría más la ignorancia de la situación —¿para... qué? — su boca estaba seca y a las justas podía articular alguna palabra.

—Lo siento, señorita, su abuelo tiene que decir lo que pasó — miraron a la pequeña chica que estaba asustada y nerviosa, lamentaban no poder decirle lo que sucedía, pero era eso o perder su trabajo por meterse en asuntos que no les compete.

Cuando llegaron al hospital, (TN) sintió que había pasado toda una eternidad para llegar hasta ese lugar. Bajó rápidamente, pero no se percató que periodistas estaban en la entrada del hospital y al verla bajar, todos la rodearon invadiéndoles de preguntas que no lograba entender ya que estaba muy asustada porque se sentía acorralada.

Sus guardaespaldas trataban de alejar a los periodistas, pero era inútil se empujaban entre ellos tratando de conseguir una exclusiva; (TN) trató de avanzar juntamente con sus guardaespaldas, aunque era muy dificultoso. Cuando ya estaba por entrar, pudo distinguir una de las preguntas que le habían hecho.

—Señorita Park, ¿cómo se encuentra su madre? — esas palabras hicieron que detuviera sus pasos y volteara incrédula a mirar a los periodistas — ¿Su madre sobrevivió al accidente? — preguntó nuevamente, los guardaespaldas se miraron entre ellos, definitivamente esa no era la manera en la que se debía enterar.

—Mi... mamá — musitó y miró a sus guardaespaldas que aún intentaban alejar a los periodistas, ellos sólo asintieron confirmando de que era verdad. Se giró nuevamente y empujando a todos entró a la puerta, corrió hasta la recepción —Por... por favor — sus palabras se enredaban en su boca — Jang... DanBi... — murmuró.

—Disculpe, si tiene que hablar dígalo en el idioma que comprenda — se burló la recepcionista. Sus guardaespaldas llegaron hasta donde estaba (TN) logrando escuchar lo que decía la insensata muchacha.

—¡MALDICIÓN, JANG DANBI! ¿DÓNDE ESTA? — gritó con todas sus fuerzas. Definitivamente estaba desesperada, era la primera vez que le gritaba a alguien y que maldecía.