1. La Noticia.

En un pequeño planeta alejado de la órbita solar; Plutón, se encontraban los poderosos reyes del Universo junto a sus descendientes discutiendo un tema divulgado en la Tierra.

—Reina Vega— Habló el rey Solaría llamando la atención de todos dentro del salón. —Inicie la reunión con su reporte, por favor. — Pidió impaciente el Solariano debido a un rumor que había llegado a sus oídos, "humanos en el espacio" de nuevo.

Los humanos desde el comienzo de su existencia se han empeñado en conquistar todo a su paso trayendo como consecuencia la contaminación y la lenta destrucción de su propio planeta. Era un tema relevante para la mayoría del cual debían hallar una solución.

"Los humanos están evolucionando muy rápido, en algún momento encontrarán la fuente de los escudos de cada planeta y cada reino será expuesto", pensó Lúa dándole vueltas al asunto.

—Mis estrellas captaron una especie de artefacto metálico parecido al de hace algunos años, específicamente en 1972, según mi base de datos es el proyecto "Apolo". — Contestó la monarca proyectando una imagen clara a través de su proyector de hologramas.

—Seguro volverán a las tierras de la Luna a explorar. — Comentó la reina Moon.

— ¿Acaso no es suficiente?— Intervino el rey del Fuego. —Hace poco enviamos meteoritos a sus tierras para saciar su curiosidad y ahora invaden el espacio sin permiso alguno, es inaudito. — Continuó haciendo gestos de acuerdo a sus palabras con molestia.

—Te recuerdo, mi querido amigo, que ellos no nos conocen del todo como lo hacían sus antepasados. — Las palabras del gobernador del aire hicieron que aumentara la ira de su compañero. — ¡Mas a mi favor! Ahora nos ven como simples objetos. — Exclamó levantando sus manos a la altura de sus hombros completamente ofendido. — Por mucho que me duela admitirlo, antes nos idolatraban, ahora nos manipulan a su antojo. — Dijo el rey Ara.

Los jóvenes descendientes eran expectantes de la discusión de sus padres a unos metros, algunos fingían prestar atención para que no los reprendieran, otros agobiados por la situación, se mordían la lengua para evitar interrumpir el debate de los adultos. El silencio sepulcral se hizo presente en la sala, donde los reyes no hacían más que mirarse entre sí, encontrando las palabras adecuadas para hablar.

—No podemos cambiar las cosas aun si quisiéramos, estaríamos exponiendo nuestros pueblos y culturas...— Habló la reina Geothermal con un tono dulce.

—Tiene razón. — Admitió Moon.

—Cualquier movimiento extraño del artefacto, házmelo saber. —Sentenció el Solariano dando por culminado el tema.

Sin duda alguna las responsabilidades serian una gran carga para los futuros reyes, tendrían que lidiar con muchas cosas además de sus propios reinos. En cada reunión o encuentro discutían de algo nuevo, muy inesperado. Trataron otros temas importantes, uno que otro prestaba atención a lo que decían pues no a todos les gustaba este tipo de cosas, específicamente al trío de chicas; Iri, Elena y Yue.

—Elevaron las pesadillas en la población...— El tono que uso Vega para decir aquello provoco que los reyes se tensaran y sus semblantes se enseriaran.

Los jóvenes reaccionaron al llamado de Geothermal quien les indicaba que salieran del salón y se tomaran un breve receso.

Estando afuera del salón los chicos se tomaron el tiempo para saludarse ya que antes que comenzara la reunión no pudieron llevar a cabo este acto de amistad. Todos eran muy buenos amigos de la infancia, a pesar de la diferencia de edad, los jóvenes mantenían lazos fuertes, unos más que otros. Dado a que sus padres los aislaban de la sociedad y tenían la estricta regla de no distraerse de sus deberes reales. Pero por muy fuertes y estrictos que fuesen con los jóvenes, estos buscaban la forma de vivir su vida.

— ¿Y ahora a que se deberá tanto alboroto? — Se cuestionó la peli-azul a la vez que arrebataba el intercomunicador de las manos de Lyra, buscando en él la información que necesitaba ya que la morena era portadora de la base de datos de las estrellas que compartía con su madre. — Lúa, dame eso, sabes muy bien que a mi madre no le gustara para nada esto si te ve. Luego te enviaré lo que quieras. —Explicó quitándole el aparato que antes le había robado.

— ¿De qué creen que estén hablando ahora? — Preguntó Elena con curiosidad.

—Seguro es sobre nosotros. — Opinó Arashi sin darle mucha importancia al asunto.

— ¿Se darían cuenta que a Saturno le falta un anillo? — Tenchi preocupado se dirigió a los chicos, sus compañeros de travesuras. Sin percatarse de la presencia del alto. — ¡¿Fueron sin mí?! — Vociferó Elián al escuchar que los muchachos ejecutaron su plan sin siquiera comentarle al respecto. —Tranquilo, te estuvimos llamando pero como era de esperarse nunca contestaste. — Nahir le señalo con su dedo índice haciendo que de el saliera un hilo de agua directo al rostro de Elián.

Las chicas apreciaban la pequeña discusión de los chicos, riéndose a carcajadas por las fuertes revelaciones que se lanzaban unos a otros. Todo era diversión hasta que los comentarios subieran de tono, lastimando inconscientemente sus sentimientos.

Lyra tomo con delicadeza la mano de Lúa, dispuestas a paralizar a los cuatro chicos que pronto estarían golpeándose con bolas creadas por sus propios elementos. Levantaron sus brazos e abriendo las palmas de las manos de las cuales emanaba un brillo particular de color blanco que paralizo por completo a sus amigos.