Región avarosana de Vachqaer
Era una noche sin luna.
Una noche para conspiraciones y mentiras.
A la luz de una lampara se encuentra un punto de reunión, una especie de fuente donde se hacen juramentos de sangre. A aquella luz, tres mujeres aparecen, una es de lealtad voluble en las tribus avarosanas y otras dos son solo espías de la Guardia de Hielo. Las tres mujeres se acercan y ante ellas aparece un cuarto miembro. Un sacerdote escarchado acompañado de una joven cuyo nombre es Sirianna. El nombre del individuo es Jens, y es el más viejo y el más experimentado de las tres. En sus tiempos había sido uno de los mejores Draklorns al servicio de la gran Lissandra, pero ahora ya era muy anciano para eso. Sin embargo, eso no significaba que no fuese diestro en el combate. Los cuatro individuos se acercaron los unos a los otros y Jens empieza con el debate:
---- Ya saben el por qué las he reunido a todas ustedes aquí, hijas del hielo, porque se acerca la guerra, la guerra contra la Garra Invernal y tenemos que velar por la seguridad de nuestra tierra.
Todas asintieron; sin embargo, Jens sacudió lentamente su cabeza.
--- No, no me entienden; cuando digo que se acerca la guerra no me refiero a que están a punto de enfrentarse nuestras turmas de los hijos del hielo y los avarosanos contra la Garra Invernal, sino que quiero decir que ese enfrentamiento va a ser mucho más próximo a las tribus Avarosanas de lo que las lideres de guerra de la matriarca Ashe estimaron jamás. La matriarca Thenglir, aliada de las tribus Avarosanas fracasara, nada nuevo, en su intento de detener a la Garra Invernal en los Alpes; ni tan siquiera la detendrá en el Baltico. La matriarca Thenglir esta muerta. Sejuani cruzara el rió Sigva de la región noroeste y se adentrara en nuestros territorios. Después de eso invadirá las tierras avarosanas y arrasara todo a su paso.
---- ¿Los Alpes? ----preguntó Dahlia, una hija de hielo consumada que a regañadientes habia jurado lealtad a Ashe, pero que en el fondo de su corazón seguía siendo leal a Lissandra.
---- Así es, amigas mías; Sejuani desciende hacia el corazón de la península baltica, la Garra Implacable es el único obstáculo que se cruza en el camino de Sejuani, una ves acabe con aquella tribu tendrá el camino abierto. Nada la detendrá. La ayuda de la Guardia de Hielo no servirá de mucho, solo retrasara lo inevitable. Y bueno, Skarkar Yelmo Hielo sera enviado a Rackenhall, para detener a las fuerzas del Rey Ragnar V. Ese Draklorn jamas saldrá de ahi, no con vida. Los moretani que lo siguen solo han cometido un error al estar muy pegados a él. Por otro lado la matriarca de la Garra Invernal, sera el problema más grande con el que nos crucemos.
---- Pero es imposible que un ejército cruce los Alpes, y menos ahora que se acerca la helada. Los pasos estarán ya impracticables ----comentó de nuevo Dahlia, que parecía más decidida a entrar en aquel debate.
---- Sea como sea ----continuó Jens---- La matriarca aliada a los Avarosanos, Thenglir, no piensa igual que nosotros: ha dividido sus fuerzas, mandando la mayoría de sus guerreros al este adriatico al mando de su padre un hombre llamado Harald, para así cumplir con el mandato de la matriarca Ashe y atacar las vías de aprovisionamiento del ejército de la Garra Invernal, un movimiento hábil que no me permitirá criticar a su emisaria Eyra en la concesión de lideres, una lástima; en fin… ese jurasangre se dirige al norteste de la península baltica para ponerse al mando de las turmas avarosanas que quedan en ese sector, las que debieron ser suyas desde un principio si los salvajes de la región no se hubieran sublevado, dando tiempo a que Sejuani saliera y avanzara hasta el Rhudan..... Uhmmm ....Cuanto más pienso en esto, más claro veo que entre la matriarca de la Garra Invernal y los salvajes de la región Irpina hay contactos; pactos secretos. Se sublevaron como parte de un plan mucho mayor que ahora empieza a cristalizar.
---- Puede ser, pero si Sejuani perece en los terribles desfiladeros de las montañas, atacada por los salvajes, de nada le valdrá todo su maravilloso plan. ----Esta vez fue otra de las mujeres quien se dirigió a los demás, una mujer llamada Kiara. Jens la observó en silencio, sin conceder y sin mostrar desprecio. Meditando. Al cabo de unos segundos retomó su relato.
---- En cualquier caso, Kiara, la matriarca Thenglir se dirige a la salida de los Alpes. Estoy seguro de que la interceptara ahí, junto al rió Sigva, como previsión de lo que pueda ocurrir y debo, aquí en secreto, admitir que comparto sus dudas sobre la imposibilidad de cruzar esas montañas. No estamos ante una pequeña matriarca sin ambición ni estrategia; es evidente que esta Sejuani lleva tiempo estudiando este plan y cada vez soy más del parecer de que puede conseguir cruzar los Alpes. Y es sobre este planteamiento sobre el que quiero que nosotros construyamos nuestra propia estrategia.
---- ¿Para presentarla ante la matriarca Ashe? ----pregunto otra mujer llamada Ludmila.
El sacerdote escarchado la miro con cierto aire de extrañeza.
--- No estúpida. He dicho nuestra propia estrategia. Las lideres de guerras avarosanas tienen sus propias estrategias, cambiantes según el momento, y que gestionaremos a nuestra conveniencia, pero está claro que alguien en Rakelstake tendrá otra estrategia bien definida para terminar con estos invasores en el este o, de lo contrario, serán ellos los que terminen con nuestra civilización. Hasta ahora las lideres de la matriarca Ashe se limitan a no poner el ejército en manos de la Garra Implacable y de las fuerzas enviadas por la ciudadela de hielo o en Skarkar, yelmo hielo al que quieren enviar a Rackenhall, esa idea descabellada. Tenemos que pensar en el Freljord, en proteger el Freljord, y en líderes que amen nuestra ciudadela de hielo y nuestras costumbres sin dejarse contaminar por influencias extranjeras ni distraer por nimiedades como libros, literatura, teatro, etcetera. No debe aver espacio para pensadores o idealistas. La tribu Garra Implacable y sus amigos los Volkos, los celtiberos y los orethani que recientemente se han unido a ellos, han de ser utilizados en esta guerra; debemos convencer a la matriarca Ashe de que los manden en los frentes mas sangrientos y abesados, pero hemos de ser nosotros los que estemos en los momentos clave, en las batallas clave. Necesitamos nuestros vélites, nuestras sagitares, nuestra infantería de primera línea para abrir las líneas del enemigo, pero hemos de ser nosotros los que terminemos las batallas que éstos empiecen. Nosotros somos los triari. Las manos y los ojos de la reina de Hielo. Lissandra.