Universo League Of Leguends: La Leyenda Del Rey Lobo

Capitulo XXV: El Significado de un Insubre, Hjalnar

Se escabulleron en la noche, al tiempo que un extraño silencio los aguardaba en sus propósitos.

Aquella nocheVulvain los acompañaba.

Aquel día Erickson y Utrikson lo habían llamado para un supuesto entrenamiento, pero lo cierto esque sus intenciones eran otras. Se habían dirigido hacia la entrada de la tribu junto a una de las yurtas donde vivían las matriarcas Thenglir y Gnauril. Se movieron corriendo en silencio hacia un matorral cercano y se introdujeron en este.

--- Por aquí.--- Indico Erickson entre susurros haciéndoles a ambos jóvenes una señal con la mano.

Vulvain gruño y Utrickson, el mas menor de ambos corrió temeroso.

--- No lo se, hermano. Creo que deberíamos irnos.

--- ¿Irnos?--- Inquirió Erickson con un susurro.--- Ni hablar, acabamos de llegar. No nos iremos de aquí hasta que lo vean conmigo. Vengan.

Se colocaron en una esquina del bosque, justo en una zona donde habían arboles y arbustos. Esperaron escondidos. Sólo se oía el arrullo constante del agua de la fuente. El aire era fresco.

Erickson, Utrickson y Vulvain se escondieron tras las columnas de arboles y matorrales y aguardaron allí apostados durante diez minutos. Al fin vieron aparecer a un joven. Vulvain lo reconoció.

---- Es el sirviente de la matriarca Thenglir.

Erickson le hizo un gesto para que se callara.

---- Cállate, que nos van a oír.---- Le espeto.

Del otro extremo de las yurtas conglomeradas salio una mujer a la que no reconocían. Ambos hombre y mujer se encontraron y empezaron a besarse. Acto seguido el hombre, sirviente de la matriarca empezó a llevarse a la muchacha a una esquina del bosque y entonces, el hombre comenzó a desnudar a su acompañante. Al desvestirla quedó al descubierto el cuerpo de una joven de unos dieciséis años. Pronto el sirviente la tendió en el suelo y se echó sobre ella. Erickson, Utrickson y Vulvain escucharon con intensidad. Se oían murmullos apagados y, al poco tiempo, gemidos de placer.

--- Hermano....---- Empezó Utrickson.--- Están haciendo...

--- Si, lo están haciendo y en la nieve. Mierda, no me lo puedo creer, se esta poniendo bueno.

---- Mejor vamonos, Erickson, nos pueden pillar y..

---- No.--- Dijo Vulvain, quien empezaba a sentirse curioso por lo que aquella pareja estaba haciendo.

Utrickson calló, aunque no por ello se tranquilizó.

Y justo cuando los gemidos del hombre empezaron a escucharse una voz fuerte irrumpió el escenario. Los tres jóvenes se voltearon y en ese momento todos oyeron la voz clara y fuerte de la matriarca.

---- ¿¡Por todo lo sagrado!? ¿Que pasa aquí? ¿Que ocurre aquí?---Thenglir venía acompañada con dos sirvientes de confianza de mediana edad que llevaban años en la casa. Llevaban antorchas de forma que gran parte del bosque quedó iluminado descubriendo a los jóvenes amantes en el suelo.

Vulvain, Erickson y Utrickson se acurrucaron en las sombras que proyectaban las columnas y tragaron saliva.

---- Coged a estos dos. Con el sirviente….. Llevadlo a la cocina y que hable con mi madre. Mañana saldaré cuentas. Y la mujer… ---la miró con atención--- no trabaja en mi yurta, pues fuera con ella. Unos azotes y fuera. Si vuelves ---añadió dirigiéndose a la muchacha--- a entrar en mi terreno sin mi permiso, no habrá misericordia.

La muchacha se sintió bendecida por la suavidad de la pena y enseguida se desvaneció entre las sombras detrás de la matriarca cogida por uno de los sirvientes mayores. El otro sirviente, un insubre, se llevaba al joven cocinero y también desaparecieron. La matriarca se quedó en el patio junto a la fuente.

Vulvain y sus dos acompañantes contuvieron la respiración. Estaban en la sombra y era imposible que los vieran o que se los oyera, pero la matriarca empezó a escuchar sobre el silencio, a ver más allá de la oscuridad, reanimando su alma de guerrera en una noche previa a la batalla. La brisa suave de la noche le trajo entonces el mensaje que buscaba en forma de casi imperceptibles olores. Suspiró entonces y se tranquilizó al desentrañar su significado.

---- ¡Bien, los que están ahí escondidos, salgan de ahí, de entre los matorrales, si no quieren que me enfade más!

Vulvain, Erickson y Utrickson se miraron. Utrickson, el mas menor parecía preguntar con la mirada: «¿pero cómo lo sabe?». Vulvain y Erickson por su partese encogieron de hombros acompañando el gesto con los ojos abiertos por el asombro. Era imposible que los hubiera visto.

--- ¡Son miembros de la tribu pero incluso mi paciencia tiene un límite con vosotros! ¡Es vuestra última oportunidad antes de que los mande azotar o se me ocurra algo peor!

No lo pensaron más y salieron a la luz. En el centro del bosque estaba la matriarca con la antorcha en la mano. Se acercaron hasta estar de pie a un par de pasos de su matriarca.

Thenglir hecho un suspiro y empezó a hablar:

--- Nunca, pero nunca, jamás, ¿me entienden? Nunca dejen que alguien entre por estos territorios sin mi permiso o sin que vuestras madres lo sepan, ¿lo entienden? Un sirviente ha dejado entrar a una mujer para… para estar con ella y hacer el amor. Eso no debe ocurrir, y si saben de algo así, me lo deben decir enseguida. La seguridad de todo el pueblo está en juego. La tribu, el clan es vuestra familia también, es sagrada.

Los jovenes callaban.

---- Y no me digan que lo acaban de descubrir, porque llevo detrás de este hombre algunos días. Bien, hablen, díganme algo y que no sea una mentira. Eso no mejorará vuestra situación.

Utrickson fue a hablar, pero Erickson, su hermano mayor, quien se sentía responsable de todo empezó primero:

---- La culpa es mía. Hace unos dos meses que ese sirviente trae a esa muchacha por las noches. Normalmente vengo solo para ver. Esta noche le pedí a Vulvain y a mi hermano que me acompañaran. La culpa es mía. Debería haberle comentado de esto antes, Matriarca.




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