Introduccion
A finales del septuagesimo año, La tribus Avarosanas se encuentran al borde de la aniquilación total, a punto de ser aniquiladas por los ejércitos de la Garra Invernal al mando de una de las mejores matriarcas de todos los tiempos: Sejuani. Su alianza con el Rey Barbaro Ragnar V de Rackenhall, con Sylas y con el semidios Volibear, pretenden la aniquilación de todas las tribus sureñas como Estado y el reparto del Freljord conocido entre las potencias aliadas con la Garra Invernal, eso incluía al Demaciano Sylas de Dregbourne, todas estas fuerzas constituían un poder imparable que, de haber conseguido sus objetivos, habrían determinado para siempre el devenir de la historia en el Norte Helado. Pero el azar y la fortuna intervinieron para que las cosas fueran por otro rumbo.
Pocos meses antes del estallido más cruento que no se hubiera vivido en el Freljord, apareció un joven. Un joven que estaba destinado a cambiar el curso de la historia. Un joven que recorrería un camino extraño y difícil, pero que transformaría el noroeste y el este Freljordianos en una de las potencias más poderosas que no se hubiera visto jamás en Runnaterra.
Un joven que ascendería a Grado de Patriarca y que cambiaría el curso de la historia para siempre, un joven que iniciaría un camino difícil y equivocado para muchos, pero que sin embargo, cambió para siempre el curso y el devenirde la historia, que transformó lo que debía ocurrir en lo que finalmente fue, creando los hechos que se conocerán como la génesis de un nuevo imperio y una civilización secular en el tiempo y en la historia del mundo. Aquel joven recibió el nombre de una antigua leyenda, que sería recordada por la Garra Invernal, los sacerdotes ursinos y por los avarosanos, incluido por la mismísima Ashe: Vulvain.
Las hazañas de este joven alcanzaron tal preeminencia entre los pueblos, que, para distinguirlo del resto de los miembros de su tribu, La Garra Implacable, que luego le concedería un sobrenombre especial, un apelativo referente, ganado con extremo valor en el campo de batalla y que lo acompañaría hasta el final su deceso de la corona: El Rey Lobo. Sería la primera vez que se honraba a un patriarca con una distinción semejante, dando así origen a una nueva costumbre que en los siglos venideros heredarían otros reyes y reynas preeminentes en el norte helado y, finalmente, los Señores de la Guerra. Sin embargo, tanta gloria alimentó la envidia.
Ésta es su historia.
Lobos
Y el primer aullido que escucharon fue el de un lobo.
El segundo, fue el rugido de ataque de toda una manada.
— ¡Lobos gigantes! ¡Nos atacan!
Los Caudillos de la tribu «Garra Implacable» se armaron y se prepararon para un combate que a todas luces era inevitable. Los lobos gigantes del norte helado no eran imbéciles y sabían cómo desviar a sus atacantes, sabían cómo desubicar a sus presas.
Varios freljordianos de la tribu quedaron desconcertados al darse cuenta de que los lobos los estaban rodeando.
Estaban siendo acorralados, como presas, como un manjar que pronto sería tomado y aniquilado.
— No pierdan la calma, mantened la li….. — Woldver nunca pudo terminar la frase. Una inmensa loba blanca emergio de la nieve y se lanzó a por él. La gigantesca criatura abrió sus fauces y rodeo por completo la cara del freljordiano que cayo al suelo congelado gritando.
Y entonces ante la primera sangre, la manada entera de lobos atacó.
Las primeras en caer fueron las mujeres, que si bien al principio dieron una enorme resistencia fueron un blanco facil de roer, los segundos fueron los hombres a quienes atacaron de tres en tres.
— ¡Por las tres! — Rugió Friga cuando se lanzó a por la loba blanca que había atacado a Woldver.
La inmensa loba blanca soltó al hombre y concentró su atención en Friga quien intentaba asestarle un golpe en la cabeza con su hacha. Pero nunca le habían dicho a Friga que enfrentarse a la Alfa de una manada era una pésima idea. Los lobos de la inmensa camada como uno solo se lanzaron sobre Friga y la derribaron haciendola pedazos. Y lo segundo que Friga vio, fueron los ojos fríos de aquella gigantesca loba blanca.
El terror la invadió cuando antes de morir se percato de que el resto de la jauría corrieron hacia su dirección como un millar a bestias salvajes dispuestos a defender a su Reyna.
El resto de la manada siguió su recorrido hacia el interior de la aldea, dejándole el resto a la otra manada que se estaban encargando de los guerreros. Era muy seguro que se dirigían hacia los suministros y almacenes de carné. Friga se percató de ello y grito:
— ¡Los almacenes! ¡Van a por los almace….!— Nunca más volvió a gritar. Otro lobo igual de enorme la mordió en la cara y dio un punto final a sus constantes alarmas.
La despedazaron y la desmenbraron hasta que no quedo nada mas que una mota de carne irreconocible, los lobos menores se alimentaron de su carne, mientras la otra parte de la manada se lanzaba hacia el asentamiento de la tribu.
——
Se decia que «Los Garra Implacable» eran muy conocidos por sus cacerias en los bosques profundos del Freljord: cazaban bestias gigantes, Mammuts, frilkirs, ciervos enormes que eran sumamente agresivos, pero ese día combatirían con algo sumamente diferente.
La gigantesca camada de lobos se lanzaron a por la comitiva de guerreros que se reunían en la entrada del almacen. Aquel día no se encontraba la matriarca Gnauril y mucho menos su sucesora. Por lo que la población sabía Thenglir y Gnauril se habían dirigido para hacer negociaciones con la «Garra Invernal», se suponía que esas negociaciones era por comida y suministros de carné. Las Tribus que Sejuani había conquistado y absorbido se hacian cada vez mas y mas inmensas y podria decirse que se extendían por todo el norte helado como las raices d un arbol que se extiende en la tierra. Era de esperarse que los «Garra Implacable» también llegasen a unirse en algún momento. No por sus guerreros, sino por la cantidad de suministros que se reunían en aquel lugar: la comida, la carne y el ganado. El sector Noroeste de las estribaciones de Ghilinmayar era el mayor tesoro en el Freljord y Sejuani lo sabia, los ursinos lo sabian.