Universo de Imagination #1. La Era de las Bestias.

Capítulo 3. Parte 1.

Universo de Imagination. Parte 1. La Era de las Bestias (Erol Bestial)

 

Volumen 1: Campeonato Sub Menor de Konor.

 

Capítulo 3. Parte 1: ¡Aparece El Protagonista Principal De Erol Bestial! ¡El Team Egrex Hace Acto De Presencia en Konor!

 

La luz de la tarde abrazaba taciturnamente a un panorama apaciguado en toda su expansión. Los rayos del sol se reflejaban flaqueado sobre los grandes ventanales del inmenso Palacio Real de la Aldea Capital del honorado y versado Imperio Orem, obsequiando así una hermosa vista al horizonte. Los pajarillos, posados sobre las ramas de los árboles crecidos en distintas localidades, henchían el entorno con hermosas melodías, mientras el aire diseminaba todos esos cantos entonados, amenizando la flaqueada luz de la tarde reflejada por todas partes.

 

En la Oficina del Quinto Bestkage de la aldea, situada en la galería más alta del Palacio Real, se encontraban reunidos por segunda ocasión Reinor y Escorp; solo que en esta ocasión estaban en compañía de Layan y Siroh.

 

Lo ocurrido hace unas cuantas horas pasadas los había dejado con un resquemor que les carcome cada vez que lo recuerdan. Un odio antaño, no es algo que puedan solucionar así de simple cuando ese odio por una persona versada en la humillación tiene a su merced lo que ellos habían decido que sería una buen concepto a que recurrir. Pero ese sujeto había logrado disipar todas las esperanzas en un tris con solo una orden.

 

No obstante, Reinor poseía todavía un as bajo la manga que mantenía oculta para casos críticos como lo que estaba confrontando en esos momentos.

 

—Estamos desorientados y enojados con lo sucedido hace unas horas, Reinor. ¿Qué haremos ahora con pocas soluciones? —inquirió el Maestro Escorp, sentado sobre la misma silla donde se había sentado en la vez pasada. Estaba un poco enojado por lo sucedido en su salón, de la manera como Norhkor se había llevado a sus dos mejores alumnas sin al menos dejarlas que se despidieran de él. Al solo pensarlo, le entraba un odio y un rencor que le carcomía en ese preciso momento. No podía evitarlo.

 

—No te preocupes, amigo mío, todavía todo no está acabado como lo tenía planeado el maldito de Norhkor—le respondió sereno, como siempre, apaciguando un poco los ánimos alterados—. Aunque son tres, los integrantes de nuestro equipo, te voy a esclarecer la razón por la que nuestro equipo es tan poderoso como cualquier equipo con cinco o seis integrantes.

 

En ese momento, los cuatro escucharon golpear la puerta desde el exterior.

 

—Pasa hijo, la puerta está abierta—dijo rápidamente al intuir al sujeto detrás de la puerta.

 

La puerta se abrió y un adolescente de edad 13 años, con una capucha negra cubriendo la máscara oscura que ocultaba su rostro, la atravesó. Pasó como si nada por dónde estaba sentado el Maestro Escorp y sus dos alumnos sin brindarles aunque sea una mirada y se colocó al lado de su padre sin decir ni pío.

 

Esto incomodó mucho a los presentes, más a su padre, que en ocasiones pasadas había sentido vergüenza sobre su hijo unigénito cuando mostraba ese lado engreído y osado.

 

—Ren, hijo mío. ¿Cuándo será el día que aprendas a ser sumiso y con buenos ademanes? —le hizo una pregunta franca a unos ojos que reflejaba una mirada seca y perdida—. ¿Y porque la máscara oscura, la capucha negra y la vestiduras de negro oscuro?

 

—¿No sabes que estoy de luto todos los días? ¿O acaso lo has olvidado, padre ignaro? —su respuesta dejó boca abierto, a excepción de Reinor, que lo conocía muy bien y desde un principio lo vio venir, a todos los presentes de esa sala; más al Maestro Escorp. ¿Cómo es posible tanta franqueza, tanta osadía, y tanta seguridad en un adolescente que apenas cumplió los trece años? Parecía más a un noble dignatario ejercido en una buena carrera que a un mero niño que no posee al menos un rango aceptable que lo represente como un buen entrenador.

 

—Lo se, hijo mío, tengo claro ese concepto—aceptó con algo de compungimiento—, disculpa por ser tan ignorante contigo siempre. Pero al menos podría mostrar algo de respeto a los presentes—señaló a los presentes con su mano extendida—. ¿No sabes que ocultar siempre tu rostro de los demás a veces puede causar amargura en algunas personas por representar una osadía, un mero increpo directo?

 

Su hijo no respondió nada. Se bajó la capucha negra hacía atrás y se quitó la máscara. Nada ameno se reflejó en su rostro, a lo antípoda, todo indicaba tristeza y odio mezclado en una mirada apagada. ¿Era por esa razón que siempre lleva puesta encima una máscara para cubrir la tristeza que le carcome por dentro? ¿O será por otro motivo?

 

DETALLES DE LOS PERSONAJES PRINCIPALES DE ESTA HISTORIA:

 

“1: Ren Orechime, Hijo de Reinor Orechime y de Aicha Nonek, es el principal protagonista de esta historia antes que Mia Legad. Tiene 13 años de edad. Su aspecto es serio y apagado a la vez; su temple es severo. Siempre tiene la mala costumbre de llevar vestiduras negras y máscaras sobre su rostro. No es muy sociable; odia a la gente; y no tiene ademanes. El color de su cabello es rojo claro y el color de sus ojos son verde claro. Siempre lleva una venda roja ceñida en su frente, al igual que siempre lleva puesto su Guantelete Bestial, que su forja es muy diferente a los demás; se puede decir que es el único de todos los entrenadores que lleva uno parecido. Era de tez clara, al igual que el color de su piel. Su ropajes son los mismos que siempre usa, nunca a usado otro parecido, y todas siempre de color negro oscuro.”




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